Mucho que decir y mucho que analizar del segundo informe de gobierno del presidente López.
En el discurso no hubo sorpresas, fue más de lo mismo que sale a repetir cada mañana. La 4T es una farsa construida con saliva y aire caliente y exige su tributo puntual, diario incluso, para medio enmendar las grietas que la terca realidad implacablemente le provoca con cada vez más frecuencia:
Que ya se acabó la corrupción, a pesar de que ya nos enteramos de que su hermano, Pío, andaba recibiendo millonarias “aportaciones para la campaña” de un alto exfuncionario del gobierno federal, y en ese entonces consultor del gobierno de Chiapas. A pesar de las casas de Barlett y las propiedades del matrimonio Ackerman-Sandoval.
Que saldremos de la pandemia con un mejor sistema de salud, aunque se hayan recortado mil 884 millones de pesos del gasto de la Secretaría correspondiente. Cosa curiosa, los recortes son precisamente en Epidemiología y programas contra la obesidad, justo esa comorbilidad a la que se le están achacando las ya “catastróficas” cifras de fallecidos por Covid.
Que en materia económica “Ya pasó lo peor y ahora vamos para arriba. Ya se están recuperando los empleos perdidos. Ya estamos empezando a crecer", cuando su propio secretario de Hacienda, Arturo Herrera, adelantó que la crisis económica que se vivirá (ojo con la conjugación en futuro) en el país será la peor desde 1932 y que “la deuda crecerá entre 8 y 10 por ciento del PIB”
Que la relación con los empresarios ha sido buena, que a pesar de la crisis no se despidieron a empleados, que no se emprendió un rescate elitista hacia las empresas. Quizá tenga razón en que “no se despidieron”. A algunos sencillamente se les tuvo que liquidar porque la empresa quebró. Macario Schettino recogía en su columna del 18 de agosto que han cerrado más de cuatro mil empresas grandes (con más de 50 trabajadores) en los últimos cuatro meses (marzo a junio). El impacto no se nota a simple vista en las cifras del registro patronal IMSS, porque se han creado una cantidad similar de nuevas micro empresas de 1 a 5 trabajadores. Pero estas en general pagan peor y tienen prestaciones mínimas.
En fin, el sopor de siempre. Si tomáramos la palabra del presidente como viene, el panorama resultante sería fabuloso. En su lugar, estamos debatiendo si se debe aplicar la ley o no en base a una encuesta mafufa y viendo qué tecnicismo encontramos para calificar de “aportaciones” un evidentísimo acto de corrupción. En lugar de tener un sistema de salud como el de Suiza, según se nos prometió, estamos luchando con una epidemia que lleva más de 600 mil casos y 65 mil muertos acumulados de Covid.
La realidad contra la ficción. Debe ser maravilloso vivir en el México del presidente. Esa una lástima que ese México exista sólo en su cabeza.
Addendum:
Me llamó la atención la frase que utilizó el presidente para referirse a los ausentes Alejandro Gertz Manero, fiscal General de la República, y Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; que a pesar de estar invitados al evento, no acudieron a Palacio Nacional.
“Invité al fiscal y al presidente de la Corte pero no pudieron asistir. Tuvieron la arrogancia de sentirse libres”
¡“Tuvieron la arrogancia”, dice!
¡El lenguaje, ese gran delator!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu opinión es muy importante ¡Súmate al debate y déjanos un comentario!