martes, 29 de enero de 2019

Lectura para todos.

“La gente no lee porque los libros son caros” sentenció con aplomo Paco Ignacio Taibo II, encargado del despacho de la dirección general del Fondo de Cultura Económica (FCE), en un evento en Mocorito, Sinaloa, el pasado domingo 27 de enero. Lo acompañaban el presidente Andrés Manuel y su mujer, en lo que fue la presentación de la nueva “Estrategia Nacional de Lectura”. Tres ejes, dicen, darán estructura a esta cruzada:
  1. Se inculcará el hábito desde la infancia y la adolescencia involucrando a la Red Nacional de Bibliotecas y a diferentes áreas de la SEP. 
  2. Habrá, al alcance de todos, títulos atractivos para el público a precios accesibles. (“Vamos a hacer libros baratísimos, vamos a regalar libros”, dijo Taibo)
  3. Se lanzarán campañas en medios de comunicación para posicionar a la lectura como un hábito positivo.
Aplaudo la intención. México ocupa el penúltimo lugar en el índice de lectura de la UNESCO (de 108 países) y creo que la lectura y la autoeducación pueden ser herramientas poderosas para ayudarnos a sacar adelante a nuestra gente. Urge fomentar el hábito y el gusto por leer.
El problema es que no veo nada que amerite el calificativo de “nuevo” en esta estrategia; y después de leer “Repensar la pobreza: Un giro radical en la lucha contra la desigualdad global” (Banerjee y Duflo, 2012) el diagnóstico con el que arrancó Taibo II me parece hasta simplista. Y cuando simplificamos y minimizamos los problemas, las soluciones también suelen salir minimizadas e insuficientes.

La economía de la pobreza se confunde demasiado a menudo con una economía pobre, dicen los autores. Se asume que como tienen poco, poco hay de interés en su vida económica y que todo podría resolverse subsidiando sus necesidades. No siempre es el caso. 
Los autores, producto de años de estudiar la economía de los que menos tienen, se han percatado de que el pobre gasta y prioriza sus gastos; es capaz de tomar decisiones financieras complejas con la información que tiene en función de sus necesidades y circunstancias. Sorprendentemente, en términos generales, las cosas que hacen la vida menos aburrida son una prioridad para los pobres. Llevan una vida dura, con presión constante por sacar con que sobrevivir semana a semana, o día a día, necesitan distractores. Por eso vemos casas con techo de lámina, pero una antena de televisión satelital, o un equipo de sonido de última generación, o gigantescas bodas y fiestas de quince años en colonias populares. Es entendible y normal.

El libro, por su lado y así como está, no necesariamente es un producto caro. Hay cientos de mercados de púlgas con libros a precios entre los $10 y los $150 pesos. La mayoría de los grandes clásicos de la literatura universal ya están disponibles en ediciones muy económicas y, aunque si me lo preguntan directamente lo negaré todo, existen infinidad de portales de Internet desde donde se puede descargar buen material de lectura gratuitamente.



Los pobres están dispuestos a gastar en entretenimiento y el libro es un bien asequible, y sin embargo el grueso de la población (independientemente de su posición económica) no lee. Lo que falta no es dinero, lo que falta es interés. 

Yo me pregunto si en lugar de gastar millonadas subsidiando la edición y producción de libros, no obtendremos mejores resultados invirtiendo más y más inteligentemente en nuestras escuelas primarias y secundarias. 
Banerjee y Duflo dedican todo un capítulo de su libro a la educación y sus hallazgos son interesantes. Los pobres están conscientes de la importancia de la educación, pero creen que sólo hará diferencia importante si se alcanza un grado verdaderamente avanzado (una licenciatura). Como los recursos de la familia pobre son limitados, normalmente destinan todo su capital en el hijo que muestra más potencial, relegando a los otros. Al primer signo de problemas escolares un hombre de clase media puede intentar enviar a su hijo a clases de regularización (es probable, además, que tenga menos hijos y pueda dedicarle más recursos a cada uno). El pobre, en cambio, quizá asumirá que su hijo sencillamente no se le da estudiar y permitirá que se vaya quedando atrás, lo sacará de la escuela y lo pondrá a trabajar, pues la necesidad de la familia es apremiante.

“La combinación de altas expectativas y poca fe puede resultar completamente letal. Si los maestros y los padres no creen que el niño pueda atravesar el bache [...] pueden renunciar a intentarlo [...] Los propios niños utilizan este razonamiento cuando valoran sus posibilidades. [...] Un niño que espera que la escuela sea difícil puede llegar a culpabilizarse cuando no entiende la explicación y puede pensar que no se le da bien estudiar —que es «tonto», como la mayoría de los niños de su condición—, y puede llegar a dejar los estudios completamente, a soñar despierto durante las clases o, sencillamente, a negarse a ir a la escuela,”

Asegurarnos de que ningún niño se quede atrás y comprometernos con la idea de que todos y cada uno pueden dominar las habilidades básicas de lectoescritura y matemáticas si les dedicamos el esfuerzo suficiente, puede hacer del libro como entretenimiento una opción mucho más atractiva y, en el largo plazo, traer muchos mejores resultados que sencillamente bajar los precios y regalar miles de libros que jamás van a leerse.

Adenda:

Ya me alargo mucho, pero no se me escapa el peligroso discurso del presidente en el evento de presentación de la estrategia. La idea de que es política de su Gobierno buscar “el equilibrio entre lo material y lo espiritual” y que promueve la lectura para “fortalecer los valores culturales, morales y espirituales” me resulta incómoda. La lectura debería ser herramienta para contrastar ideas y crecer, no para indoctrinar bajo sabrá Dios qué valores culturales, morales y espirituales. Habrá que estar atentos y ver qué se edita bajo esta nueva colección “Viento del Pueblo”. ¡No se duerma!

martes, 22 de enero de 2019

Partidos, #TodosSonIguales

Este lunes Margarita Zavala comenzó los trámites para transformar su asociación “Libertad y Responsabilidad Democrática” (Libre) en un partido político. El devenir de estos acontecimientos no debería sorprender a nadie, porque la organización vio la luz con la firma de su acta constitutiva el 22 de agosto pasado, y ya desde el proceso electoral de 2018 había quien pensaba que la candidatura independiente de la señora Zavala se trataba más de un ejercicio para medir sus propias fuerzas que de un intento serio por alcanzar la presidencia. Su abandono a media carrera, sin apoyar a ningún otro candidato, reforzó esa impresión. 

Paralelamente, amigos y familiares de Elba Esther Gordillo hicieron pública su intención de registrar como partido una asociación llamada Redes Sociales Progresistas (RSP) durante la primera asamblea nacional de la misma. (Por cierto, la mampara junto al presidium llevaba la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador, haga con esa información las elucubraciónes que desee).

Estas son apenas dos, de las más de treinta organizaciones que, haciendo corte al 18 de enero, han solicitado oficialmente su registro como partido, según el Instituto Nacional Electoral. La frase de Don César Garizurieta retumbó incontestable en mi cabeza cuando me enteré del dato. “Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”. Cada una de esas agrupaciones, si consiguen el registro, recibirán una jugosa dieta de parte del Estado, que podrán aplicar con total discrecionalidad. Recibirán también, si tienen éxito, cierto poder político con el que podrán negociar más prebendas y eso es realmente lo que quieren.

En México, la colección de colorcitos y símbolos curiosos que se nos presenta en la boleta con cada elección perdió cualquier significado desde hace mucho tiempo. Si realmente fueran factor unificador en base a ideologías y visiones de país ¿para qué una institución política tan abiertamente proamloista como RSP? ¿Por qué no incorporarla directamente a la estructura de Morena? Si el partido en el poder es “de izquierda” y “progresista” ¿Por qué da cabida a Manuel Espino, recalcitrante yunquista de extrema derecha? Si la vocación democrática es tan importante para la familia Calderón Zavala ¿Por qué la insistencia en hacer de Ernesto Cordero su gallo en la elección interna del PAN de 2012?

A lo que quiero llegar, querido lector, es que ni Andres Manuel, ni Margarita Zavala son esencialmente distintos. Por diferentes vías, ambos se presentan como grandes resolvedores de las problemáticas de México. Ambos presentan un discurso en donde “ellos sí donde otros no”. Los partidos ya no funcionan, dice Zavala, mientras forma su propio partido. La mafia del poder, dice Andrés Manuel, mientras cómodamente continúa con las mismas mañas, (las adjudicaciones directas y la militarización del país, por poner un ejemplo). 
Ambos buscan aglutinar bajo su bandera y sobre todo, bajo su estructura partidista, a incontables ciudadanos bien intencionados, pero que creen que cruzando la boleta cada seis años y delegando la responsabilidad del país a “su gallo”, van a cambiar las cosas. Pero apuntalar el proyecto personal del político en turno, no abona a la causa de los de a pie y eso hay que entenderlo bien.

En fin, querido lector no se deje apantallar, ni se deje jalar por el canto de las sirenas. ¿Quiere más iniciativas ciudadanas? Promuévalas, búsquelas en su comunidad local. Tome el ejemplo de Wikipolítica, que puso a Kumamoto en el Congreso local de Jalisco y más o menos funcionó. Analice el escenario de la política nacional desde los individuos, más que desde los colores y sea crítico. Exíjale al político en turno (el que sea que quede arriba) y sea frío cuando juzgue su desempeño, independientemente de la bandera que enarbole. En palabras de Margarita, ejerza su libertad y abrace la responsabilidad de ser ciudadano en democracia.


martes, 15 de enero de 2019

Nos leyeron la cartilla...

En una jugada que debería sorprender a muy pocos (después de todo, la Constitución Moral fue propuesta de campaña y uno de los miembros de la coalición que ganó el poder era el Partido Encuentro Social, de extrema derecha), el presidente López anunció que comenzaría a repartirse un folleto donde reeditaron la “Cartilla Moral” de Alfonso Reyes, escrita en 1944. La idea es, de inicio, empezar a distribuirlo entre 8,5 millones de personas beneficiarias de sus nuevos programas sociales. El objetivo, dijo en el acto de presentación es "moralizar la vida pública de México". “Tenemos que fortalecer los valores culturales, morales, espirituales; no sólo lograr el bienestar material, sino también el bienestar del alma" señaló.

Aunque comparto la opinión de López en que a México y a su gente le falta educación en valores y no tengo ninguna diferencia ideológica significativa con el texto de la “Cartilla Moral” si albergo algunas serias dudas y varias objeciones de cuán apropiado o siquiera legal es que el gobierno reparta (y por extensión, respalde) este documento como “moral de estado”


Legalmente, el documento tiene varios problemas. Camina al filo de la navaja en lo que respecta al estado laico (Art. 40°) pues es claro que el texto está inspirado por la moral católica —aunque redactado de tal manera que no le haga referencia directa— toca temas de religión, alma, y conceptos de espíritu y materia.
Entra en terreno pantanoso con el Art. 24° que explícitamente señala que toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas y de conciencia; sin contravenirlo directamente por que, hasta ahora, a nadie se le ha impuesto u obligado a seguirlo (a saber qué pasará cuando lo eleven a “Constitución” Moral).

El tema del fondo, y la mentalidad detrás de la movida, me parece aún más problemático. Políticamente es un acierto, porque le permite perpetuar su imagen como “el bueno” dentro de la escena pública nacional, el que quiere que el pueblo sea feliz. Desafortunadamente, él ahora representa al gobierno en turno, por lo que de facto se trata del gobierno intentando hacerse responsable no sólo de nuestro bienestar material (que ya es de por si complicado, si no es que imposible) sino también de nuestro bienestar “del alma” y de nuestra felicidad, que es punto más que imposible porque a cada quien lo hace feliz algo distinto.
No solo eso, al querernos quitar el derecho (y la responsabilidad que por fuerza conlleva) de buscar y procurar nuestra propia felicidad, la dinámica y el discurso gobierno-gobernados cambia dramáticamente. No es ya la relación de la institución que procura el orden y el estado de derecho con el ciudadano libre y consciente que actua como mejor le conviene para alcanzar sus objetivos dentro de ese marco legal; sino la del padre sobre protector y el niño pequeño, dependiente e inútil que ni siquiera sabe lo que es mejor para él y que no decide nada de su propia vida. ¿Cómo prefiere que le traten, querido lector?

Para muestra, baste un botón. En su texto la “Cartilla Moral” propone una definición universal del “bien” (complicado, porque lo que para mi es muy preciado para otro puede no valer nada). El “bien”, según esta definición, es “un ideal de justicia y de virtud”. De qué ideal se trate no nos lo aclara, pero si nos aclara que el bien “puede imponernos el sacrificio de nuestros anhelos, y aún de nuestra felicidad o de nuestra vida”. La línea siguiente continúa diciéndonos que el bien es “una felicidad que abarcase a toda la especie humana, ante la cual valen menos las felicidades personales de cada uno de nosotros
Ahora olvide que se trata de un texto que se escribió en 1944 y recuerde que esta es la filosofía que están promoviendo desde el gobierno. No es ni sutil, ni delicado; nos están mostrando el mapa de ruta con todas sus letras. Literalmente nos leyeron la cartilla. ¿Está usted dispuesto, querido lector a dar su vida por lo que esta administración decida que es “el bien”? ¿Le queda clara la idea de que no van a respetar sus deseos y libertades si estas se anteponen a la “felicidad colectiva”? ¿A qué le suena?

Agradezco que no le estén imponiendo nada a nadie pero, ¿Y si mejor, en lugar de entrar en debates filosóficos del bien y el mal, el estado se preocupa por fortalecer el estado de derecho, dejar claras las diferencias entre lo que es legal y lo que no y dejarnos a cada uno ver por nuestra felicidad?

PS: Por no dejar y porque no crean que se me pasó comentarlo. ¿Usar los colores del nuevo partido oficial hasta en las publicaciones institucionales también es parte de la moral que pregonaba Alfonso Reyes? ¿O eso solo lo recomiendan los publicistas de MORENA?

martes, 8 de enero de 2019

"Estrategia" Si, pero ¿Para qué?

Pesa esta semana en los titulares de todos los periódicos la situación del desabasto de combustible en las estaciones de servicio de nueve estados. La carestía es producto de la decisión, por parte del gobierno federal, de cerrar los ductos que transportaban el vital energético a lo largo y ancho del país. La medida, dicen los que se paran todos los días a las siete de la mañana en Palacio Nacional, forma parte de una sesuda y bien pensada estrategia para detener el robo de combustibles, o huachicol.


Aún si tomáramos las explicaciones del gobierno federal como vienen y sin cuestionarlas, así como le gusta a Andrés, habría que admitir que la medida ha generado un problema mayor del que en estricta teoría “resuelve” y así no sirve. 
La Secretaría de Energía ya admitió que no contempló las consecuencias logísticas de trasladar por carretera lo que normalmente se mueve a presión por tubería. Las consecuencias de esto son graves para la actividad económica. Lo más obvio es pensar en el taxista, o el fletero a destajo  ¿Pero, qué hay de los servicios de emergencia, patrullas haciendo sus rondas, camiones de bomberos, y ambulancias? ¿Qué hay de la distribución de alimentos y el traslado de mercancías? ¿Qué hay de toda la actividad económica que se detiene porque la gente prefiere no salir y no gastar combustible? Este martes bajó casi una tercera parte la cantidad de visitantes al Mercado de Abastos y el Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco señala que la situación podría pegar al surtido de alimentos, dado que el 80% de la mercancía se mueve en vehículos de transporte en la ZMG. ¿Pensó en todo eso el gobierno federal cuando puso en marcha su “estrategia” (sic)? ¿Cree Rocío Nahle que se resuelve pidiendo una disculpa? Porque su jefe está en otro plan ¿Eh? Fiel a su costumbre, Andrés le echa la culpa a todos y a todo antes que reconocer y enmendar cuando la embarra. Asegura que “se ha magnificado el tema” debido a habladurías de “conservadores” y “opositores a su gobierno” y que el cierre de ductos va a continuar “hasta ver quién se cansa primero: si los que se roban el combustible o el gobierno”  Con el antecedente de que este es el hombre que se aferró necio a la presidencia por más de doce largos años, yo me sentaba a esperar...

Ahora, el costo que yo le describo arriba es bastante intangible. No hay manera confiable, por ejemplo, de asignarle valor monetario al tiempo que perdemos en las colas de las estaciones de servicio para llenar el tanque. Pero hay un costo muy real y muy tangible en el traslado. Cuesta 14 veces más mover el combustible con pipas que con ductos. Y si la pipa va vigilada con una patrulla todo el camino como dicta “la estrategia” pues cuesta mucho más. ¿Quién paga esa diferencia? Pues usted y yo, por supuesto, a través de nuestros impuestos. Resulta que PEMEX tuvo más perdidas por evitar que le roben la gasolina, que por el monto de lo robado. Le digo, las ocurrencias salen carísimas.

¿Y quién se lleva la lana? Digo, ya establecimos que PEMEX no tenía la flotilla necesaria para abastecer a todo el país, así que, por supuesto, está subcontratando. ¿A quién? A una empresilla por ahí que se llama Excelence Freights que es propiedad de Grupo IDESA ¿Adivinen quién tiene participación accionaria en Grupo IDESA? La esposa de nuestro secretario de comunicaciones y transportes Jimenez Espriú, por supuesto. ¡Puro cambio verdadero! 

¿Y sabe quién más está haciendo su agosto con esta medida? El huachicolero, por supuesto. Antaño el ladrón de combustible encontraba su ventaja competitiva en ofrecer el producto a un precio inferior al del mercado. Total, a él nada le costaba, ni se jugaba el físico porque estaba coludido con las autoridades. ¿Pero adivinen qué? La ley de mercado es implacable y la falta de oferta legal está obligando a mucha gente a recurrir a la oferta ilegal. Donde antes de vendía el litro de huachicol en $13 MXN por litro, ya ayer alcanzó la friolera de $30 el litro. Al mismo tiempo, aunque el gobierno dijo claramente que "el huachicol se organizaba desde una torre de PEMEX" no hay al día de hoy ningún detenido. Entonces, la “estrategia” para combatir al maleante en realidad le está haciendo más jugoso el negocio y no está desarmando la red de contactos que le permiten robar. ¡Brillante!

Así las cosas, querido lector. Más vale que la “estrategia” del desabasto traiga responsables detenidos, combustible incautado o algo tangible. De no ser así, la ocurrencia habrá afectado severa e injustamente la actividad económica del país y la vida de millones de personas. 
Y recuerde, todas estas conclusiones las hicimos aceptando la premisa de López. No me animo a pensar mal porque sería macabro pero esto, lo del aeropuerto y otras medidas. ¿existirá una estrategia deliberada para empobrecer al país? 
Se la dejo botando...