Cada semana hay una etiqueta (Hashtag) nueva en redes sociales. Una pequeña viñeta producto de algún hecho (o más frecuente y frustrantemente, de algún dicho) que algún miembro de la presente administración (con frecuencia, el mismo presidente) tuvo la “ocurrencia” de soltar y que enciende las redes de gente indignada. Peor aún, hay quien cree que esta indignación y cólera expresados en la atmósfera digital le hace mella o le mueve el piso al poder. Nada más lejano a la realidad.
Sepa usted que todo es por diseño, que así está planeado y que hay razones para que a dichos personajes “se les escape” la declaración inoportuna, increíble, controversial o incendiaria. La mañanera misma funciona como proveedor diario de estos “deslices”. Se trata de marcar la agenda y lo hemos repetido en este espacio en incontables ocasiones: Cuando ellos pueden decidir en qué se va a concentrar o de qué va a hablar usted en Redes Sociales, ya ganaron.
Porque dejado llevar por la rabia, usted:
- No está hablando de lo que quiere, ni se está concentrando en lo que le interesa o en los temas que a usted le parecen importantes,
- Permite que la presente administración y su partido sigan acumulando titulares (positivos o negativos, da igual) consiguiendo que las alternativas políticas se pierdan y desdibujen en el ostracismo mediático veces incluso antes de establecerse. La alternativa morenista se presenta así como un bloque para el que no hay ni existe alternativa viable.
- Cambia la atención, el foco y el objetivo de su rabia cada 24 a 48 horas, evitando que se articule y construya una respuesta real y contundente a las muchas necesidades de este país y a las muchas atrocidades cometidas por el gobierno en turno.
Si en lugar de dedicarle tanto entusiasmo y tiempo a viralizar la etiqueta del día, se lo diéramos con constancia a algo que quisiéramos ver en nuestras comunidades (arreglar un parque, mejorar la iluminación de la colonia, conseguir recursos para el mobiliario de la escuela), a la mejor alcanzaríamos a construir algo que directamente represente un beneficio para el ciudadano de a pie y con algo de suerte hasta ponemos a trabajar a nuestros “representantes”.
También nos daríamos una mejor idea de con quiénes, de entre estas personas que buscan nuestro voto cada tres / seis años, sí se puede trabajar y en qué condiciones, y estaríamos mejor informados para tachar la boleta en tiempos de elecciones.
Incluso quizá, después de comprobar su valía y disposición a hacer su trabajo en la comunidad como le corresponde, hombro con hombro, hasta podríamos impulsar a estas personas de cara a sus partidos, para que aparezcan en las boletas los candidatos que SÍ queremos y que sabemos que SÍ funcionan. En lugar de quejarnos amargamente por la pedacera, el cartucho quemado y los impresentables que aparecen en esa hoja de papel cada que hay elecciones.
De otro modo, mexicanos, la política nos seguirá siendo ajena e inescrutable. Al político le seguirá bastando aliento y saliva y tendrán que seguirse gastando millonadas en campañas que comunican poco o nada. De seguir como vamos, seguiremos teniendo los mismos resultados, donde la compra del voto es “de facto” válida y viable, la ley es mera sugerencia y el mayor perjudicado es el y la mexicana de a pie como usted y yo .
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