Mientras el COVID-19 continúa rampante por el territorio nacional, el asedio incansable a nuestras instituciones por parte del poder no cesa. La estrategia de destrucción, sin embargo, es sutil y engañosa. A manera de globos sonda, alguno de los miembros del partido hace alguna declaración, alguna sugerencia o propuesta indignante y observan con cuidado la reacción de la población. Si se arma jaleo, reculan. El presidente o alguna cabeza de mayor rango dentro de la administración sale a desmentir la declaración o desdeñar públicamente la propuesta, y se reviste de ese modo de un halo de salvador y protector de la justicia. Juegan el doble juego de fabricarse un villano y ser el héroe de la historia. En términos burdos, nos rompen las piernas y luego ofrecen un par de muletas e insisten en que son los buenos y nos están ayudando; haciéndonos un favor. Tres ejemplos de los últimos días:
La comunidad se enfrentó recientemente a la extinción del Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE) por decreto presidencial; además de la iniciativa de modificación a la Ley Federal de Cinematografía, para la derogación del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE), fideicomiso federal para la producción, distribución, y exhibición de largometrajes. Les rompieron las piernas, pues; porque de esos apoyos depende buena parte de la producción nacional de cine.
La reacción no se hizo esperar. Fue curioso ver alzar la voz contra el gobierno a los que otrora fueron instrumentales en su alzamiento (Joaquín Cosío, Damián Alcázar, Gael García, entre otros tantos apoyaron a López Obrador durante la campaña). Al final y luego de sentarse a negociar, los artistas ganaron… exactamente lo que ya tenían: Mario Delgado anunció la preservación de ambos fondos. Quedaron agradecidos y el coordinador de diputados morenistas se vistió de héroe.
Va otro ejemplo: Luis Miguel Barbosa y su intentona de adueñarse de la educación privada de Puebla a través de una nueva ley estatal de Eduacación, limitando las opciones de los poblanos y su libertad de elegir en dónde y en qué condiciones quieren educarse. Es indignante que el gobierno, incapaz de ofrecer una alternativa educativa de calidad (que está obligado a dar por ley), pretenda limitar o acotar iniciativas educativas privadas (completamente opcionales, porque nadie está obligado a estudiar en una escuela privada)
La estrategia es así de burda. Si no se arma jaleo, la iniciativa se dispersa luego a otros estados. Si se rebate en tribunales y si encuentra cualquier tipo de resistencia o presión de parte de las Universidades privadas de Puebla, saldrá algún iluminado a aceptar una “revisión” y a quedar bien
Último ejemplo: la Secretaría de Economía publicó en el DOF una convocatoria para crear una Norma Oficial Mexicana para la Organización de las Elecciones. El intento es torpe, pero la nueva escaramuza por quitarle sus atribuciones y su independencia al INE y someterlo al poder ejecutivo es evidencia de que no han quitado el dedo del renglón.
La SE se justificó indicando que la organización electoral necesita demostrar su capacidad para brindar resultados confiables, transparentes, libres y justos de los comicios. ¿Qué tiene que la materia electoral con la económica? Es la pregunta que nos hacemos todos. Además, siendo el INE quien garantizó la elección la elección que puso a AMLO en el poder. ¿Está admitiendo la 4ta Transformación que el proceso que la entronó estuvo maleado?
Tampoco esta aberración jurídica y constitucional prosperará un segundo si se le enfrenta con el mínimo de inteligencia y el INE seguramente defenderá sus intereses. La intención no es forzar una estrategia, es ir tanteando por dónde sí puede pasar, e ir desgastando poco a poco.
Esos fueron tres ejemplos de esta “guerra de guerrillas” que Morena ha iniciado contra nuestras instituciones y estructuras democráticas. Es bien importante que estemos al tiro, mexicanos, que conozcamos al enemigo y sus estrategias, que anotemos con cuidado los nombres de los prestanombres que se ofrecen a avanzar la agenda autodestructiva y estatista de la 4ta Transformación; esa que nos rompe las piernas para luego hacerse la santa ofreciendo muletas. No nos están haciendo ningún favor.
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