El pasado lunes 25 de noviembre, grupos feministas marcharon en diferentes lugares del país para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
La problemática no es menor. Según datos de la ONU: Una de cada tres mujeres alrededor del mundo ha sufrido violencia física o sexual; 71% de las víctimas de trata en el mundo son mujeres y niñas y; una de cada dos mujeres asesinadas son victimadas por su compañero sentimental o un miembro de su familia.
Si nos vamos a datos nacionales, La Encuesta Nacional sobre Dinámica de las Relaciones en los Hogares del INEGI, realizada en 2016, señala que el 66.1% de las mujeres mayores de 18 años han sufrido algún tipo de agresión física, psicológica o sexual. Solo el 9.45% realizó una denuncia al respecto. La ONU ya clasifica a nuestro país entre las veinte peores naciones con problemas naturaleza de género.
Y sin embargo, hay gente que ve las marchas como las del pasado lunes y no ve más allá de las pintas en los espacios públicos y el vandalismo al mobiliario urbano
No, no apruebo las pintas o el vandalismo, pero las entiendo. Provienen de un grupo de personas vulnerado que ha buscado durante años que se escuche su problemática, tanto por vías institucionales como con demostraciones menos incómodas. Y sin embargo la respuesta de la sociedad es, normalmente, minimizar la exigencia.
Ciudad Juárez es un ejemplo que duele. Desde Enero de 1993 (casi 27 años) se ha estado haciendo blanco de mujeres de escasos recursos, de entre 15 y 25 años de edad. Antes de ser asesinadas, las mujeres comúnmente suelen ser violadas y torturadas. De acuerdo con cifras del INEGI y la Fiscalía General de Chihuahua, en los últimos 25 años suman 1,779 víctimas. No hay una razón, o una justificación para estos asesinatos, más allá de que las violentadas eran mujeres.
Déjeme recalcar este punto y hacer una comparación. Creo que a todos nos horroriza por igual aprender de los linchamientos que los miembros del Ku Klux Klan perpetraban a personas de raza negra durante los 50’s, 60’s y 70’s. A estas alturas (espero) todo mundo entiende que se estaba agrediendo a un ser humano por el simple hecho de haber nacido con otro tono de piel y que eso es absolutamente inaceptable. Bueno ¿Por qué no podemos trasladar esa indignación a los crímenes de género, que son exactamente lo mismo?
Porque, verá, es cierto que los feminicidios en este país integran sólo el 10% de los homicidios con violencia. Pero creo que hay una diferencia sustancial entre morir en un intento de asalto que salió mal, a morir sencillamente porque eres mujer y alguien pensó que tenía todo el derecho de molerte a palos porque eras de su propiedad. Cuando el origen de la violencia es meramente quien eres, hay un problema subyacente más grave.
Volvamos a las pintas. Las mujeres en este país se enfrentan a una complicada paradoja. Si no violentan sienten que nadie las escucha, y tienen razón. El tema en Cd. Juárez lleva un cuarto de siglo sin respuesta y protestas no violentas como la de la muchacha que protagonizó una danza conceptual en una protesta acaba en risas y en memes. Pero si violentan, sólo se habla de eso y no de resolver el gravísimo problema en el que se encuentran. ¿Cómo avanzar?
En Jalisco se ha intentado por la vía legal e institucional. Diversas organizaciones de la sociedad civil presentaron la solicitud para declarar la Alerta de Violencia de Género en el estado en noviembre de 2016, luego de documentar con preocupación que del 2009 al 2016, los asesinatos de mujeres se habían triplicado en la entidad, y que la mayoría de los feminicidios permanecía impune.
La alerta no se declaró sino hasta noviembre de 2018, dos largos años después. Y a un año de su declaración, el avance ha sido pírrico y los números siguen empeorando
En ese tenor, ¿qué decir de las pintas?. No me gustan, pero si queremos que dejen de suceder habrá que empezar a poner atención al fondo del mensaje y a ponerle solución a un muy legítimo reclamo; en vez de andarnos asustando por las formas.
Addendum:
¿Ha pensado, querido lector, que quizá las feministas estén más avanzadas en esto de ser ciudadanas que el resto de nosotros? Con tres mil feminicidios en lo que va del año las mujeres están alzando la voz y presionando al Estado. Nuestra prioridad ha sido preguntar “¿Por qué lo hacen de ese modo?” y no “¿Por qué no tenemos todos la misma iniciativa?” Tenemos 30,000 homicidios dolosos a nuestras espaldas. ¿Ya es hora de hacer algo, no? A ver cómo nos va a nosotros buscando esas “mejores maneras” de exigir seguridad para todos.