martes, 26 de febrero de 2019

¿Mazo o bisturí? Las OSC's

Llamar “desafortunadas” las declaraciones de Andrés Manuel en estos últimos días respecto a las organizaciones de la sociedad civil (OSC’s) es quedarse sumamente cortos. “Desafortunado” suena a casi fortuito, accidental y está completamente fuera de lugar cuando es evidente que existe una estrategia para desacreditar sistemáticamente, desde Palacio Nacional, a dichas organizaciones.


Fiel a su costumbre, durante sus homilías matutinas el presidente mezcla conceptos y hace saltos lógicos que no respalda con dato duro alguno. Asume que las más de 30 mil organizaciones operando en México y registradas ante el Instituto Nacional de Desarrollo Social son todas igualmente corruptas, a pesar de ser las entidades más auditadas y con más requerimientos fiscales. A pesar de que se les exige que dediquen cierto porcentaje de sus ingresos a gasto social y apenas una fracción muy pequeña a gasto administrativo (son brutalmente eficientes y hacen mucho con muy poco)
Señala que están coptadas por “consorcios” y por nuestro nuevo enemigo nacional, “el conservadurismo”. Dice no conocer organizaciones “de izquierda”, claramente olvidando Movimiento Regeneración Nacional, AC, Honestidad Valiente, AC, Proyecto Alternativo de Nación, AC, No nos vamos a dejar, AC, y Austeridad Republicana, AC. Curiosamente, él mismo ha dicho que fue Honestidad Valiente y los fondos aportados por sus seguidores los que le permitieron recorrer el país sin tener cargo ni financiamiento público. 
Las acusa de estar a las órdenes de intereses particulares, a pesar de que la Secretaría de Desarrollo Social tiene perfecto registro de las 80 mil actividades que realizan a lo largo y ancho de toda la república mexicana y que van desde procurar alimentos para los que menos tienen, hasta promoción del deporte, pasando por salud, educación, impulso a la equidad de género y protección al medio ambiente. 

No, el ataque del presidente no obedece ninguna de las causas que él señala, se trata de pura y simple hambre de poder y de amarrarle las manos a la ciudadanía organizada, una de las pocas fuerzas que puede hacerle frente. Y no hace siquiera el esfuerzo por ocultarlo. “Nosotros ya no vamos a entregar recursos a organizaciones ni a fundaciones, para eso es el gobierno, esto debe quedar muy claro [...] los apoyos van directo a los beneficiarios” 
Se trata pues de justificar su red de programas sociales, finamente estudiado para armar estructuras clientelares; al tiempo que se deshace de un valiente grupo de ciudadanos (muchos de ellos voluntarios) que miden, estudian, hacen visibles y dan solución a las problemáticas de México, esas que él no quiere ver y no quiere que el resto de la población vea

Estoy de acuerdo que el régimen fiscal de las OSC’s permite o da lugar, quizá, a muchos malos manejos. Después de todo, es difícil (pero no imposible) justificar que el gobierno esté financiando a las orquestas de Salinas Pliego (Asociación Azteca Amigos de la Cultura y las Artes A.C. recibió 807 millones de pesos durante el sexenio de Peña Nieto). Nadie está en contra de una fuerte revisión a las condiciones con las que trabajan las organizaciones que solicitan apoyo federal, pero su absoluta desaparición es un fenómeno que debería preocuparnos. El presidente quiere hacer, con un mazo de demolición, una intervención que requiere de un bisturí y una lupa. 

Las OSC’s forman parte integral del desarrollo del país, no solo resuelven problemáticas sociales, también organizan y empoderan a la población. Andres Manuel contrapone a la Sociedad Civil con “el pueblo” o “la gente” sin darse cuenta de que son uno y lo mismo y así, una vez más, polariza y enfrenta. No lo permitamos.

martes, 19 de febrero de 2019

Guardia Nacional

Ayer martes se le dió primera lectura, en el pleno del senado mexicano, al dictamen que daría vida y sustento jurídico a la Guardia Nacional. En teoría, los senadores tendrían el día de hoy para hacer su análisis (son doscientos cincuenta páginas) y mañana, jueves 21, serían el debate y la votación. Al menos dos terceras partes de los senadores presentes tendrán que estar de acuerdo para que el dictamen pase. Nuestros legisladores tienen entre manos una responsabilidad gigantesca y se están dando tres días para aquilatarla y resolverla. Cuidado.. 

La Guardia Nacional así como está planteada, es apenas más que cambiarles el uniforme a las fuerzas castrenses y darles un marco legal para que se queden en las calles. Andrés Manuel hizo la concesión de un “mando civil” administrativo si, pero con maña. En su artículo quinto transitorio el dictamen especifica que “en tanto persista la emergencia de violencia e inseguridad en el país” la Guardia Nacional estará adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional y que en dicha dependencia recaería “la elaboración de políticas, planes y estrategias en materia de seguridad pública.” El “mando civil” estará ahí para firmar los cheques y vaya usted a saber cuándo será la fecha en que pueda declararse que ya no estamos “en emergencia de violencia e inseguridad” (en lo que va del sexenio van más de cinco mil ejecutados).

Se habla de una “fuerza policial con disciplina militar” pero no hay diferencia alguna entre el adiestramiento militar y sobretodo la filosofía y mentalidad que con él se desarrolla, y la preparación de esta “Guardia Nacional” Si no hay un cambio de fondo en la manera en la que el cuerpo de seguridad (Ejército o Guardia) enfrenta las situaciones que se le presentan, tampoco lo habrá en los resultados. En corto: No resolverá el problema.

La creación de la Guardia Nacional adquiere además tintes aún más sombríos cuando se considera el enorme alcance que va a tener y los pocos candados legales que regirán su operación. Originalmente la Guardia Nacional iba a contar con tres leyes secundarias para normar tanto el reclutamiento y conformación de la Guardia, como su actuación con apego a derechos humanos y uso adecuado de la fuerza. Esas consideraciones ya no están presentes en el dictamen que se leyó hoy. Tampoco se leen en el proyecto ninguna de las modificaciones que organizaciones civiles como #SeguridadSinGuerra habrían presentado en las audiencias y debates públicos que se organizaron (Demostrando, una vez más, que se trató de puro atole con el dedo)

Y todo esto se definirá mañana. Hágase un favor, querido lector. Si no está de acuerdo con lo que la Guardia Nacional es y representa, hágaselo saber a su representante en el Senado. Escríbale en Twitter, sature su página de Facebook, llénele la bandeja de su correo institucional si hiciera falta. Hasta el momento, Morena no tiene aún la mayoría calificada que necesita para sacar adelante la propuesta, aún sumando los votos del PT, PES y PVEM, pero eso podría cambiar a lo largo del día de hoy y mañana. Hágase oir. No se preocupe, ocúpese.


martes, 12 de febrero de 2019

Cacocracia

En su libro “El Mito del Votante Racional: Por qué las Democracias Escogen Malas Políticas”, Bryan Caplan sostiene que las personas son racionales cuando existe un costo por estar equivocado. Cuando se trata de escoger un trabajo, comprar leche, contratar empleados, o elegir qué hacer y donde invertir los ahorros, uno sopesa las opciones con cuidado porque sentirá las consecuencias de inmediato. Así, un racista enfrentará su propia irracionalidad y contratará a una persona de color altamente cualificada porque las alternativas serían costosas para su compañía. Un acérrimo proteccionista seguiría subcontratando migrantes ilegales, porque desea la ventaja de pagar menos y tener mejores precios. Alguien que cree en espíritus se sobrepondrá al rumor de que la tienda de descuentos está embrujada si su presupuesto es limitado.
Pero cuando es poco costoso para las personas aferrarse a sus creencias (incluso si son incorrectas) la gente se niega a rechazar su propia lógica y no tiene incentivo para cuestionarse seriamente si lo que se cree es cierto.

Para la democracia mexicana, eso significa dos cosas:
  1. Equivocarse en democracia es poco costoso. La responsabilidad de lo que pase se diluirá entre los 56 millones de votantes que votamos y en el último de los casos, si algo sale definitivamente mal, podrá imputársele siempre a la persona elegida (maldito Peña, méndigo Calderón… etc.), eximiendo a los que votamos por ella.
  2. Es mucho más fácil, menos doloroso, hacerle segunda a quien respalda y reafirma mi visión del mundo (que en México, tristemente, es la visión de la víctima); así no necesito cuestonarla. Por eso el discurso populista atrae a tanta gente. Pensar es difícil, después de todo. Mejor quedarnos en nuestra zona de confort de lo que creemos correcto. 

Así pues la Democracia, románticamente llamada el gobierno del pueblo, puede dar a luz gobiernos que más bien son ineptocracias o cacocracias, (el gobierno de los ineptos, el gobierno de los peores) sencillamente porque nos incomoda pensar y nos incomoda responsabilizarnos.

¿No me cree que nos gobiernan ineptos, o por lo menos gente infinitamente inadecuada para las posiciones que ocupan? Examinemos al nuevo gobierno para probar el punto. Si le apetece, me salto y doy el beneficio de la duda a quien lo encabeza. Aunque Andrés Manuel tardó catorce años en concluir sus estudios en la UNAM, por lo menos los terminó. 

Empecemos con el Conacyt. Su nuevo subdirector, David Alexir Ledesma quien estará coordinando la comunicación estratégica del organismo, tiene 29 años, está cursando el tercer semestre en la carrera de comunicación y no ha tenido absolutamente ninguna experiencia en temas de ciencia y tecnología. Eso si, fue Asesor de Discursos de la senadora Dolores Padierna Luna y trabajó con Jenaro Villamil periodista que ahora es encargado de coordinar a los medios públicos del Estado.

También en Conacyt encontramos a Edith Arrieta Meza, licenciada en diseño de modas, pero que desde diciembre pasado forma parte del grupo de científicos, ambientalistas y juristas que regulan el uso de organismos genéticamente modificados en el país. Su única experiencia laboral previa es como jefa de la Unidad Departamental B de la delegación de Tlalpan durante la gestión de Claudia Seinbaum. Antes de eso, había sido candidata a diputada por Morena. Para poner en perspectiva, en la pasada administración, de las cinco direcciones de la Comisión a la que ahora pertenece Edith Arrieta, tres eran dirigidas por funcionarios con doctorado, una por un maestro en ciencias y otra por un licenciado en derecho. ¿Se alcanza a notar el contraste?

¿Pero qué esperanzas podemos tener de tener gente capacitada en las instituciones gubernamentales, si ni siquiera los altos mandos de las secretarías están a la altura? Esteban Moctezuma Barragán, nuestro nuevo Secretario de Educación, corrigió recientemente su declaración patrimonial para admitir que realmente no ha terminado la carrera de Abogado, aún debe materias en la UNAM. Esa es la envergadura de nuestro secretario de Educación (Ya ni hablar de su calidad moral, porque lo primero que intentó fue colar la mentira de que contaba con el título)

No sorprende nada que sea esta la administración que quiera echar para atrás la reforma educativa. Claramente este gobierno no está del lado del mérito, sino del amiguismo y el compadrazgo. Nuestra democracia ha dado a luz a un monstruo, a un gobierno de los peores, a una cacocracia.

Ante este panorama, varios me han preguntado: “Bueno ¿Y qué hacemos?” Van dos nuevas recomendaciones (que se suman a la de presionar al poder ejecutivo para que realmente juegue como contrapeso)
  1. Luche contra la irracionalidad racional que describe Caplan en su libro. Platique y discuta de política. Cuestione los supuestos y prejuicios propios y extraños. La idea no es pelearnos, ni ganar discusiones estériles, es contrastar, servir de espejo y prueba de fuego para ver si las ideas que tenemos se sostienen, o si son irracionales. Esté dispuesto también a poner bajo la lupa lo que usted cree y da por sentado.
  2. Asuma la responsabilidad de lo que elegimos y ayude a otros a asumirla. El “Yo no voté por tal” no es una defensa válida. El resultado de cada elección es producto de lo que hacemos y dejamos de hacer entre una y otra. Estudie los porqués, discútalos y hágalos muy evidentes en esas charlas del primer punto. Lleguemos a las urnas más informados y mejor preparados la próxima vez.

Con estas medidas, quizá dentro de seis años no tendremos al mejor gobierno posible, pero seguro nos ahorramos otros seis años de cacocracia.


martes, 5 de febrero de 2019

Que se abra el debate...

Hace algunos meses, Porfirio Muñoz Ledo presentó en San Lázaro una iniciativa de reforma constitucional que busca hacer legal el aborto en todo el país. La discusión de dicha propuesta en la Comisión de Igualdad de la Cámara de Diputados todavía no se ha dado. Las sesiones programadas se cancelan o aplazan, ya sea por la presión que ejercen grupos pro-vida (por ejemplo, con la manifestación de ayer frente a San Lázaro) o porque se trata de una estrategia política para seguir apelando a sus bases, asustando con el petate del muerto, pero sin intención real de seguir adelante.

En este orden de cosas y tiempo de definiciones, caigo en cuenta de que, en los cuatro años y cachito que tiene este espacio de existir, jamás ha publicado respecto al aborto. Me descubro parte de lo que tanto critiqué: Políticos tibios en campaña que evitan las preguntas difíciles para no perder votos (o lectores) Pido disculpas, si se trata de generar debate no debería haber temas tabú. 

Abro fuerte: Estoy fundamentalmente en contra del aborto. 
¡Ahora permítame argumentar antes de que salga huyendo con el columnista de al lado!
Desafortunadamente la defensa de la postura anti-abortista en México está lejos de lo que debería ser. Es decir, por más que las convicciones religiosas lo muevan a uno; presentarse ayer en San Lázaro con estandartes religioso en mano y coreando vivas a Cristo Rey y a la Virgen María para “defender la vida desde la concepción” es un error. El argumento pro-vida puede y debe ir mucho más allá que la ideología religiosa y llevar mucho mas peso.

En primera instancia, deshagámonos en este debate de consideraciones legales. La historia está llena de atrocidades permitidas (a veces fomentadas) por lo que estaba escrito en un papelito que la gente llamaba “ley”. El holocausto, por ejemplo, fue perfectamente legal, eso no quiere decir que haya sido bueno, o ético.

Como no podemos partir de la ley, ni de ideología religiosa, partamos de convicciones que nos vienen desde la filosofía y el derecho romano; los derechos fundamentales a la vida y a la autodeterminación. Creo que es un sólido punto de arranque afirmar que cada ser humano por el sólo hecho de existir tiene derecho a conservar y procurar su vida y su libertad. Es un derecho natural, que aunque recogido y protegido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo tercero, no emana de ella, sino del mismo hecho de ser persona. 
También veo razonable asumir, que cada individuo, como titular de derechos, es libre de hacer con su vida lo que le plazca, el derecho a la autodeterminación, mientras no afecte el derecho de otro u otros individuos para hacer lo propio. Esto implica, por supuesto, que todo “derecho” que suponga la violación total o parcial del derecho de otro, no es un derecho.

Entre dos iguales, ejercer el derecho a la autodeterminación no sería suficiente para pasar por encima del derecho a la vida de otra persona. El hecho de que una persona me incomode o que su presencia me limite o afecte, no me daría derecho a matarla. Mi “derecho” si viola el de alguien mas, no lo es tal.
Con esta base (que es durísima, porque implica que la moralidad del aborto no cambia según la necesidad, incluso en casos de violación) el único argumento posible para el abortista es afirmar que el niño que crece en el vientre no es aún una persona, porque en cuanto se le reconozca como tal tendrá derechos que le protejan. El abortista precisa una línea arbitraria, en algún momento entre la concepción y el parto, que marque la transición entre “un cúmulo de células” y un “ser humano”

A partir de aqui ya no es un tema de convicciones. Debemos dejar esa perspectiva y abordar el tema desde un punto de vista médico y científico. ¿Dónde vamos a trazar esa línea?

Es un hecho biológico básico que, tras la fertilización de un ovulo por un espermatozoide, se forma un nuevo código de ADN, que permanecerá idéntico hasta su muerte. No hay, me parece, un lugar más obvio en el continuo gestacional para demarcar el origen científico de una vida humana nueva.
Me remito ahora a la intervención, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, del Dr. Carlos Fernández del Castillo, Director del Centro Mexicano de Ginecología y Obstetricia SC. en la quinta audiencia pública sobre la despenalización del aborto en el DF. allá por el lejano 2008:

“Cada individuo de la especie humana comienza a existir a partir de una sola célula hasta alcanzar unos 4 mil millones de células con el mismo código genético que conforman los tejidos del cuerpo humano [...] En esa secuencia a partir de una sóla célula, es un nuevo individuo humano que dentro de un sistema biológico propio coordinado, continuo y gradual de ser cigoto ira creciendo a medida que la formacion de sus órganos biologicamente lo va solicitando [...] Desde la fecundacion, cada celula actúa en interacción con las demás células, en una realidad del caracter único del nuevo ser humano.”

La ciencia ahora puede decirnos cuando los no nacidos desarrollan por primera vez varias partes del cuerpo, o cuando comienza la actividad cerebral, o cuando sienten dolor, etc. pero es sumamente peligroso generalizar o establecer una línea imaginaria para todos los casos, porque cada embarazo se desarrolla de manera distinta. La actividad eléctrica cerebral puede comenzar tan temprano como en la quinta o sexta semana de embarazo.
Ultimadamente, las diferentes etapas de su desarrollo no significan que eso que crece no sea una persona. Diferenciar entre cigoto, embrión y feto y señalar que alguna de esas tres es menos “humana” tiene el mismo sentido que diferenciar entre un niño, un adolescente y un adulto y hacer la misma afirmación.

A partir de aquí habrá quien deforme el argumento. Que acepte que el niño en crecimiento pueda ser un ser humano, pero que igualmente señale que tiene derecho a matarlo por tratarse de un intruso, de un parásito en el cuerpo de la madre que la agrede porque debe aprovecharse de ella para alimentarse y crecer. 
Afortunadamente, tenemos el trabajo de Doris Gordon, atea, provida y libertaria. En su artículo, “Aborto y derechos: aplicar correctamente los principios libertarios” (un trabajo que consideró su obra maestra) Gordon declaró: “La situación entre padres e hijos es única. Es la única relación humana que comienza cuando un lado, trae al otro a la existencia.” Este hecho, este ejercicio de voluntad de los padres refuta cualquier aseveración de que el niño es un intruso, un parásito o un agresor de cualquier tipo. El niño o niña en crecimiento jamás decidió estar ahí, sus padres lo trajeron al mundo sin preguntar. Es víctima, no victimario. Continúa Doris: "Los niños prenatales tienen el derecho bajo la justicia de estar en el cuerpo de la madre, y ambos padres les deben apoyo y protección contra el daño".

Bajo todos estos argumentos, la única instancia en donde resulta moralmente aceptable el aborto inducido, es cuando está en riesgo la vida de la madre y aún así, la prioridad del médico debe ser la de salvar la vida sus dos pacientes, nacida y no nacido.

Pero esa, querido, lector, es solo la opinión y el argumento de un lado de la palestra. Y la razón para exponer tan crudamente lo que #UnoOpina es para que otros se animen a hacerlo. Abramos el debate.