Esta sábado el semanario Proceso presentó su número 2192 en los puestos de revistas de todo el país. La portada presenta un, la verdad sea dicha, nada favorecedor primer plano del presidente electo junto con la leyenda: “AMLO se aísla. El fantasma del fracaso”. Al interior de la revista, varios artículos desmenuzan algunos puntos interesantes de esta transición. En entrevista, el constitucionalista Diego Valades explica cómo siente poca sincronía entre el señor López y las bancadas de su partido en el Congreso. El presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, hace una dura crítica a la cancelación del proyecto en Texcoco; pero en otro artículo tratan del cuando menos curioso silencio de la industria privada ante la cancelación de otros megaproyectos de infraestructura durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Y todo esto es apenas una pequeña parte de un índice que toca muchos otros temas (la caravana migrante, por ejemplo).
A lo que voy es, se trata de una publicación estándar para Proceso, normalita, como las que publican cada semana. Y sin embargo, tratandose de una publicación tan ordinaria, la reacción por parte del equipo de López y de sus seguidores en redes ha sido bastante extraordinaria.
“Todavía no toma posesión y ya está «solo» y a punto del «fracaso»” Escribió Beatriz Gutierrez Müller en Twitter “El conservadurismo, de izquierda o de derecha, nubla el juicio y da pie a conjeturas fantasiosas. Los extremos pueden tocarse y abrazarse. Bienvenida la pluralidad y el debate. Lo bueno es el desenmascaramiento.” ¿Osea que en cuanto osan criticar a su marido se “desenmascaran” como "Mafia del Poder", señora Gutierrez? ¿Acaso es eso?
El presidente de la Mesa Directiva del Senado, Martí Batres rápidamente salió a acotar en lo que le tocaba: “Diego Valadés no ha entendido nada, no entiende cuál es el proyecto de transformación que se va a llevar a cabo en el país. No entiende la nueva etapa jurídica y política en México y no entiende lo que se está aprobando y por qué se está aprobando. No tiene ninguna razón en ninguna de sus afirmaciones y suposiciones” aseveró en entrevista con Carmen Aristegui. ¿Cuál será esa nueva “etapa jurídica”? me pregunto yo, no sin cierta preocupación. Lo que hemos visto hasta el momento es un atropello al estado de derecho de inusitadas proporciones bajo el estandarte y justificación de “30 millones de personas votaron por nosotros”.
El mismo López también se tomó el tiempo para llamar a la revista “amarillista y sensacionalista” (eso desde siempre Andrés, díganos algo que no sepamos) y dolerse de que las fotos lo mostraban “decrépito y chocheando” (que conste que eso no lo hemos dicho nosotros).
Tres preguntas que me hago luego de semejante teatrito
- Si cada que Proceso saque una portada provocativa van a montar estos escandalitos, la gente de Morena va a tener un sexenio largo como la cuaresma. ¿Para qué desgastarse de a gratis?
- ¿Por qué el doble rasero con Proceso según quien es el blanco de su periodismo? No vi a nadie linchar a la publicación cuando era Peña quien ocupaba sus portadas, con implicaciones igual o más agresivas
- Sin importar cuan bien intencionado sea el señor López o qué tan bien asesorado esté (ambas premisas más que discutibles), será innevitable que cometa errores (al juzgar de más de alguno, ya los ha cometido y a montónes). Nadie es perfecto. “Errare humanum est” y hasta donde me quedé, el Macuspano seguía siendo de carne y hueso. Cuando cometa ese error indiscutible ¿Quién lo va a señalar? ¿A quién sí le van a creer?
¿Alguien que quiera aventurarse a contestarme?
"Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas."
Cayo Cornelio Tácito - Senador, Cónsul y Gobernador romano
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