Si lo de la renuncia de Santiago Nieto a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) el lunes le pareció un golpe maestro de esta administración contra la corrupción, o el despilfarro, o una demostración de congruencia con la austeridad republicana, quizá sea necesario que se detenga un momento a leer con más atención el panorama.
El sábado 6 de noviembre, Santiago Nieto y Carla Humphrey (consejera del Instituto Nacional Electoral) contrajeron nupcias en un hotel en Antigua, Guatemala. Quizá eligieron el país centroamericano tratando de eludir el escrutinio público, quizá sencillamente les gustaba la vista del Hotel Santo Domingo. El caso es que fue boda cara y en el extranjero, ambos pretextos perfectos para que el presidente, el lunes siguiente, despotricara en su misa mañanera. “Un asunto escandaloso” llamó al evento “por eso hay que recomendarles a los servidores públicos que actúen con moderación, con austeridad”.
Ese mismo lunes 8, Santiago Nieto presentó (o le pidieron) su renuncia a la UIF. “Antes de que pueda afectarse al proyecto, por críticas derivadas de actos de terceros relacionados con un evento personal y transparente” señaló en el tuit de despedida. ¿Pues qué pasó? Si fueron actos de terceros ¿por qué paga él los platos rotos? Si fue un evento transparente ¿qué necesidad tiene de achicarse frente a las críticas? ¿No le pega más “al proyecto” que el responsable de fiscalizar las cuentas de la nación se acobarde y esconda frente a la primera acusación o siquiera sugerencia de algo indebido?
Tenemos además el ejemplo previo de César Yáñez en 2018, entonces vocero del presidente electo. En su momento su boda también fue motivo de escándalo, con él y su pareja apareciendo en la portada de la revista ¡Hola! al más puro estilo de otros grandes neoliberales como Peña Nieto y Manuel Velasco y filtrando jugosos detalles como el menú (langosta con escamoles) y los más destacados nombres en la lista de casi 600 asistentes. ¿Y ahora? El Sr. Yáñez está tranquilo y cobrando como Coordinador General de Política y Gobierno de la presente administración.
No, no fue la boda ni el despilfarro lo que detonó el escándalo y el despido (perdón, renuncia). Es demasiado pequeño, comparado con otros escándalos que la camarilla que gobierna ha sorteado. Soy de la idea de que a Santiago Nieto y sobre todo a su esposa, los traían ya en la mira desde principios de año, y que quizá en Guatemala ocurrió algo más que sólo una boda, pero la manera más fácil de darle carpetazo al asunto es con la cabeza de Nieto.
En primer lugar, Carla Humphrey fue pieza clave para quitarle la candidatura por la gubernatura de Guerrero a Félix Salgado Macedonio el pasado 14 de abril, por no presentar sus informes de gastos de precampaña. Tras esto, Salgado Macedonio acusó a los consejeros de “traición” y celebró grandemente la renuncia de Santiago Nieto a su puesto. “La que me tumbó, se lo llevó entre las patas.” escribió.
Está también del asunto de Paola Félix Díaz, ex-secretaria de Turismo de la CDMX, otra que perdió su puesto por haber viajado a la boda. Claudia Sheimbaum insiste en que su error fue “haberse subido a un avión privado” porque “no va con los principios que representamos […] ustedes saben que nosotros viajamos de manera austera” Lo que la jefa de gobierno calla y espera que pase inadvertido, es que a Paola Félix la detuvieron con 35 mil dólares en efectivo con los que viajaba y que seguramente iban a cambiar de manos de algún modo y con algún propósito del que será difícil enterarnos.
No, la renuncia de Santiago Nieto no es un golpe de autoridad contra la corrupción. En el mejor de los casos es una venganza personal y un ajuste de cuentas entre diferentes camarillas morenistas. En el peor, una operación más en una entramada de corruptelas que involucra varios niveles de gobierno. El mismo Santiago Nieto alguna vez señaló que "Una de las tipologías de lavado de dinero consiste en el traslado de dinero en efectivo a Centroamérica para tomar vuelos públicos o privados y llevar dinero a paraísos fiscales".
Visto lo visto, supongo que lo decía por experiencia de primera mano...
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