miércoles, 30 de noviembre de 2022

Hedionda "oposición"

 De guinda, rojo o de azul, la mierda es mierda e igual apesta.

Disculpe mi francés, querido lector; pero es que de un tiempo acá el partido blanquiazul (y la “Alianza Opositora”, en general) se han empeñado en demostrar que está hecho de la misma sustancia pestilente que sus contrapartes en el gobierno. Y con la bandera de “Oposición” nadan de muertito sin “oponer” mayor cosa.


Empezamos por las múltiples maromas que han realizado tanto PRI como PAN para evadir el mandato ciudadano de que el INE no se toca, claramente expresado el pasado 13 de noviembre. Han sido muy cuidadosos en decir que no aprobarán la reforma del presidente y de Morena, pero intentan que pase desapercibida su propia iniciativa, que contempla el voto electrónico y la segunda vuelta electoral. “Todo lo que sea verificar condiciones administrativas, uso de recursos del INE y TEPJF, el PAN estará a favor de ver si se pueden “eficientar” dijo Jorge Romero Herrera. Diría que no entendieron nada, pero es más bien que no quieren entender. Ver a los panistas en redes sociales recular, jugar con palabras y tratear de marearse a los ciudadanos que valientemente los increpan es enfurecedor.


Con el PRI, lo mismo. Después de que pospusieran la votación para el próximo martes tuvieron rueda de prensa, y su presidente Alejandro Morena especificó que el voto de los legisladores del PRI será “en contra de ESA iniciativa” Las mayúsculas, naturalmente, son mías; porque yo leo entre líneas que si con esa no, quizá con otra sí, si les llegan al precio.


Y a eso están jugando las otrora grandes agrupaciones políticas en este país. A salir a ofrecerse vulgar y descaradamente al régimen, a hacerla de opositores mientras ceden terreno porque el orden de cosas  y su posición en ellas les conviene. Porque sólo una ramera política puede ver a más un millón de mexicanos a lo largo y ancho de todo el territorio nacional dedicar voluntariamente una mañana de domingo para dejar claro que no confía en las intenciones de una reforma electoral, y decir: “A lo mejor hay detallitos técnicos que se pueden negociar. Esto lo veníamos discutiendo ya nosotros desde antes,  total ¿Qué puede salir mal?”.


Y luego para acabar de descararse (y de paso reventarme el hígado) resulta que en lugar de trabajar, proponer e impulsar nuevos y probados perfiles propios; entretienen la idea de candidatear como presidenciable a cualquier viejo cascajo que les haga ojitos. Encuentro alarmante que Ricardo Monreal sea siquiera contemplado como el abanderado de la alianza “Va Por México” para 2024. No sólo es evidencia de su absoluta incapacidad de hacer política con lo que tienen, sino de una peligrosa dependencia al régimen y a la pedacera que éste decida soltarles. 


¿Se alcanza a ver el mensaje, mexicanos? El trabajo no se acaba con la eliminación de la etiqueta, el colorcito o el membrete. Accionar a un legislador de uno u otro lado de San Lázaro da exactamente el mismo trabajo. Y la pertenencia partidista no lo convierte a uno en santo. Lo dijimos cuando Morena empezó a aglutinar cascajo, lo seguiremos repitiendo ahora que Acción Nacional y otras fuerzas están yendo por el mismo camino.


Atento, mi estimado conciudadano. Hay que trabajar HOY. Hay que presionar HOY. La responsabilidad ciudadana que nos empujó a salir a marchar el 13 de noviembre debemos sentirla todos los días, actuar sobre ella todos los días. Porque la labor va mucho más allá de guindas, blanquiazules o tricolores.




miércoles, 23 de noviembre de 2022

Pleito (y mentiras) con el BID


El gobierno que no se iba a endeudar está indignado porque, con absoluta transparencia, el Banco Interamericano del Desarrollo hizo pública en su portal de internet la propuesta de préstamo de 700 millones de dólares que le hizo al gobierno mexicano, a solicitud expresa de éste, cabe aclarar.

La Secretaría de Hacienda se apresuró a negarlo todo, diciendo que el país jamás hecho la solicitud y calificando la información de “errónea”. “Causa sorpresa…” dice la nota informativa publicada por Hacienda “...que el BID, sin un documento oficial que lo sustente, publique un préstamo del que no tiene documentación alguna, ya que nunca ha existido un programa crediticio con algún multilateral con estos fines [...] El Gobierno Federal ha financiado los programas sociales utilizando recursos provenientes del combate a la corrupción y mediante la eficiencia recaudatoria que ha sido impulsada durante la presente administración”.

Sin dudar de la palabra de nuestros servidores públicos (pese a que han hecho de la mentira la herramienta principal de esta administración). ¿Qué interés podría tener el BID, una institución internacional y ajena al devenir político de nuestro país, en dedicar recursos humanos y técnicos en elaborar una propuesta para un préstamo que no le solicitaron y publicarlo en su página de internet? ¿Qué gana? Desde ahí, algo no cuadra.

Y pues, no, no cuadra. Y toda mentira más pronto que tarde termina por caer. Proceso encontró y publicó la solicitud que Hacienda asegura que nunca hizo. “Con la finalidad de impulsar los cambios contenidos en la Reforma de Pensiones, se considera pertinente contar con apoyo a las reformas de política pública de tipo programático”, plantea Héctor Santana Suárez, titular de la Unidad de Seguros, Pensiones y Seguridad Social (USPSS) de la SHCP, en una carta que envió el 22 de agosto a Mauricio Clever-Carone, el entonces presidente del BID.

¡Ah, porque esa es otra arista del pleito! La elección de la presidencia del organismo inflamó los ánimos del gobierno federal, luego de que se desestimara la candidatura del economista mexicano Gerardo Esquivel que promocionaba. La relación entre la SHCP y el BID se agrió entonces a raíz de otra “nota informativa” que la dependencia federal emitió el lunes, en la cual se lamentaba del resultado de las elecciones. En su escueto boletín, la SHCP deploró que la elección del economista brasileño Ilan Goldfajn “continúe la política de más de lo mismo”, en una evidente expresión de molestia que analistas y columnistas equipararon a un “berrinche”.

¿Entonces? ¡México sigue haciendo amigos en el ambiente internacional! Una estrategia inteligente, sobretodo porque mientras les tiras tierra, les pides dinero por detrás del telón de fondo. Una estrategia brillante, debo decir.

Aunado a eso, tenemos la confirmación de que el gobierno de la austeridad republicana sigue, sorprendentemente, gastando a manos llenas y con entusiasmo. Que su esquema recaudatorio es inoperante y no le da. Ya nos lo había advertido Rogelio Ramirez de la O. el pasado 28 de septiembre, cuando admitió ante los diputados que “en términos reales, el incremento de la deuda pública, al cuarto año de la administración, habrá aumentado 7% desde la base de diciembre de 2018″

¡Pero vamos bien!



miércoles, 16 de noviembre de 2022

El éxito del domingo... y los retos pendientes.

Somos un pueblo noble, aguantador y con poca conciencia cívica. Nuestras actividades y preocupaciones diarias nos dejan poco tiempo para dedicarlo a la política. La actitud de inevitabilidad e indefensión frente al gobierno (desarrollada durante años de “dictadura perfecta” priista) y la cultura que valora la resiliencia estóica a las calamidades, nos han dificultado muchísimo echar a andar nuestra incipiente democracia y sobre todo, saber qué hacer con ella y qué esperar de ella.


Por eso en nuestra historia reciente hemos tenido apenas un puñado de ocasiones como las del domingo pasado, porque las circunstancias tienen que ser muy extremas, tiene que haber muchísimo en juego, para que nos decidamos a salir de nuestro letargo cívico a tomar acción. Y cuando sucede, todavía nos sorprendemos de nuestras propias fuerzas. Y a veces hasta nos asustamos de la responsabilidad que dicha fuerza conlleva. 


La histórica marcha en defensa del INE del domingo reunió y organizó a millones de personas en diferentes partes de la república alrededor de un reclamo claro y tajante, que no se le modifique absolutamente nada al INE en su estructura y operación por lo menos de aquí al 2025.

Con cualquier métrica que se quiera usar para evaluarlo, el ejercicio ciudadano fue un éxito rotundo. A mi la que más me gusta utilizar es el acuse de recibo desde el aparato gubernamental, con la mención en la mañanera, la intentona de la jefa de gobierno de inhibir la participación implementando la contingencia ambiental, y el asedio desde TV Azteca (medio oficialista). Tocamos donde duele, pues.


Escenas como las del domingo me llenan de esperanza. Esperanza de que el ciudadano mexicano promedio se percate de que su intervención organizada es crucial y puede incidir en la vida pública del país; de que para vivir en “democracia” no le basta con salir a votar cada seis años, que tenemos todos la obligación de ir más allá y apretar y exigir cuentas y dejar claro el rumbo que queremos para nuestro país. Esta toma de conciencia es primer paso indispensable de una vida en libertad y de un país próspero y democrático.


Nada de esto significa que la batalla está ganada, sin embargo. Vendrán otros pasos, vendrán otros desafíos. Si la marcha del domingo queda para el anecdotario y no viene acompañada de la exigencia y el escrutinio al legislador, será apenas un estertor pasajero. Queda ese desafío, el que la participación política sea cosa de todos los días. En que la interacción con nuestros representantes y las demandas sea cosa de todos los días. 


Queda también el desafío de ver más allá de colores y membretes y entender la política como algo multidimensional que va más allá de derecha e izquierda, gobierno y oposición. Hacer funcionar y que trabaje para nosotros a un diputado azul que a un guinda, requerirá el mismo trabajo y la misma presión, porque al político siempre le será más fructífero y fácil negociar con otro político que con el electorado que lo puso a cargo. 

Botón de ejemplo: Bajo la etiqueta de “oposición”, el Partido Acción Nacional tiene ya su propia propuesta de reforma electoral turnada a comisiones. La propuesta contempla el voto electrónico manzana envenenada que no debemos aceptar por ningún motivo. ¿A cambió de qué está negociando Acción Nacional vender a los ciudadanos y darles atole con el dedo? ¿En razón de qué, después de participar en la marcha del domingo, se hacen los que no entendieron el reclamo?


Como puede observar, querido lector, la victoria del domingo no se traducirá automáticamente  en acciones dentro de las Cámaras. Es aún más dudoso que se traduzca en acciones en beneficio de usted y yo, la ciudadanía. No podemos bajar los brazos ni dormirnos en nuestros laureles. Si le impresionó la fuerza con la que congregamos a millones en Paseo de la Reforma, convénzase de que usted es y tiene esa fuerza, es cuestión de que la apliquemos juiciosamente y sin descanso. Ni un paso atrás.





miércoles, 9 de noviembre de 2022

No al voto electrónico en México

 Cada que hay elecciones en Estados Unidos, aprecio más nuestras instituciones electorales y el sistema que hemos instalado para hacer funcionar nuestra democracia. Han pasado aproximadamente veinticuatro horas desde el cierre de las casillas y en nuestro vecino país del norte aún hay conteos pendientes y batallas disputándose en Nevada y Arizona; y la sospecha (casi certeza) de que Georgia requerirá una segunda vuelta. El país sigue conteniendo la respiración.


En contraste, México con regularidad conoce los resultados de sus procesos electorales la noche misma del día que estos ocurren. Si se trata de una elección muy reñida, puede que tengamos que esperar hasta la una o dos de la mañana. ¡Ah! Y tenemos la enorme ventaja de que somos los mismos ciudadanos, con nombre y rostro, los que hacemos el conteo, no desconocidos funcionarios ni máquinas misteriosas


Y así llegamos al quid de la cuestión.  Con la discusión de una posible reforma electoral haciendo ruido de este lado del Río Bravo y el último insulto al Instituto Nacional Electoral con un recorte de cuatro mil 475 MDP; me pareció prudente aprovechar la coyuntura para tocar un tema que es fetiche para muchos analistas y políticos:

A Estados Unidos tradicionalmente se le señala como el epítome de las democracias occidentales y se busca legitimar la propia haciéndosele parecerse a esta. En ese tenor se ha soltado la idea de replicar en nuestro país el voto electrónico, a través de maquinitas, que nuestro vecino del norte emplea.


No sé cómo es que a alguien que haya vivido o le hayan platicado de lo ocurrido en el 88 pueda apoyar la idea, sobretodo cuando el señor Bartlett, entonces Secretario de Gobernación sigue tan cercano al poder y merodeando tras bambalinas en el circo de esta administración. 

El voto electrónico es, por su naturaleza misma, mucho más vulnerable a alteración y/o funcionamiento defectuoso. La entrada en Wikipedia sobre el “Electronic voting in the United States” presenta una larga lista de errores e inconsistencias que han ocurrido a lo largo de su historia. La más reciente ayer mismo, cuando el condado de Mercer en New Jersey anunció que todas sus máquinas habían dejado de funcionar.  Las máquinas se han averiado también en distintos condados de Texas y Arizona y el procedimiento ha sido objeto de impugnación en Pensilvania.


Porque esa es la otra, el conteo de una máquina es mucho más fácilmente desacreditado que el realizado por un colectivo ciudadano, en donde cada participante puede dar fe de lo que ha ocurrido el día de la elección en su casilla concreta. 

Estados Unidos no está exento de discursos incendiarios contra su sistema electoral y ocurre desde ambos bandos. Desde Trump, que alegó fraude en la elección de 2020, hasta el artículo de Político, que para fines prácticos dice que “Las elecciones de 2020 fueron completamente imposibles de hackear y hemos refutado cualquiera de sus intentos de decir lo contrario. Pero, existen riesgos reales de que los piratas informáticos puedan acceder a los equipos de votación y otra infraestructura electoral para tratar de socavar la votación de ESTA elección”. No piense demasiado en la incongruencia, le aseguro que ellos (Político) no lo hicieron.


Así que no, no quiero el voto electrónico en México. No me parece que sea el prometido salto hacia adelante en la vida democrática del país. Sobre todo cuando, desde la CFE, la presente administración podría cortar el suministro eléctrico en distritos clave durante tres o cuatro horas el día de la elección… ¿Y quién podría acusarlos de actuar con dolo?




jueves, 3 de noviembre de 2022

Brasil y México, democracias en riesgo.


Me preocupa grandemente el futuro de la democracia como sistema político en México y en Latinoamérica. Me preocupa que lo que nuestros padres y abuelos construyeron con sudor y sangre lo estemos dejando ir lenta, pero inexorablemente, por el drenaje. Temo que nos haya quedado grande la etiqueta de ciudadanos y la responsabilidad de cuidar el único esquema que nos permitía incidir en el rumbo de nuestros países. Veo lo que está pasando en Brasil, y me da ñáñaras pensar que algo así podría, muy posiblemente, darse en México en 2024.

El domingo hubo elecciones en Brasil. No envidio a los brasileños, ambos candidatos eran pésimas opciones. Bolsonaro es el incendiario radical de ultraderecha, que pinta cualquier alternativa como un ataque a las libertades individuales y a los valores familiares y que pretende obtener legitimidad utilizando a Dios, alegando algún tipo de misión divina, diciendo que Lula tiene un pacto con el demonio y otra sarta de tonterías. Aderezaba además sus arengas con una peligrosa dosis de escepticismo a las autoridades electorales.

Lula es el caudillito de izquierdas. Igual de populista e ideologizado, pero que busca su legitimidad en la voluntad de un “pueblo” que sólo él puede interpretar y poner en acción. Su postureo es igual de rastrero que el de su rival, sugiriendo que el actual presidente es practicante del canibalismo y la zoofilia. Envuelve su discurso, como cualquier zurdito, en ese pasado más próspero que los malos empresarios y políticos corruptos le robaron al país. En su caso, el discurso viene con matices. Por un lado, ya fue presidente con moderado éxito de 2003 a 2011 en un contexto internacional mucho más favorable, así que sus palabras vienen con una carga adicional de nostalgia y con algo de “evidencia”. Por otro lado, tiene gracia que hable de corrupción cuando él mismo fue condenado en 2017 a 12 años de prisión por este delito y la única razón por la que la sentencia fue anulada fue por defectos procesales.

De ese infame nivel las papuérrimas opciones y la conversación política en el país carioca.

Lo hemos dicho antes en este espacio. En un mundo globalizado, complejo e incierto; incluso hostil en algunos aspectos, e inescrutable para el grueso de la población, que sólo se siente en control de lo más cercano que rodea su vida y sus necesidades más inmediatas, la tentación de buscar a un “hombre fuerte” que nos venga a defender es gigantesca y así entregamos nuestro voto en blanco a cualquier impresentable. Que discursos polarizantes como los de Lula y Bolsonaro en Brasil tengan eco y funcionen, es obra exclusiva del miedo de la ciudadanía al “otro”.

La democracia requiere de ciudadanos libres, que tomen en sus manos el destino del país, que formen comités, que trabajen con sus representantes locales y se articulen para ejercer presión e ir construyendo perfiles con los que se pueda trabajar y encontrar acuerdos, para luego elevarlos y considerarlos para posiciones nacionales.
De otro modo se polarizan los discursos hasta resultar discusiones de parvulario y se pierden las propuestas y cualquier intención de progreso.

Pongamos nuestras barbas a remojar, mexicanos. Porque así como están nuestros hermanos brasileños podríamos encontrarnos nosotros en menos de dos años. El campamento guinda ya está, desde el gobierno, dándole con todo al golpeteo a nuestro sistema electoral, acusando fraude dos años antes de una elección que aún ni candidatos tiene, pidiendo urnas electrónicas más vulnerables que el conteo físico. Muy atentos, aferrémonos a nuestra democracia con ambas manos y defendámosla, porque mucho sospecho que será el gran dilema moral de nuestra generación. No hay otra alternativa, ni es una lucha que podamos dejar a nuestros hijos.