Un día como hoy, de hace dos años, se desplomaba el tramo elevado entre las estaciones Olivos y Tezconco de la línea 12 del Metro de la Ciudad de México. Murieron 26 personas en aquel accidente.
Peritajes externos posteriores realizados por la empresa noruega Det Norske Veritas (DNV) señalaron importantes problemas de diseño, construcción y mantenimiento de línea, lo que significa que, en último término, los responsables de la tragedia son los jefes de gobierno Marcelo Ebrard Casaubon, quien la construyó, y Miguel Ángel Mancera Espinosa y Claudia Sheinbaum Pardo, quienes debieron darle mantenimiento preventivo. Todos estos personajes permanecen absolutamente impasibles y tranquilos. Todos ocupan cargos públicos y dos de ellos se perfilan para buscar la presidencia de la República en 2024. Las conclusiones del reporte de DNV fueron desestimadas y, en un burdo ejercicio mediático para desprestigiarlo, la empresa que lo elaboró fue demandada bajo pretexto irrisorio, pese a haber cumplido cabalmente con su contrato y trabajo de peritaje. Primera conclusión: El cinismo y la impunidad son rampantes.
Desde el 3 de mayo de 2021, ha habido infinidad de incidentes en el Sistema de Transporte Colectivo Metro. Sin ir más lejos el día de hoy por la mañana se reportó humo y retrasos en las estaciones Copilco, Miguel Ángel de Quevedo y División del Norte, en la Línea 3. En la Línea 9 se tuvo que desalojar un tren en la estación Pantitlan por causas que desconozco. Pero sé que el Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo (SNSTC) solicitó a las autoridades el cierre de la estación hace unos días por el ‘riesgo de un descarrilamiento”. Las fotografías de un reportaje de principios de marzo mostraba fallas, fracturas y pérdida de conexión entre tramos de concreto, columnas y trabes. Y el supuesto apuntalamiento que el gobierno de la Ciudad de México realizó está mal hecho, de acuerdo con los mismos trabajadores del Sindicato. En resumen, el Metro es una bomba de tiempo y una tragedia como la de hace dos años podría volver a ocurrir en cualquier momento. Segunda conclusión: El grado de irresponsabilidad es monumental.
Casi dos meses después de la tragedia en junio del 2021, el presidente de México se comprometió a tener “a más tardar en un año [...] funcionando de nuevo la línea con toda la seguridad, y es mi palabra [...] si hace falta, dejo empeñada mi palabra de que vamos a resolver el problema.” Apenas hoy la Jefa de Gobierno informó que será hasta finales de junio próximo cuando podría abrirse el servicio u únicamente hasta la estación Periférico Oriente. Tercera conclusión: Las palabras, especialmente las promesas del político, se las lleva el viento. No tienen honor ni compromiso y dirán lo que tengan que decir para salir del paso.
Todo esto se lo digo, querido lector, porque se acercan elecciones; primero en Coahuila y el Estado de México y el próximo año a nivel nacional. Y debo decirle con claridad dos cosas: En primer lugar, esté atento a lo que hagan, no a lo que digan, los perfiles que tendrá en la boleta. Prácticamente podría decirle que ignore las campañas, especialmente si esta carece de propuestas. Enfóquese en su historial, en su desempeño previo y lo que hicieron o dejaron de hacer estando ya en el servicio público. Porque si acabamos con demostrables cínicos e irresponsables en el poder no tendremos a nadie a quien culpar más que a nosotros
Y ese sería el segundo mensaje: No les de tregua. Si pueden dormir tranquilos y en libertad después de que su indolencia matara a 27 personas, es en parte también porque no hemos exigido como corresponde como ciudadanía. Porque no hemos empujado hasta sus últimas consecuencias. Porque tenemos la memoria corta
Nos vemos en la calle, nos vemos en las urnas
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