miércoles, 26 de mayo de 2021

Deer Park: La batalla perdida por detener el tiempo

El presidente anunció el lunes que habían cerrado las negociaciones para comprarle a Shell el resto de la refinería de Deer Park, en Houston, Texas. Muy contento, explicó en un video que esta refinería tiene capacidad para procesar 340 mil barriles diarios y que “es igual que la nueva refinería de Dos Bocas” pues tendrán una capacidad similar. La transacción se tasó en 600 millones de dólares, que se pagarían “no de deuda” aclaró el mandatario “sino de los ahorros, por ser un gobierno austero”.

Es difícil juzgar una decisión de negocio porque normalmente involucra jugar con una serie de riesgos con la esperanza de tener beneficios. Se puede especular, proyectar y medianamente predecir, pero nunca tener la certeza absoluta de su resultado. Habiendo dicho esto, ni en las proyecciones más optimistas el trato tiene mucho sentido, pero para esto hay que remontarnos un poco al pasado.

Allá por las épocas neoliberales del innombrable Carlos Salinas de Gortari (1993), PEMEX llegó a un acuerdo con Shell para construir la refinería de Deer Park. La empresa mexicana actuaría como inversionista, inyectando capital, recibiendo parte de las ganancias, proveyendo el crudo, pero dejando la operación en manos de Shell. Se dijo que de esa manera Pemex minimizaría costos de la refinación de crudo, pero al cabo de los años fue evidente que no hubo ventaja económica alguna para la paraestatal porque la planta le vendía el producto refinado a precios de mercado.

Así como en su momento el trato no jugó a nuestro favor, hoy los especialistas señalan que esta venta en realidad puede tratarse de una estrategia de salida para Shell de un mercado que ven a la baja, los combustibles, mientras se concentran en otros derivados del petróleo. En palabras del experto Gonzalo Monroy “No es casualidad que Shell venda la refinería pero que se quede con el centro petroquímico, que está adyacente.” En una entrevista que ofreció a ADN40 Monroy sugirió que la intención de PEMEX pudiera simplemente asegurarse de que permaneciera en su configuración actual, adaptada para procesar crudo pesado como el que exporta México, en lugar de que Shell la adaptara para crudo más ligero.

En todo esto, lo que se lee entre líneas es que México, bajo el pretexto de la soberanía energética, está gastando dinero para tratar de mantener a duras penas el estatus quo de un mercado que ya lo rebasó y que sigue cambiando más rápido de lo que PEMEX se puede adaptar. Estamos tirando dinero para detener el tiempo y eso no va a funcionar.

La compra del 50% de esta refinería inevitablemente pone también un enorme signo de interrogación en uno de los proyectos insignia de la presente administración: La construcción de la refinería de Dos Bocas.
Se estima que la construcción de la Refinería de Dos Bocas podría requerir una inversión de 12,000 millones de dólares. ¿Por qué estamos gastando ese dinero, si se puede adquirir una refinería ya instalada y operativa, que comenzaría a dar beneficios de inmediato, por la décima parte del precio?

Por otro lado, el tema de la “soberanía” que pudiera justificar todo este despropósito, tampoco queda firmemente resuelto. ¿No necesitaríamos que Estados Unidos nos deje meter el crudo y sacar el producto refinado a su país? ¿No tendríamos que someter la operación de dicha refinería a estándares Laborales y de Seguridad del país vecino?

¿Quién se beneficia, pues, con la compra de Deer Park, si claramente no es México? Ah, ahí está el quid de la cuestión ¿verdad? Y como reza aquel refrán, “Piensa mal y acertarás”. ¿De quién será el negocio ahora?
 


miércoles, 19 de mayo de 2021

Mi voto en Zapopan

Después de algún análisis, he finalmente definido mi voto para elegir al próximo presidente municipal de Zapopan. Llegado el 6 de junio, voy a apoyar a Juan José Frangie Saade.

Como en otras ocasiones, y para elecciones en otros niveles de gobierno, me parece útil exponer aquí mis razones detrás de la decisión. No es mi intención hacerle propaganda al candidato, sino exponer mi razonamiento, los criterios que he utilizado y cómo los he ponderado, de tal manera que puedan servirle a otros como hoja de ruta o ejemplo para cumplir con la encomienda democrática más básica: El voto razonado.

Empiezo por una brevísima descripción de la alcaldía en disputa, como telón de fondo y contexto para el análsis de las opciones en la boleta. Zapopan es el municipio más poblado de la Zona Metropolitana de Guadalajara, y con 1,47 millones de habitantes es el séptimo más poblado de México (datos del censo 2020). Es el municipio con mayor PIB per cápita y el mejor Índice de Desarrollo Humano del estado y está en el top 50 del país. Alrededor de un tercio de la población se emplea en la industria y en la manufactura y empresas del calibre de Sabritas, Intel, Bimbo, Flextronics, Motorola, Jaguar y Coca Cola tienen instalaciones aquí. Es también el municipio con el mayor grado de escolaridad del estado.
A lo que voy es: Zapopan es importante demográfica y económicamente. Desde 1995 ha gozado de cierta alternancia política repartida entre Acción Nacional y el Revolucionario Institucional y más recientemente (2015) Movimiento Ciudadano, apoyado por el enorme impulso a nivel estatal que le dio la figura de Enrique Alfaro. Es esta alternancia relativa y los periodos de estabilidad entre cada cambio de gobierno, acompañado de una ciudadanía activa y comprometida, lo que le ha permitido irse construyendo como un motor del estado.

A esta elección, se presentan ni más ni menos que nueve candidatos, de los que podemos descartar con cierta confianza a seis, que no alcanzan, de manera realista a tres semanas de la elección, una masa crítica de intención del voto para ganar. Los que verdaderamente están en carrera son tres: El morenista Alberto Uribe, Juan José Frangie Saade por Movimiento Ciudadano, y José Pedro Kumamoto, con su partido “Futuro”.

Este último es para mi la gran decepción de la carrera. Después de su victoria en 2015 como candidato independiente y francamente buen trabajo como diputado local, su campaña fallida en 2018 para ocupar un espacio en el Senado pareció desencantarlo de la via independiente y empujarlo a la formación de su propio partido político local: Futuro. Lo que significó un quiebre importante con posturas que había abanderado previamente, como #SinVotoNoHayDinero.
En general nunca compartí sus ideas políticas, que tienden hacia la izquierda. Reconozco que los múltiples documentos en su página de internet detallando sus iniciativas en Seguridad, Desarrollo Económico y Medio Ambiente están magníficamente documentados y son señal de que él y su equipo entienden los problemas, pero sus soluciones todas pasan por engrosar al Estado y generar estructuras artificiales alrededor de la actividad económica que la entorpecen y limitan. Si han leído otras entradas en este espacio, sabrán que nunca he comulgado con esas iniciativas, desafortunadamente parecen ser ya el común denominador.
Aunado a eso, a últimas fechas y quizá en un intento desesperado por recuperar terreno, Kumamoto viene desarrollando una campaña que me parece preocupante. Cierto, la aparición de una cabeza de cerdo en una hielera con un mensaje de amenaza debería investigarse, pero agarrarlo de motor para culpar a sus “adversarios” porque “son capaces de lo que sea” para tratar de detener “a la honestidad, la decencia y la sensibilidad” que ellos representan porque según sus números “están en primer lugar” (cuando todas las encuestas los sitúan en un lejano tercero, tal vez cuarto) es un discurso que ya escuchamos en boca de ya saben quien, con los pésimos resultados que ya todos conocemos. Réquiem por un referente disruptivo en la escena política nacional.

Pasemos a Morena; y a su abanderado Alberto Uribe, quien lleva hoy la ventaja en las encuestas. Su vida entera la ha dedicado al servicio público. Ya fue presidente municipal de Tlajomulco de Zúñiga y para estas elecciones, Zapopan no era su primera opción, prefiriendo Guadalajara o volver a comperir por Tlajomulco, según una nota de El Informador. En fin, que es viejo lobo de mar; político de cepa acostumbrado a nadar aguas turbulentas y acomodarse donde haya hueso. La negociación por su candidatura la hizo con las cabezas de Morena, partido que lo arropa desde 2018 (si, es chapulín), por lo que su independencia o libertad para actuar fuera del esquema morenista está en duda. Y francamente, con los resultados que está teniendo Morena al frente del país y de otras demarcaciones, me preocupa.
Es el único del que no pude encontrar página de internet con sus propuestas concretas y por escrito. Las notas periodísticas recogen generalidades “más obra pública e infraestructura” y “triplicar el presupuesto para proteger el Bosque de la Primavera”, sugerencia que seguramente soltó en respuesta a los graves incendios recientes en ese pulmón de toda la ZMG. No es ni nuevo, ni esperanzador. Es el político de siempre y hay que mandar el mensaje que ese tipo de candidatos ya no tienen cabida en nuestro sistema político.

Y finalmente Frangie. Contrario al morenista, el candidato emecista ha pasado casi toda su vida en la iniciativa privada y nunca nunca antes ha sido contendiente a un puesto de elección popular. Este perfil del “hombre nuevo” (o relativamente nuevo) me interesa impulsarlo, me interesa mandar el mensaje de que se requiere un cambio de sangre y no los mismos cartuchos quemados. Frangie es también, con una Maestría en el IPADE, el que me parece más preparado de los tres. Su única labor pública ha sido precisamente en Zapopan, como Jefe de Gabinete durante los últimos cinco años, por lo que su eventual ocupación de la presidencia municipal sería similar a un ascenso empresarial natural.
Ya estas características lo hacen, para mi, el más deseable de los tres: No es una persona que viva del presupuesto, tiene las tablas necesarias y está enterado de las problemáticas en el municipio por haber vivido en medio de ellas en una posición privilegiada.
Detesto a su partido y sus propuestas son genéricas y también engrosan al estado, pero ofrece cierta continuidad. A falta de una mejor opción, prefiero concentrarme en lo positivo del perfil y acordarme de que mi participación como ciudadano no acaba con cruzar una boleta, sino con exigirle al ganador.

Y usted, querido lector, lectora. ¿Ya sabe por quién va a votar?



miércoles, 12 de mayo de 2021

Meter las manos

De entre los acontecimientos recientes en el país, pocas cosas me han puesto tan de buenas como la confesa intromisión del presidente en la contienda electoral. Si, es ilegal; si contraviene un acuerdo “de no intervención” que firmó el presidente con los gobernadores y sí, acusa un uso faccioso de la Fiscalía General de la República, reduciendola institucionalmente a poco más que el juguetito de golpeteo del presidente. Está mal desde cualquier ángulo que se lo vea. Pero al mismo tiempo desnuda a las claras y de una vez por todas que están desesperados, que la ven perdida y que están tan contra las cuerdas que están dispuestos a chutarse el escándalo de que el presidente diga con todas sus letras “¡Claro que sí estoy metiendo las manos en las elecciones!”, porque creen que les costará menos de lo que puedan llegar a ganar.

Esta última jugada, durante la mañanera, está perfectamente alineada con el resto de la estrategia: descalifica al árbitro, genera desconfianza en el proceso, acusa de fraudulenta una elección que aún no ocurre. Cuando el inevitable revés llegue, tendrás puesto el escenario para ganar en los escritorios y en las calles lo que no pudiste asegurar en las urnas.

Por eso hoy más que nunca, y como no nos hemos cansado de repetir en este espacio, es indispensable cuidar la vida/vía institucional en este país y usar las herramientas de las que disponemos. Apoyemos al INE: inscríbete como observador de tu casilla, completa tu capacitación si saliste sorteado para ser funcionario, investiga a tus candidatos más allá de banderas y colores, revisa sus perfiles y propuestas. Vota. Las respuestas insitucionales se le atoran a este gobierno, se le atragantan y lo paralizan. Hay multitud de ejemplos.

Sobre las investigaciones a las la Fiscalía General de la República está sometiendo a Adrián de la Garza, del PRI, por solicitar el voto a cambio de dinero y a Samuel García, de Movimiento Ciudadano, es por recibir aportaciones “ilícitas” a su campaña, habrá que dejarlas correr, pero seguirlas de cerca y con criterio. El inicio de una carpeta de investigación no implica, siquiera, una acusación formal. Es decir, están anunciando con bombo y platillo una circunstancia de la que no hay certeza alguna. Están espantando con el petate del muerto.

¿Sabe qué no es el petate del muerto? El caso Lozoya, de mucho más alto perfil e importancia. O la extradición y posterior liberación y “Disculpe usted” al general Cienfuegos. O la falsificación de evidencia de la CFE que Bartlett dirige y que admitió en conferencia de prensa. O el caso de la Línea 12 del metro, las múltiples irregularidades financieras cometidas durante su construcción y la indignante falta de mantenimiento cuando había evidencia fotográfica y advertencias de los usuarios de las precarias condiciones.

En conclusión, querido lector, no bajemos los brazos:
  1. Los desplantes del presidente en sus mañaneras son una buena noticia e indicación de que el autoritarismo sangra, el populismo tiene pies de barro y que la vía institucional y de la ciudadanía activa es LA VÍA hacia adelante, gane quien gane la elección.
  2. Preparémonos para un periodo post-electoral difícil, se está allanando el terreno para un ataque frontal y desmedido a nuestras instituciones electorales para deslegitimarlas, con la mira puesta en 2024
  3. La FGR es también una institución y como tal se le debe respetar, pero a la que también se le debe exigir, sobre todo si se está haciendo un uso faccioso de ella. Exijamos el resultado no sólo de las investigaciones a los candidatos punteros en Nuevo León, sino a la larga lista de escándalos impresentables que este gobierno a dado a luz.
¡Prohibido rendirse! ¡A meter las manos!