El miércoles 17 de junio del 2020, publicamos en este espacio la entrada “El inhumano esquema cubano (que México está apoyando)”. En ella dábamos cuenta del macabro sistema de explotación humana que el gobierno de la isla caribeña implementó para complementar sus ingresos y sostener, como si fuera con respiración asistida, la dictadura.
Relatábamos entonces cómo nuestro país, so pretexto de la pandemia y para satisfacer sabrá Dios que oscuro compromiso con el régimen cubano, apoyaba este esquema a razón de seis millones de dólares mensuales. Incluso, a sabiendas de que la ONU señalaba la posibilidad de que el programa mantuviera a sus médicos en condiciones de “trabajo forzoso” (una forma contemporánea de esclavitud).
La pandemia, al menos para la narrativa oficialista, ya terminó. Pero aparentemente el compromiso de apoyar un estado absolutamente fallido, pero política e ideológicamente muy rentable, continúa más vigente que nunca. La presente administración anunció esta semana que va a seguir “rentando” médicos y pagándole sumas millonarias al gobierno cubano (no a los médicos, nunca a los médicos).
Con este gobierno, uno puede sin falta medir el despropósito de una iniciativa por el número de horas y la cantidad de personas dedicadas a explicarlo y justificarlo. Y el nado sincronizado desplegado por las autoridades de salud en este país para reforzar esta decisión es escandaloso.
Que si México ocupa los últimos lugares en el número de especialistas por cada cien mil habitantes entre los países de la OCDE, dice López-Gatell. Que si el IMSS tiene plazas en comunidades remotas del país que no se han cubierto en tres años, dice el secretario Alcocer. Que si en México no hay médicos porque “el sistema de corrupción que existía dejó de invertir en la educación pública y quería privatizar la educación”, dice el presidente Andrés Manuel.
Mentiras, patrañas, pretextos.
49 mil 479 médicos presentaron el Examen Nacional de Residentes (ENARM) el año pasado (2021), la Secretaría de Salud había prometido 30 mil plazas para la formación de estos especialistas, sin embargo, la información oficial publicada por la Comisión Interinstitucional para la Formación de Recursos Humanos para la Salud (CIFRHS) solo se otorgaron 17 mil 936 plazas, menos lugares incluso que los otorgados en 2020. ¿Dónde están las plazas, señor López-Gatell?
Si, el IMSS tiene plazas disponibles en comunidades remotas, Dr. Alcocer. Pero las condiciones de contratación (sueldos y prestaciones), las condiciones de los centros de salud en los que laborarían (incluida la falta de medicamentos) y las condiciones de seguridad contra la delincuencia, no son mínimamente aceptables. No es, como quieren hacer creer, que “se olviden del juramento hipocrático o del derecho de la población a recibir atención médica” sino que los médicos no están obligados ni dispuestos a cubrir, regalando su trabajo con salarios de miseria y poniendo en riesgo su vida en tierra caliente, su abyecta ineptitud al frente de la Secretaría de Salud.
Y no, señor presidente, incluso si aceptáramos el debatible argumento de que se pretendía privatizar la educación, que una mayor proporción de la población estudiantil decida acercarse a una institución privada debería, en teoría, liberar espacios en las instituciones públicas y sumar al número total de egresados. A la mejor convendría revisar por qué las instituciones públicas están dejando de ser atractivas y si tiene algo que ver con las prácticas abusivas en clínicas y hospitales que funcionan con capital gubernamental.
La explicación más sencilla es a menudo la correcta, decía Guillermo de Ockham. Y no hay maroma que pueda explicar adecuadamente lo que a todas luces, es incompetencia intencional y compromisos adquiridos.
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