Este lunes Margarita Zavala comenzó los trámites para transformar su asociación “Libertad y Responsabilidad Democrática” (Libre) en un partido político. El devenir de estos acontecimientos no debería sorprender a nadie, porque la organización vio la luz con la firma de su acta constitutiva el 22 de agosto pasado, y ya desde el proceso electoral de 2018 había quien pensaba que la candidatura independiente de la señora Zavala se trataba más de un ejercicio para medir sus propias fuerzas que de un intento serio por alcanzar la presidencia. Su abandono a media carrera, sin apoyar a ningún otro candidato, reforzó esa impresión.
Paralelamente, amigos y familiares de Elba Esther Gordillo hicieron pública su intención de registrar como partido una asociación llamada Redes Sociales Progresistas (RSP) durante la primera asamblea nacional de la misma. (Por cierto, la mampara junto al presidium llevaba la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador, haga con esa información las elucubraciónes que desee).
Estas son apenas dos, de las más de treinta organizaciones que, haciendo corte al 18 de enero, han solicitado oficialmente su registro como partido, según el Instituto Nacional Electoral. La frase de Don César Garizurieta retumbó incontestable en mi cabeza cuando me enteré del dato. “Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”. Cada una de esas agrupaciones, si consiguen el registro, recibirán una jugosa dieta de parte del Estado, que podrán aplicar con total discrecionalidad. Recibirán también, si tienen éxito, cierto poder político con el que podrán negociar más prebendas y eso es realmente lo que quieren.
En México, la colección de colorcitos y símbolos curiosos que se nos presenta en la boleta con cada elección perdió cualquier significado desde hace mucho tiempo. Si realmente fueran factor unificador en base a ideologías y visiones de país ¿para qué una institución política tan abiertamente proamloista como RSP? ¿Por qué no incorporarla directamente a la estructura de Morena? Si el partido en el poder es “de izquierda” y “progresista” ¿Por qué da cabida a Manuel Espino, recalcitrante yunquista de extrema derecha? Si la vocación democrática es tan importante para la familia Calderón Zavala ¿Por qué la insistencia en hacer de Ernesto Cordero su gallo en la elección interna del PAN de 2012?
A lo que quiero llegar, querido lector, es que ni Andres Manuel, ni Margarita Zavala son esencialmente distintos. Por diferentes vías, ambos se presentan como grandes resolvedores de las problemáticas de México. Ambos presentan un discurso en donde “ellos sí donde otros no”. Los partidos ya no funcionan, dice Zavala, mientras forma su propio partido. La mafia del poder, dice Andrés Manuel, mientras cómodamente continúa con las mismas mañas, (las adjudicaciones directas y la militarización del país, por poner un ejemplo).
Ambos buscan aglutinar bajo su bandera y sobre todo, bajo su estructura partidista, a incontables ciudadanos bien intencionados, pero que creen que cruzando la boleta cada seis años y delegando la responsabilidad del país a “su gallo”, van a cambiar las cosas. Pero apuntalar el proyecto personal del político en turno, no abona a la causa de los de a pie y eso hay que entenderlo bien.
En fin, querido lector no se deje apantallar, ni se deje jalar por el canto de las sirenas. ¿Quiere más iniciativas ciudadanas? Promuévalas, búsquelas en su comunidad local. Tome el ejemplo de Wikipolítica, que puso a Kumamoto en el Congreso local de Jalisco y más o menos funcionó. Analice el escenario de la política nacional desde los individuos, más que desde los colores y sea crítico. Exíjale al político en turno (el que sea que quede arriba) y sea frío cuando juzgue su desempeño, independientemente de la bandera que enarbole. En palabras de Margarita, ejerza su libertad y abrace la responsabilidad de ser ciudadano en democracia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu opinión es muy importante ¡Súmate al debate y déjanos un comentario!