miércoles, 18 de marzo de 2020

Liderazgo Ausente: Covid-19

Espero, querido lector o lectora, que me esté leyendo a buen resguardo en su casa y con las manos recién lavadas. Espero que en su trabajo le hayan dado las facilidades para realizar sus labores a distancia y que cualquier compromiso que usted haya podido tener en las próximas semanas pueda llevarse a cabo vía remota a través de las actuales herramientas tecnológicas, o pueda posponerse sin consecuencias graves hasta que pase lo peor de esta nueva pandemia.

Le digo todo esto con un tono de esperanza y deseo, y no de certeza, porque en México el combate a esta amenaza viral la están encabezando la sociedad, los emprendedores y empresarios y los gobiernos locales y por lo tanto el grado de compromiso para hacerle frente puede variar drásticamente de una situación particular a otra. México está aún debatiéndose entre los que siguen pensando que la pandemia es un engaño con fines oscuros y los que en medio del pánico están dejando los anaqueles de las tiendas desprovistos de lo más elemental, como el papel de baño.

Como en casi todo la respuesta adecuada, mesurada pero efectiva, está en el punto medio. A México le ha costado trabajo encontrar dicho punto medio, en parte, por la total ausencia de un órgano coordinador coherente y científico que pueda llevar la crisis a nivel federal con comunicación efectiva y el manejo efectivo de recursos humanos, técnicos y materiales. Es decir, el gobierno federal, que debería encabezar todo esfuerzo de resistencia, brilla por su ausencia y la sociedad ha tenido que articularse por sus propias fuerzas.

El conflicto (y, digámoslo con todas sus letras, el ridículo) internacional por esta circunstancia no es menor. Cuando la presente administración da palos de ciego en temas que atañen al interior del país, el resto de los gobiernos pueden quizá mirar preocupados, pero finalmente no intervienen en asuntos que no les atañen. Pero cuando la negligencia de México podría transformar a toda la región en el epicentro de una pandemia global, tienen todo el derecho a estar molestos y a tomar medidas.

A ese respecto, por ejemplo, Raymundo Riva Palacio en su columna "Estrictamente personal" del 17 de marzo en “El Financiero”, reportó la reunión de una Comisión de Alto Nivel entre México y Estados Unidos para tratar el tema del Coronavirus que terminó en gritos y sombrerazos, porque el vocero de la delegación mexicana “cuestionó fuertemente los protocolos [...] para atacar las crisis de salud” alegando que “El riesgo no es tan alto, y México de ninguna manera cerrará fronteras o tomará acciones catastrofistas”.

El Embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, se apresuró a desmentir que dicha reunión siquiera se llevó a cabo, atacando la legitimidad del columnista. Lo curioso es que el New York Times publicó una nota que encabezaba con “Citando Coronavirus, Trump anunciará nuevos controles fronterizos estrictos: La administración, citando la amenaza del coronavirus a los centros de detención, planea devolver a todos los inmigrantes indocumentados y solicitantes de asilo a México.” Una acción unilateral drástica que nada tiene que ver con el común acuerdo alcanzado con Canadá, por ejemplo.

Otra evidencia de la rispidez que está provocando la inacción del gobierno federal se dio apenas ayer, con el agarrón que se dieron en redes sociales Nayib Bukele, presidente de El Salvador, y Marcelo Ebrard, ministro de relaciones exteriores mexicano.

Bukele indicó que cierto vuelo de Avianca procedente de México con destino en San Salvador llevaba 12 casos confirmados de Covid-19 entre sus pasajeros. Marcelo Ebrard intentó atajar señalando que se habían valorado a los pasajeros sin encontrar ningún enfermo, pero Nayib contra argumentó de manera contundente:

Secretario, es imposible que en 1 hora hayan hecho exámenes de #COVID19 a 12 personas cuando, de haberlos hecho todos al mismo tiempo, hubiera tenido que esperar 7 horas por los resultados.
No entiendo su afirmación de que no han encontrado “ningún enfermo por coronavirus”.
[...]
Le ruego que tomen medidas drásticas y contundentes ante esta pandemia, México es un país muy grande y así debería ser su responsabilidad.
De lo contrario, en 20 días el epicentro de la pandemia no será Europa, si no Norteamérica.
Dejen de ver esto como algo normal, por favor.
¿Y en respuesta a todo esto? Bueno, mientras Angela Merkel se dirige a sus conciudadanos alemanes e insiste en que: “Desde la Segunda Guerra Mundial no ha habido un desafío para nuestro país que dependa tanto de nuestra acción conjunta y solidaria”, nuestro presidente hoy presumió en su mañanera dos escapularios que lo “protegen”

Por eso le digo, lector, lectora, sin entrar en pánico: guárdese, cuídese, prepárese. Y no espere nada de una administración que brilla por su ausencia. Abracemos el reto de articularnos y actuar responsablemente como sociedad. Es más difícil, pero será más gratificante y podría sentar las bases para un cambio drástico en como vemos y tratamos al gobierno.


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