miércoles, 22 de julio de 2015

¿Acaso somos animales?

Hoy por la mañana escuché en la radio la noticia: una madre de Zapopan reclamaba negligencia de parte de maestros y director de la escuela  donde su hija, de once años, fue atacada a patadas por tres niños de la misma edad. Las heridas resultantes fueron tan graves que requirieron, según el médico tratante, radiografías, un eco y una endoscopía para alcanzar a comprender su gravedad y extensión. Por supuesto el tema me dejó helado.

El bullying es un tema reciente al que personalmente no le hacía mucho caso y al que descalificaba como una exageración. Es inevitable tener roces con quienes convivimos, incluso en nuestra vida adulta. Y por ello es indispensable que el niño tenga la experiencia de tratar con quien no le cae bien o lo molesta y desarrolle la autoestima y la confianza para enfrentarse a ese tipo de personas, o las ignore sin que los comentarios le afecten.

Sin embargo, jamás durante mi tiempo de escolar supe de nadie cuyos propios compañeros hubieran dejado al borde de la muerte a golpes, como sucedió recientemente en Izúcar de Matamoros, en Puebla. Tampoco supe de ningún niño de seis años que muriera "jugando" al secuestro  con otros cinco chicos que le doblaban la edad en Chihuahua. No fue un accidente: al chico lo dejaron inconsciente por asfixia, lo lapidaron y le apuñalaron por la espalda para luego enterrar el cuerpo cerca del cauce de un arroyo. Esos ya no son niños, son criminales.

¿Por qué sucede? Entiendo que sea natural que el niño explore lo que es capaz de hacer y lo que no, cuando entra en contacto con la sociedad, así como en una etapa pre-escolar explora lo que es capaz y no de hacer con la autoridad parental. Pero en esos casos, tiene que encontrar barreras de lo que es permisible y no, de lo que es aceptable o no, de lo que es humano y lo que es barbarie. Faltan esas barreras. Cuando el niño no las encuentra, sigue explorando en esa dirección. "Si puedo burlarme de alguien, quizá pueda intimidarlo para que me dé el dinero del almuerzo. Si puedo intimidarlo, intentaré obligarlo a que me haga las tareas. ¿Sabes qué? Me gusta esta sensación de poder, de control sobre otro. Creo que intentaré algo más atrevido la próxima vez..."

Esas barreras son responsabilidad única de los padres de los niños. Si faltan esas barreras, es porque algo le está fallando a la célula de la sociedad: la familia. En el caso que ocurrió aquí, en Zapopan, ninguno de los padres de los tres niños involucrados en la paliza accedió a la petición de cubrir, al menos, la mitad de los gastos médicos. ¿Es eso lo que le queremos enseñar a nuestros niños, a ser un lobo para el hombre, a evadir la responsabilidad de lo que hacemos? ¿Qué futuro nos espera si es el caso?

Hay casos aún más aterradores. Un matrimonio de Ciudad Juárez ofreció a su hija de doce años a un presunto abusador, a cambio de un automóvil y una casa. Si eres capaz de hacer esto con tu propia hija ¿Qué no serás capaz de hacer?
Odio el discurso catastrofista o la arenga moralista. Pero realmente creo que, en los últimos años, hemos adoptado una actitud muy egoísta. Anteponemos nuestra felicidad, nuestras ambiciones y nuestra vida a cualquier otra circunstancia. Incluso hemos desvirtuado "ser social" del ser humano, por relaciones de uso, desde el sexo casual sin compromiso, a la necesidad de ponernos máscaras para sentirnos valorados por un grupo.

Se nos ha olvidado que realmente necesitamos a los demás para ser plenos y que los demás no pueden alcanzar la plenitud si no ponemos de nuestra parte. Se nos ha olvidado alzar la vista y encontrar las necesidades de otros. Se nos ha olvidado encontrarnos a nosotros mismos en otros.
Tendríamos que recuperar la  frase de Rabindranath Tagore (1861-1941) primer no europeo en ganar el Premio Nobel de Literatura.
"Dormí y soñé que la vida era alegría,
desperté y vi que la vida era servicio.
Actué y contemplé que el servicio era alegría"

Fuentes:

Addendum:
Desde hace algunas semanas la A.C. "Jalisco es uno por los niños" ha estado promoviendo la marcha que organiza para el este sábado 25 de julio. La marcha saldrá de la Minerva y llegará hasta Av. Chapultepec.
Hoy se dio a conocer que, a la misma hora y en el mismo sitio (la Glorieta Minerva) Guadalajara Pride, una organización en pro de los homosexuales, realizará una manifestación.
Me parece que, a pesar de lo que los líderes de Guadalajara Pride puedan decir, sí se trata de una maniobra maliciosa, probablemente con la intención de generar un escándalo o provocar algún tipo de reacción que manche el mensaje de fondo.
Encuentro la treta detestable. Si se exige una libertad de expresión para la comunidad homosexual, lo mínimo esperable es que ellos la concedan a otros grupos que se oponen a sus ideas. Por otro lado, si se pretende luchar por la integración de quienes tienen orientaciones sexuales distintas a las tradicionales ¿Por qué insisten en segregarse?

Recomiendo y espero mesura de ambos grupos, pero será difícil considerando que son los miembros más radicales de ambos grupos los que estarán presentes. El roce será inevitable, lo que nos devuelve al tema original de la entrada de hoy. ¿Seremos lo suficientemente civilizados como para ponernos en los zapatos del otro y tener un diálogo en paz? ¿O nos comportaremos como animales?

miércoles, 15 de julio de 2015

El Chapo: Héroe Nacional

No hace mucho leí "Defendiendo lo Indefendible" de Walter Block (1976). En el libro, el autor defiende los oficios regularmente catalogados como "indeseables". Desde proxenetas hasta policías corruptos pasando por los chantajistas, los usureros e incluso los revendedores de entradas en los estadios, su pluma intenta pintarlos a todos como héroes económicos. Sí, también a los narcotraficantes.
Block presenta argumentos que, aunque medianamente convincentes, tienen su principal mérito en su capacidad de hacerte cuestionar las cosas, lo que damos por sentado en la sociedad actual. Finalmente, estos oficios no surgen de la nada. Proliferan porque existe una demanda muy real de los productos o servicios que ofrecen.
Con ese antecedente, me enteré de la (segunda) fuga del Chapo Guzmán de una prisión de máxima seguridad.

No hablaré del obvio contubernio entre las autoridades y el capo, o del inverosímil método de escape, o de las tensiones internacionales provocadas por la negativa del gobierno federal a extraditarlo a los Estados Unidos cuando se solicitó.
(Jesús Murillo Karam, entonces Procurador General de la República, fue mordaz y soberbio en sus declaraciones luego de capturarlo: "Yo puedo aceptar la extradición, pero en el momento que yo diga. “El Chapo” se tiene que quedar aquí a cumplir su condena y después lo extradito. Unos 300-400 años después, falta mucho" Aseguró también en esa misma rueda de prensa que "no existía" riesgo de una segunda fuga. Pero bueno, de su incompetencia estamos ya todos enterados.)

No, de lo que quiero hablar es de ese halo de héroe que la población le ha dado al líder criminal; de esa leyenda que se ha ido construyendo a su alrededor, parecida a la de Robin Hood, en donde el criminal es el protagonista y el gobierno el villano. Ya desde su captura hubo marchas de apoyo al capo en su natal Sinaloa. Hoy puedes preguntarle a cualquier transeúnte y el sentimiento generalizado es de simpatía hacia el prófugo. ¿Por qué?

Pues porque, muy parecido a lo que Walter Block describe en su libro, el capo ha conseguido su posición y apoyo satisfaciendo necesidades. Es la manera en la que el libre mercado reacciona para destruir a un monopolio que no está funcionando: el gobierno.
Las autoridades se erigen como proveedoras únicas de una serie de servicios: desde educación y salud hasta alcantarillado y electricidad. También impone, unilateralmente, prohibiciones a ciertos productos o servicios, como las drogas.
Pero a medida que dejan de cumplir con esos compromisos, marginan comunidades y traicionan la confianza de la población, van dejando grietas. Dejan de tener la presencia moral para imponer sus prohibiciones y generan los espacios por donde el hampa, que necesita de la protección de la población local y su mano de obra, tiene terreno fértil para ganárselos con un producto que, por ilícito, les reporta enormes beneficios.
Por eso tenemos escuelas, hospitales y redes de agua corriente financiadas con dinero de los criminales. Por eso encontramos muestras de apoyo tan decididas (¿realmente son sorprendentes?) entre las comunidades más pobres del país. Por eso muchos campesinos prefieren sembrar marihuana y ganar más que con cualquier otro cultivo legal.

En vista de que el monopolio gubernamental no funciona, la solución estriba en derribar dicho monopolio, y cualquier restricción a productos o servicios. Si cualquiera pudiera proveer servicios con libertad en este país (como electricidad, agua o gas) o si la droga no fuera tan redituable (por ser ilegal) desaparecerían las armas del narcotraficante para erigirse en héroe nacional, desaparecerían los tratos por debajo de la mesa entre los capos de la droga y los de las curules y tal vez, la avalancha de bromas y memes que la fuga produjeron. Pero quien sabe, la creatividad del mexicano es inagotable, tanto para levantar héroes como villanos y todo lo que exista entre los dos.

Addendum:
El pasado 11 de julio perdió la vida por un tumor en la vía biliar el hasta entonces presidente de Nintendo, Satoru Iwata. Su fallecimiento llena de tristeza a los fanáticos de los videojuegos de todo le mundo, sean o no fanáticos de la marca japonesa. Será siempre recordado por su sencillez y su compromiso con hacer el videojuego sencillo, accesible y divertido. D.E.P.


“On my business card, I am a corporate president. In my mind, I am a game developer. But in my heart, I am a gamer.”
[En mi tarjeta, aparezco como presidente corporativo. En mi mente, soy un desarrollador de videojuegos. Pero en mi corazón, soy un jugador más]

miércoles, 8 de julio de 2015

Animales en los circos... ¿o en el congreso?

No cuesta trabajo entender cuál era el propósito del Partido Verde Ecologista cuando impulsó la prohibición del uso de animales en los circos que ayer entró finalmente en vigor: simple y plano populismo. Intentaron justificarse aludiendo a la pobre calidad de vida de las criaturas, al maltrato del que eran objeto y a una compasión malentendida. Sin embargo, si esas hubieran sido sus verdaderas intenciones, habrían planificado de mejor manera cómo manejar al montón de animales que se quedarían sin hogar, en lugar de lavarse las manos como han hecho hasta ahora.

El cirquero no gana nada maltratando al animal. Necesita, por el contrario, que la atracción de su circo se vea sana y bien alimentada. Representa para él una inversión y mientras más tiempo la pueda conservar en buen estado, más tiempo tendrá para devengarla y generar utilidades con ella. Eso sin mencionar que enemistarse y violentar a un animal salvaje sólo hará más violento al animal, complicando así su manejo y presentación frente al público.

Me queda claro que habrá por ahí algún cirquero que maltrate a sus animales. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) tiene registradas más de mil bestias que se presentan en actos circenses bajo alguna carpa, de las cuales han asegurado apenas 136; 103 por no acreditar su lícita procedencia, 5 por carecer del permiso legal y tan solo 28 por faltas de trato digno. Ni siquiera el 3%.

La preocupación por un maltrato (ficticio o estadísticamente irrelevante) al animal, se tradujo en maltrato (real y concreto) a las personas que con ellas se ganaban el sustento. De los 199 circos que se tenían registrados en el país, hoy operan únicamente 75. Más de la mitad de esas fuentes legítimas de empleo quedaron desarticuladas, sus trabajadores desamparados. ¿Le negaríamos al campesino su sustento por obligar al caballo a tirar del arado? ¿Por qué no prohibir el uso de la lana de oveja, dado el trauma que les produce que las esquilen periódicamente?

Aún más alarmante es que el propósito original (o al menos el discurso demagógico que se usó para impulsar la reforma) no se alcanzó. Nadie sabe qué hacer con esos animales que ya no pueden ser usados en los espectáculos. El presidente de la Asociación de Zoológicos y Acuarios de México (AZCARM), Carlos Alberto Guichard Romero, indicó que a pesar de la disposición de los directores de estos recintos para alojar a los animales expulsados de los circos, las limitaciones de infraestructura y el plan de colección podrían impedir que se reciban a todas las especies. Alimentar con ocho kilos de carne diarios a un tigre adulto cuesta, después de todo.

A todo esto, la autoridad ha dicho que si bien la ley prohíbe que se utilicen animales en los actos circenses, no limita a los circos a exhibirlos afuera de las carpas; cual zoológico. De manera que, si se les maltrataba, si el traslado de una ciudad a otra, o el confinamiento en espacios reducidos era perjudicial para el animal (y lo que se pretendía corregir) eso seguirá ocurriendo, a pesar de la ley.


En conclusión, el gobierno y todo su maravilloso aparato burocrática, encontró la manera de hacer la mayor cantidad de daño con su legislación, no resolver el problema que pretendía resolver y quedar como héroe gracias al discurso demagógico de protección al ambiente. ¿En dónde están los animales, en el circo o en el congreso?

miércoles, 1 de julio de 2015

Grecia y las Reglas de Oro

Tratándose de finanzas personales, hay unas cuantas reglas de oro que conviene seguir para evitar problemas. Ahorra, no gastes más de lo que ganas y si vas a pedir un préstamo, revisa la letra chiquita y asegúrate de poder pagarlo. Para el ciudadano de a pie, el dinero cuesta, tiene que trabajar por él y tiene que ser muy cuidadoso en cómo lo administra. La relación coste/beneficio de cada desembolso debe ser considerada y estudiada en proporción al monto del gasto, so pena de perder dinero. Comete suficientes errores y quedarás desahuciado.  El dinero, no aparece por arte de magia y el mundo actual es implacable con quien no se administra. Pregúntenle a quienes se atrasan con sus tarjetas de crédito.   

Estos conceptos, sin embargo, parecen incapaces de cuajar en la mente de quienes administran los capitales de entes gubernamentales por tres razones. La primera, porque no trabajan por ese capital, se lo arrebatan a la población que gobiernan a través de los impuestos. Como no es suyo, no tienen ningún interés en cuidarlo. En segunda instancia, gastar los hace populares. Es más fácil ganar una elección prometiendo desembolsos en forma de ayudas, subsidios y pensiones, que una administración austera y esbelta. Y en tercer lugar, por lo efímero del mandato. Cuando una persona yerra, acarrea las consecuencias (graves o frívolas) durante toda su vida. Cuando los políticos fallan,  cargan el bulto sólo hasta que termina su periodo.

Ayer martes Grecia entró en cesación de pagos al no poder cumplir sus obligaciones contraídas con el Fondo Monetario Internacional y realizar el pago de 1,600 millones de euros que adeuda. Grecia debe actualmente 315,000 millones de euros (un 170% de su PIB) porque ha tenido déficits continuos desde 2005. ¿Por qué? La respuesta corta es porque no han seguido las reglas de oro de las finanzas personales. La respuesta larga son una serie de medidas y programas incomprensibles: Jubilaciones a los 50 o 55 años, hijas solteras de funcionarios que heredan la pensión de sus padres, fraudes en el cobro de pensiones (pensionistas muertos siguen cobrando), evasión  y fraude fiscal, una burocracia espeluznante (1 millón de burócratas en un país de 11 millones de habitantes) con altísimos sueldos, entre otras razones.

Pero a pesar de los intentos tres intentos de la Troika (el grupo formado por la  Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) por "sacar al buey de la barranca", la población griega ha sido menos que receptiva a su situación actual y tienden a victimizarse (a pesar de que una de las intentonas incluyó una condonación de deuda privada de 100,000 millones de euros) No aceptan las condiciones de austeridad y las garantías que, con toda lógica, les exigen sus prestamistas. Se han acomodado a un estilo de vida en el que ven al gobierno como proveedor de bienestar, pero no parecen entender la relación que tiene ese bienestar con la capacidad de la economía privada de generar riqueza.

¿Y en México? Todavía estamos lejos de la situación griega, pero para allá vamos. Ya tenemos una deuda que equivale al 50% de nuestro PIB; ya estamos cayendo en esa actitud comodina de quien espera que el gobierno le resuelva la vida y no estoy tan seguro de que entendamos que es la iniciativa privada el motor de la generación de riqueza de un país.
Que las reglas de oro se sigan con más cuidado en el plano personal que en el gubernamental. ¿No es evidencia suficiente de que mientras menos administre el gobierno, mejor?