Van a ser tres años muy, muy largos de aquí al 2024, mexicanos.
Como la presente administración está haciendo agua por todos lados, el presidente juzgó necesario arrojar a la palestra nacional la cuestión de su sucesión (pregunta que nadie hizo, por cierto; no con tanto camino por andar y recién terminado un proceso electoral intenso como fue el de este año). La ungida, aparentemente, resultó ser Claudia Sheinbaum a quien desde julio ha mantenido cerca en diferentes actividades y con quien se ha deshecho en elogios: “Quizá por eso no tengo que hacer muchas giras en la Ciudad de México” expresó, por ejemplo, en su mañanera del viernes. “Porque la jefa de Gobierno me aligera la carga, ella me representa muy bien, me siento representado por la jefa de Gobierno, que es una mujer trabajadora, honesta, con convicciones”
Si realmente quiere como su sucesora a la jefa de gobierno, el presidente le está haciendo un flaco favor. En primera instancia, le está poniendo un blanco en la espalda: Si ese es el caballo más adelantado, a ese es al que hay que tirarle y desestabilizar para que “no llegue” a las elecciones en buena posición. En segunda instancia el claro y adelantado dedazo, —un proceso de elección tan sorprendentemente priista e irregular en un autoproclamado demócrata—, irremediablemente caerá mal entre los miembros de su partido con cierto liderazgo que seguramente querían hacer su luchita por la candidatura. La maniobra compromete la obediencia y colaboración de estos personajes por lo que resta del sexenio y da el pistoletazo de salida a toda suerte de puñaladas traperas y patadas debajo de la mesa color guinda de Morena.
Así es como yo interpreto que nos enteráramos que Mariana Imaz Sheinbaum, hija de la jefa de Gobierno recibió más de un millón de pesos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) entre el 2019 y 2020 para cursar su doctorado en la Universidad de California. Es el típico manejo clientelar y nepotista con el que cientos de políticos mexicanos benefician a sus familias y allegados. Sólo que a alguien le interesaba el golpeteo político resultante de divulgar el tema.
No cuestiono la capacidad la Srta. Imaz, o su derecho a una beca. Encuentro cuestionable la cifra recibida, por más meritoria que haya sido la asignación, cuando el monto mensual de beca que está anunciando el CONACYT actualmente para quienes están buscando doctorarse en 2021 es de apenas 14,701 pesos. Muy lejos de la cifra millonaria que recibió la hija de la jefa de Gobierno. Me llama la atención también la contradicción entre los hechos y la convicción cuatroteísta de que quien estudia en el extranjero es malo y sólo va a aprender a robar o a ayudar a que roben otros (no lo dije yo, lo dijo el presidente en una mañanera de agosto). Cuestiono que un gobierno que desprecia la meritocracia empiece la defensa de la señorita con “Se ganó la beca por méritos propios” Sencillamente, aborrezco la incongruencia; pero esa no es novedad con esta administración
Doña Sheinbaum se tendrá que acostumbrar a este tipo de pequeñas jugarretas que poco a poco, como las banderillas al toro, le irán robando la energía y el brío hasta que quede condenada y sin oportunidades en 2024. Ahí están Ebrard, Monreal y si se descuidan hasta Noroña listos para rebasarla en la carrera por “la grande”. Eso sí y sólo si, el actual titular del Ejecutivo no decide que quiere repetir.
Lo dicho, van a ser tres años muy largos, agárrenla con calma y no nos distraigamos ni quitemos el dedo del renglón. Hablemos de la sucesión hasta sea el tiempo adecuado para ello y concentrémonos en las responsabilidades que la presente administración todavía tiene.
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