De guinda, rojo o de azul, la mierda es mierda e igual apesta.
Disculpe mi francés, querido lector; pero es que de un tiempo acá el partido blanquiazul (y la “Alianza Opositora”, en general) se han empeñado en demostrar que está hecho de la misma sustancia pestilente que sus contrapartes en el gobierno. Y con la bandera de “Oposición” nadan de muertito sin “oponer” mayor cosa.
Empezamos por las múltiples maromas que han realizado tanto PRI como PAN para evadir el mandato ciudadano de que el INE no se toca, claramente expresado el pasado 13 de noviembre. Han sido muy cuidadosos en decir que no aprobarán la reforma del presidente y de Morena, pero intentan que pase desapercibida su propia iniciativa, que contempla el voto electrónico y la segunda vuelta electoral. “Todo lo que sea verificar condiciones administrativas, uso de recursos del INE y TEPJF, el PAN estará a favor de ver si se pueden “eficientar” dijo Jorge Romero Herrera. Diría que no entendieron nada, pero es más bien que no quieren entender. Ver a los panistas en redes sociales recular, jugar con palabras y tratear de marearse a los ciudadanos que valientemente los increpan es enfurecedor.
Con el PRI, lo mismo. Después de que pospusieran la votación para el próximo martes tuvieron rueda de prensa, y su presidente Alejandro Morena especificó que el voto de los legisladores del PRI será “en contra de ESA iniciativa” Las mayúsculas, naturalmente, son mías; porque yo leo entre líneas que si con esa no, quizá con otra sí, si les llegan al precio.
Y a eso están jugando las otrora grandes agrupaciones políticas en este país. A salir a ofrecerse vulgar y descaradamente al régimen, a hacerla de opositores mientras ceden terreno porque el orden de cosas y su posición en ellas les conviene. Porque sólo una ramera política puede ver a más un millón de mexicanos a lo largo y ancho de todo el territorio nacional dedicar voluntariamente una mañana de domingo para dejar claro que no confía en las intenciones de una reforma electoral, y decir: “A lo mejor hay detallitos técnicos que se pueden negociar. Esto lo veníamos discutiendo ya nosotros desde antes, total ¿Qué puede salir mal?”.
Y luego para acabar de descararse (y de paso reventarme el hígado) resulta que en lugar de trabajar, proponer e impulsar nuevos y probados perfiles propios; entretienen la idea de candidatear como presidenciable a cualquier viejo cascajo que les haga ojitos. Encuentro alarmante que Ricardo Monreal sea siquiera contemplado como el abanderado de la alianza “Va Por México” para 2024. No sólo es evidencia de su absoluta incapacidad de hacer política con lo que tienen, sino de una peligrosa dependencia al régimen y a la pedacera que éste decida soltarles.
¿Se alcanza a ver el mensaje, mexicanos? El trabajo no se acaba con la eliminación de la etiqueta, el colorcito o el membrete. Accionar a un legislador de uno u otro lado de San Lázaro da exactamente el mismo trabajo. Y la pertenencia partidista no lo convierte a uno en santo. Lo dijimos cuando Morena empezó a aglutinar cascajo, lo seguiremos repitiendo ahora que Acción Nacional y otras fuerzas están yendo por el mismo camino.
Atento, mi estimado conciudadano. Hay que trabajar HOY. Hay que presionar HOY. La responsabilidad ciudadana que nos empujó a salir a marchar el 13 de noviembre debemos sentirla todos los días, actuar sobre ella todos los días. Porque la labor va mucho más allá de guindas, blanquiazules o tricolores.
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