La estrategia del presidente López de usar el abrazo como herramienta para impulsar la seguridad pública no sólo no está deteniendo los balazos (28 mil asesinatos en lo que va del sexenio, 98 diarios en promedio) sino que está envalentonando al crímen organizado, permitiéndole recuperar espacios e introducirse en otras áreas de la vida nacional que antaño funcionaban.
El aguacate mexicano ha sido llamado el oro verde, por lo bien que se vende del otro lado del Río Bravo. De hecho, se exportan casi 900 mil toneladas al año y está documentado que el día en que más se consume aguacate es el día del Super Bowl, en forma de guacamole. Hoy, la posibilidad de seguir exportando aguacate mexicano al mercado consumidor más grande del mundo está en riesgo.
¿Qué pasó?
Resulta que para que el producto pueda ser exportado a Estados Unidos, el departamento de Agricultura de ese país (USDA, por sus siglas en Inglés) tiene que certificar toda la cadena de valor. Es decir, desde las condiciones de las plantaciones, cosecha, empaque y envío. Es una manera que tiene el gobierno del vecino país del norte de proteger a su industria aguacatera local (al imponerle a la industria extranjera condiciones que no cualquiera cumple) y de proteger la salud de su población. Es parecido a lo que hace aquí la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS)
Pues bien, el viernes pasado nos enteramos, a través de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM) que el USDA amenazó con suspender la importación del aguacate si no se garantiza la seguridad de sus inspectores fitosanitarios. Esto porque el pasado 16 de agosto, en Zuiracuaretiro, Michoacán, a sus inspectores los retuvieron y despojaron de su camioneta cuando realizaban la vigilancia sanitaria. Un segundo grupo de agentes fue amenazado por cancelar la certificación de un huerto en la comunidad de Copal, Michoacán, al parecer por miembros del crimen organizado.
No es dificil imaginar lo ocurrido. Por la razón que ustedes quieran, el agente de la USDA canceló la certificación del aguacatero. Cuando el crímen organizado pasó a cobrar el derecho de piso, el productor les explicó que no había con qué. La cosecha ahí estaba, pero no la podía vender sin la certificación. Y pues “No te apures, yo me encargo”. Ahí van los matones a detener y amenazar al agente certificador. “¿Verdad que si le vas a dar su certificado?”
Obviamente, la USDA no piensa tocarse el corazón: ."Para situaciones futuras que resulten en una violación de seguridad o demuestren una amenaza inminente y física, suspenderemos inmediatamente el programa" indica el documento. Es la primera vez que ocurre algo así y que hay una amenaza de ese calibre en 22 años de relación comercial.
Pero eso sí, sigamos combatiendo al narcotráfico con guácalas, fúchilas y la amenaza de la chancla de las madrecitas de estos gamberros. Ya ven que funciona de perlas.
Sobre la celebración del Grito:
Se trató de un evento cívico correcto. Y nada más.
López se comportó de acuerdo a la investidura presidencial que tiene. Y sus 20 vivas, aunque poco usuales, tampoco se saltaron la norma ni fueron un despropósito. Me gustó en particular el viva a los héroes anónimos, porque de esos México está lleno.
Es triste que haya quien esté celebrando que el presidente se haya portado presidencial y fuera un grito sobrio y sin aspavientos. Como si fuera algo extraordinario. Es el comportamiento mínimo que se le debe pedir como cabeza del Poder Ejecutivo, pero supongo que nos tiene tan mal acostumbrado que ahora lo vemos como digno de mérito.
Sugiero cambiar el chip. El grito de “¡Viva México!” nos coloca en una posición pasiva, en el buen deseo de que el país prospere, pero en el que no asumimos responsabilidad alguna. Si somos mexicanos capaces, productivos y comprometidos con el país, el grito debe impulsar a la acción.
¡Vive México! Vívelo, hazlo tuyo, comprométete con él. Que sea un acuerdo amplio por construir un presente y futuro mejores y no una evocación de pasados gloriosos inexistentes. (La narrativa oficial de nuestra historia es… pues eso, una narrativa construida para henchirnos el pecho y poco más)
¡Vive México! Por las víctimas de violencia; en defensa de nuestras libertades de expresión, de reunión, de consumo y de elección. ¡Vive México! Por los niños que merecen más opciones y oportunidades de las que hay hoy y que no van a tener a menos de que nosotros se las aseguremos; ¡Vive México! Por nuestros padres y abuelos que se partieron el lomo en serio para sacarnos adelante y ponernos donde estamos hoy.
El compromiso es enorme, y yo no se lo quiero dejar a nadie más. ¿Y tú?
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