jueves, 1 de junio de 2017

Como mafia...

Morena financia sus campañas ilegalmente con recursos públicos, acusó Eva Cadena en conferencia de prensa ayer miércoles por la mañana. En otras noticias igualmente impactantes, el agua es húmeda y moja.

No, en serio, está muy bien que la ex-candidata a presidenta municipal y todavía diputada del Congreso de Veracruz esté públicamente denunciando lo que está pasando al interior de su partido. Pero es ilógico pensar que ella es inocente en todo el asunto, y el hecho de denunciar no la exime de pagar las consecuencias.
Que a nadie se le escape que esta señora tiene ya sus años recorridos en la política (colgándose cualquier bandera que le acomode: PAN, PRI, PRD y ahora Morena) y que no es la primera vez que la pescan en circunstancias sospechosas. (Ya desde 2008 habían encontrado un recibo firmado de su puño y letra donde se comprometía a pagar 240 mil pesos a cambio de una regiduría en el Ayuntamiento de Las Choapas).

Alega que fue víctima de una trampa ¿Cómo es posible, pregúntome yo, que una persona con tanto callo político, haya caído en una trampa tan inocente y burda? Discute que Morena recibe dinero de los “bonos” que sus diputados “no reciben”; pero como diputada por Morena desde el 5 de noviembre de 2016, ella debió enterarse y participar de tal maniobra. ¿Por qué hablar hasta ahora, si tanto le repugna el acto?


Me huele a mí, por la lógica del párrafo anterior y por algunas de sus declaraciones (“Mi partido, Morena, cuando más lo necesitaba me dejó sóla” dijo) que aquí hay un dejo de resentimiento. Estaba muy contenta con el arreglo y perfectamente enterada de lo que Morena hacía, pero en cuanto algo se torció, la sorprendió verse desprotegida y abandonada a su suerte. De ahí su enojo, de ahí sus declaraciones punzantes.

Hay que reconocerle ingenio a la estrategia de López Obrador. Morena permanece intachable a como dé lugar, sacrificando con saña a quien se tenga que arrojar debajo de las ruedas de la prensa y el escarnio público con tal de que el partido (y su presidente) lleguen bien posicionados a 2018. Cual mafia: Si te pescan, no sabemos nada de ti y te dejaremos morir solo.
Eva Cadena puede ser un ejemplo, pero Carmen Aristegui puede ser otro igual de válido.
Durante mucho tiempo Carmen ha fungido como una figura cuestionadora del régimen, contribuyendo con ello al discurso lopezobradorista. Sin embargo Carmen, haciendo su labor periodística, cometió la imprudencia de preguntarle a López Obrador por el apoyo de Elba Esther Gordillo a su candidata en el Estado de México. El tabasqueño de inmediato se mostró incómodo. “¿Por qué no le preguntas a Yunes?” dijo. La cosa no mejoró cuando se refirió a Juan Zepeda (candidato perredista) como “un ambicioso vulgar” y Cármen lo remató “¿Así le dices al que le pides que decline por Delfina en el estado de México?”

Morena no es un partido tradicional (y no, no me refiero a que sean particularmente honestos) es una estructura montada para permitirle a Andrés Manuel llegar a la presidencia y presumir músculo político. Y en esas circunstancias, sólo uno puede ganar: él. Y nadie lo sabe mejor que Óscar González,  ex-candidato por el PT, que, un día antes de declinar a favor de Delfina (Morena) echó pestes del tabasqueño precisamente por su forma tan poco amable de buscar una alianza entre ambas organizaciones políticas, gritándoles “paleros” en una plaza pública, acusándolos de estar “al servicio de otro partido”

López Obrador no es quien dice ser, ni la imagen que pretende proyectar. Para muestra, los botones que aquí exhibo; la manera de conducirse de su partido. (¿Sabía usted que en el cierre de campaña de Delfina en el Estado de México, la candidata habló 9 minutos y el presidente del partido 2 horas?) Ojalá abramos los ojos a tiempo, la evidencia se está acumulando, pero no sería la primera vez que decidimos ignorarla.



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