Se acobardaron los diputados oficialistas. Se aplazó la votación a la Reforma Eléctrica que debía llevarse a cabo ayer martes. Dice Ignacio Mier Velazco, coordinador de la bancada morenista en la Cámara de Diputados, que “atendiendo la solicitud de que hubiera mayor socialización y que la ciudadanía conozca a fondo el dictamen [...] solicitamos a la Junta de Coordinación Política sesionar el próximo domingo a las 10:00, en lugar de como se tenía previsto”
Curioso, por decir lo menos. Hace unos días insistían en que la Ley Barlett no podía esperar un día más, que se trataba de recuperar y salvar a la CFE de la postración en la que se encontraba. Hoy parece que esa urgencia ha desparecido. “Hay que socializar el dictamen” dicen, y parecen olvidar que ya durante mes y medio (del 17 de enero al 28 de febrero) tuvimos los Foros de Parlamento Abierto sobre la mentada reforma; que el tema se ha manoseado, traído y llevado hasta el cansancio.
¿Qué ocurrió, qué cambió? Quiero creer que la razón de más peso para este cambio de actitud es la certeza de que no alcanzarán los votos; la necesidad de tiempo para seguir cabildeando. Que la iniciativa ciudadana haya orillado a todos y cada uno de los diputados de oposición a comprometerse a votar en contra de la reforma les metió miedo. Que la bancada no alineada actuara en consecuencia y respetara ese compromiso, definitivamente les paró los pues a los oficialistas.
Intentaron amedrentar, a través de una convocatoria a manifestarse frente a San Lázaro en pro de la Reforma. No juntaron más que 200 personas del improvisado “Frente Nacional en Defensa de la Reforma Eléctrica” y de todas maneras, diputados del PAN, PRI y PRD se adelantaron y comenzaron a llegar al recinto desde el lunes, con el objetivo de pernoctar en sus oficinas y evitar que los manifestantes les impidieran el paso a la sesión programada para el día siguiente.
Aunque reconozco y celebro enormemente la labor de la sociedad civil organizada y el efecto de la presión social sobre nuestros representantes para obtener este resultado, no me hago ilusiones. Hay una serie de circunstancias que juegan a favor de la ciudadanía y que los partidos de oposición, nada tontos, están sabiendo leer y actuar en consecuencia.
Huelen sangre. Los resultados de la Revocación de Mandato señalan que el régimen ni por asomo es tan fuerte como quiere proyectar y que el apoyo que Morena había conseguido en 2018, los 15 millones de votos “prestados” o “pactados” con el PRI y otras organizaciones ya no están ahí. Ser una oposición útil, por ahora y de momento, les resulta políticamente redituable. Es imprescindible que como ciudadanía estemos a la altura, aprovechemos el momento y encaucemos esta ola de oposición útil, sin quitar el dedo del renglón e insistiendo con todos nuestros representantes. ¿Qué queremos y por qué?
Hagámonos oír.
Addendum:
Respecto al circo de la Revocación de Mandato. Independientemente de la lectura que cada quien quiera hacer y la narrativa que quiera impulsar con el ejercicio y sus resultados, hay que reconocerle una vez más al INE el impecable trabajo en la planeación y ejecución de la jornada democrática. A pesar de todas las carencias y las cartas trucadas en su contra, el INE cumplió.
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