Que se diga y se repita hasta que se entienda: una vida pública verdaderamente democrática, independiente y sana se sostiene sobre instituciones igualmente democráticas, independientes y sanas. Son estas estructuras, estos pilares, los que le dan forma y limitan el poder de los gobernantes; protegiendo a la ciudadanía del accionar de caudillitos advenedizos y grupitos oligárquicos que se enquistan en el poder. Cualquier ataque sobre estas instituciones, cualquier intento por maniatarlas y cooptarlas, debe recibirse con el rechazo contundente y enérgico de la ciudadanía.
Ejemplo práctico y evidente: El absoluto chiquero en el que tienen convertido el proceso para la elección de la nueva presidenta del Instituto de Transparencia, Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Jalisco (ITEI).
La ley es muy clara, el proceso de selección consiste en un examen de conocimientos relacionados a la función que van a desempeñar. Los dos aspirantes con la nota más alta (una mínima aprobatoria de 80) quedarán elegidos como la titular y la suplente según su resultado.
Sucedió que a finales de mayo, de 18 candidatas sólo Natalia Mendoza Servín consiguió el puntaje requerido. Desafortunadamente para ella, no era la ungida de los partidos políticos y los legisladores locales, que con la ya gastada fórmula de “Cuotas y Cuates” se están repartiendo el pastel. Aparentemente, la jugada era como sigue: la protegida del diputado José María Martínez, (ahora de Morena); de nombre Aislinn Ramos Rubio, era quien debía quedar en la posición. El nombramiento funcionaría como moneda de cambio para sumar los votos de los diputados de Morena con los de Movimiento Ciudadano.
Los legisladores, pues, se apresuraron a declarar la convocatoria desierta, y a relanzarla con una nueva fórmula: Se elaboró un examen más “suave” y se añadió el nada objetivo criterio de un “Comité Seleccionador” de cuestionable composición para evaluarles a las aspirantes un ensayo académico y un examen oral. La noticia la dio la diputada morenista Leticia Pérez, presidenta de la Comisión legislativa de Participación Ciudadana, Transparencia y Ética en el Servicio Público.
No sólo el nuevo modelo contraviene lo estipulado por la ley, sino que le añade un elemento de discrecionalidad y opacidad (léase, una oportunidad para corromper el resultado) que atenta contra la independencia de un instinto vital, dedicado precisamente a que el gobierno rinda cuentas y sea transparente. Tan es así, que el mismo Consejo Consultivo del ITEI integrado por universidades y organismos patronales, creado por los propios diputados, decidió lavarse las manos y abstenerse de participar en la farsa auspiciada por la mayoría de diputados de Movimiento Ciudadano y Morena.
La cosa se complica porque Natalia Mendoza Servín (la candidata que SÍ pasó el primer examen) obtuvo la Suspensión Definitiva otorgada por el Juez Cuarto de Distrito en Materias Administrativa, Civil y de Trabajo en el Estado de Jalisco. Y nada del segundo procedimiento puede desahogarse hasta que eso no se resuelva.
Lo que está pasando con el ITEI es evidencia de que, aunque la moratoria constitucional está funcionando, la batalla no ha terminado; de que es posible e incluso estratégicamente recomendable incidir en las políticas públicas desde lo local y de que no solo el INE está en riesgo, sino otras muchas instituciones que trabajan en beneficio de los mexicanos.
Ojalá que los jaliscienses nos pongamos a trabajar y a exigir a nuestro congreso un proceso objetivo, transparente y claro. Y ojalá el resto de los mexicanos en sus respectivos estados pongan las barbas a remojar y estén atentos a cualquier intentona por desmantelar la democracia local. No podemos bajar los brazos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu opinión es muy importante ¡Súmate al debate y déjanos un comentario!