miércoles, 17 de octubre de 2018

La carreta antes que el caballo

Trascendió ayer que, en un documento titulado “Una ruta para elevar las tasas de reemplazo en México: Las aportaciones y subsidios en el Sistema de Ahorro para el Retiro”, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) propuso incrementar las aportaciones obligatorias totales y escalonarlas de acuerdo con el salario (esto es, que quien gana más, que pague más) La propuesta, dicen, permitiría una mejor cobertura de las pensiones al momento de abandonar la vida laboral activa.
 

En el diagnóstico que hace la CONSAR, se identifican dos grandes desafíos: El primero: Que para los trabajadores de salarios bajos la cobertura de las pensiones será insuficiente (no todos van a tener pensión), consecuencia de un alto nivel de informalidad en el mercado. Y segundo: Que, para los trabajadores de ingresos medios y altos, la tasa de reemplazo (esto es, la relación entre su primer ingreso por jubilación y su último ingreso por sueldo nominal) son insuficientes.

La CONSAR pone la carreta antes que el caballo y explica que, mientras se potencien los subsidios que perciben los trabajadores de menores ingresos (la cuota social que pagamos los demás) y se incrementen las posibilidades de obtener una pensión, se fortalece le incentivo para que permanezcan en la formalidad. Y que, como mejorar la tasa de reemplazo de los trabajadores de ingresos más altos, pasa necesariamente por incrementar el monto de sus aportaciones bimensuales, un incremento escalonado es una solución ganar-ganar.

Ajá, sí… claro.

Sin entrar en el dilema de si un sistema de pensiones centralizado es deseable o no, necesario o no, y en el que nos podríamos aventar horas, es importante señalar que el Sistema de Ahorro para el Retiro, así como lo conocemos y funciona en México hoy, es un importante disuasorio del empleo formal. Por lo tanto, que pretendan usarlo para “incentivar a permanecer en la formalidad”, no tiene el más mínimo sentido.

Me explico. Aunque el gobierno se llene la boca diciendo que el Ahorro para el Retiro es una subcuenta donde aportan patrón, empleado y gobierno en beneficio del trabajador, la realidad es que la proporción de las aportaciones no es nada pareja. El empleado, el principal interesado, aporta el 1.125% de su salario base de cotización (SBC) que le retienen; pero el patrón le mete el 5.15% del SBC. Y decir que el gobierno aporta es ser exageradamente generosos considerando el pírrico .225% del SBC con el que contribuye.

Quien sale perdiendo es quien ni vela tiene en el entierro, el patrón. Sígale sumando otros impuestos, como el 2% sobre nómina, y los costos de dar empleo formal se encarecen. De pronto hacer dagas como registrar a los trabajadores con un salario menor al que realmente tienen, pagar a través de honorarios o de plano volverse informales se va viendo cada vez más atractivo. ¿Y la CONSAR quiere encarecer el empleo formal para fomentarlo? Lo siento, la lógica no me cuadra.

Y en cuanto a las personas de ingresos medios y altos. Aclaremos algo esencial: La responsabilidad de ser previsores y anticiparnos a las necesidades y condiciones de vida que enfrentaremos al llegar al final de nuestra vida laboral recae única y exclusivamente en cada uno de nosotros. Con un sistema bancario privado y competitivo como el que tenemos funcionando en el país, prácticamente todo el mundo puede montar un esquema de ahorro según mejor le convenga. Si las personas de ingresos medios y altos no están haciendo las aportaciones voluntarias adicionales. ¿No se le ha ocurrido a papá gobierno que tienen otras, mejores, maneras de invertir su dinero y conseguir dividendos? 

¿Y si en lugar de ponerle parches a los parches, forzando al contribuyente cautivo y al trabajador formal a pagar todavía más, se simplificaran y redujeran los trámites y requisitos para montar una empresa conforme a la ley? ¿No sería más prudente, quitar las trabas que encarecen el tener empleados? ¿Facilitar que la economía se desarrolle y la gente gane lo suficiente para ahorrar voluntariamente para su retiro? ¿Y si en lugar de entregarle la libertad de qué hacer con nuestro dinero a papá gobierno, abrazamos la responsabilidad individual de anticiparnos a nuestro retiro? 

¿Acaso no serían las cosas bien distintas?

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