miércoles, 27 de abril de 2022

Debanhi, y todo México, merece más...


El cuerpo de Debanhi Susana Escobar Bazaldúa, de 18 años, fue encontrado sin vida el pasado 21 de abril e identificado al día siguiente. Quizá para la familia la noticia fue un alivio. La muchacha había sido vista por última vez el 8 de abril y aunque el dolor de la pérdida cierta debe ser inconmensurable, la angustia de la circunstancia incierta, el no saber qué pasó y dónde está debe carcomer el alma en maneras inimaginables. El dolor no desaparecerá, pero al menos no se renovará todos los días. El que hay que mantener vivo es el reclamo de justicia.


Debanhi Escobar se suma a una cada vez más larga lista de desapariciones de mujeres en México en general y en Nuevo León en particular. La problemática ha sido calificada por la ONU como un fenómeno alarmante, haciendo responsables sobre todo al crimen organizado y al horrendo negocio de trata de blancas y tráfico sexual, pero también a las autoridades de todos los niveles, por su nula capacidad de reacción y contención y por su mínima diligencia en las investigaciones. Por poner a Debanhi como botón de muestra, el caso ha estado plagado de información contradictoria, evidencia faltante y claras muestras de querer echar bajo la alfombra un caso mediático. 


Pero es la punta del iceberg. Insisto, este problema raramente salta a los titulares, pero hasta el 7 de marzo había registros de al menos 20,939 mujeres y niñas desaparecidas en México, de acuerdo con cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas de la Comisión Nacional de Búsqueda, dependiente de la Secretaría de Gobernación. La tendencia ha ido a la alta desde tiempos de Vicente Fox y ha alcanzado un máximo histórico en la presente administración. De hecho, el número de mujeres que ha desaparecido durante este sexenio casi duplica al registrado en el periodo equivalente del de Peña Nieto. También se calcula que mueren víctimas de violencia (léase, asesinadas) al menos 11 mujeres al día en este país. No hablemos ya de delitos sexuales.


Situaciones como esta es por lo que una Fiscalía que funcione y cumpla con su trabajo debe ser un reclamo constante de la ciudadanía. Porque es risible que la Fiscalía de Nuevo León haya propuesto como teoría que Debanhi “se cayó por accidente” en la cisterna del motel Nueva Castilla (donde fue encontrada) siendo que el espacio está cerrado al público, el celular de la joven fue encontrado sumergido en un lugar distinto y la autopsia señalara como la causa de muerte “una contusión profunda del cráneo”. Es tan inverosímil que da coraje que lo crean a uno capaz de tragarse la versión. Que luego aparezcan videos de las cámaras de seguridad cuando el fiscal aseguró que “no se graban los videos, solo tienen monitoreos, eso fue un problema. Desde que iniciamos las investigaciones, les pedimos los vídeos pero ellos no graban”, es sólo la cereza del indignante pastel.


De nada sirve (y es hasta risible) que nuestra Cámara de Diputados se llene la boca anunciando modificaciones al Código Nacional de Procedimientos Penales para que la “tentativa de feminicidio” sea castigada con 40 años de cárcel, si más del 95% de los delitos en México quedan impunes y si las fiscalías estatales y federales cometen errores u omisiones tan burdos como los que estamos viendo hacer al Lic. Gustavo Adolfo Guerrero Gutiérrez en Nuevo León.


¿Y mientras tanto Samuel García?

Fosfo, fosfo. Con la estrategia bien medida sube una foto para que se lo coman en redes sociales por cómo se ve haciendo ejercicio. En el ejercicio del poder y la popularidad, más vale y es más fácil hacer y decir alguna estupidez para verse como un payaso, que dejarse ver como lo que es, culpable e incompetente.



miércoles, 20 de abril de 2022

El que es fiel en lo poco


El que no es fiel en lo poco, tampoco lo será en lo mucho; dice la Biblia. Y es una máxima que aplica con sorprendente precisión en los más laicos ambientes. Por ejemplo ¿Cómo esperamos que este gobierno le sea fiel al Estado de Derecho en lo más grande, en sus instituciones y en el respeto a la sala de la Suprema Corte de Justicia (saludos al presidente Zaldivar y a su conteo chueco de los votos de la Ley Eléctrica) si no es capaz de serle fiel en lo más básico y elemental, como la persecución y captura del criminal confeso y el narcotraficante?

A estas alturas es evidente que la estrategia “Abrazos, no balazos” pasa por la absoluta rendición del Estado Mexicano y la negociación con los grupos criminales para deponer las armas, y terminar en una suerte de Pax Narca. Es decir, tratar de revertir el golpe al avispero que dio Felipe Calderón, pero sin haber resuelto nada. Esconder el problema y patear la lata para adelante, para que sea problema de otro. No lo digo yo, lo dijo textual Olga Sánchez Cordero en agosto de 2019, cuando aún era Secretaria de Gobernación. “Estamos dialogando” decía, con “muchos grupos” que les han “manifestado que no quieren seguir en esta violencia, que ellos quieren deponer las armas y quieren caminar hacia la paz” [Favor de revisar “Negociar con el narco”, columna publicada en este espacio el, 21 de agosto de 2019]

La Pax Narca necesita, sin embargo, un seguro, un candado, un ejecutor y el Gobierno cree haberlo encontrado en el Cártel de Sinaloa. La evidencia del trato cordial entre el Estado Mexicano y el cártel del Chapo Guzmán está tan ampliamente documentada que no vale la pena aquí volver a hacer un recuento [si le falta el contexto lo invito a leer “No hagas cosas buenas…”, la entrada publicada el 28 de julio del año pasado] Es natural, si quieres que dicha organización funcione como control y límite con el resto de los jugadores del tablero, necesitas darle esa libertad de acción y protegerlo de interferencia para que haga su trabajo.

Interferencia ¿de quien? Principalmente de Estados Unidos y de la Administración de Control de Drogas (DEA; por sus siglas en inglés) principales perjudicados de que esta organización criminal opere a sus anchas en el territorio nacional.

El primer paso fue la separación de la Marina, de las tareas y operativos contra el narcotráfico. La Marina, más que el ejército (y después de la detención del General Cienfuegos entendimos por qué) fue la institución con la que Estados Unidos colaboraba en estas tareas de seguridad, el puente. La relación tardó años en construirse. Comenzó en tiempos de Zedillo, se formalizó con Fox y se fortaleció en el sexenio de Felipe Calderón.

Ayer nos enteramos que también, desde abril del año pasado, se disolvió un grupo operativo conjunto, entrenado por la DEA, pero administrado por las instituciones de seguridad mexicanas, dedicado desde 1997 a combatir al crimen organizado. La Unidad de Investigaciones Especiales (SIU, por sus siglas en inglés) contaba con alrededor de 50 elementos, considerados los mejores del país y fue desbandada unilateralmente por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

En resumen, este último acontecimiento debería formar parte e integrarse al ya larguísimo expediente de investigación que tendría que abrírsele al presidente y a su gabinete de seguridad por el evidente abandono de sus funciones, por su infidelidad en lo más pequeño: la soberanía del Estado y la protección de sus ciudadanos.



miércoles, 13 de abril de 2022

El miedo no anda en burro... eléctrico


Se acobardaron los diputados oficialistas. Se aplazó la votación a la Reforma Eléctrica que debía llevarse a cabo ayer martes. Dice Ignacio Mier Velazco, coordinador de la bancada morenista en la Cámara de Diputados, que “atendiendo la solicitud de que hubiera mayor socialización y que la ciudadanía conozca a fondo el dictamen [...] solicitamos a la Junta de Coordinación Política sesionar el próximo domingo a las 10:00, en lugar de como se tenía previsto”


Curioso, por decir lo menos. Hace unos días insistían en que la Ley Barlett no podía esperar un día más, que se trataba de recuperar y salvar a la CFE de la postración en la que se encontraba. Hoy parece que esa urgencia ha desparecido. “Hay que socializar el dictamen” dicen, y parecen olvidar que ya durante mes y medio (del 17 de enero al 28 de febrero) tuvimos los Foros de Parlamento Abierto sobre la mentada reforma; que el tema se ha manoseado, traído y llevado hasta el cansancio.


¿Qué ocurrió, qué cambió? Quiero creer que la razón de más peso para este cambio de actitud es la certeza de que no alcanzarán los votos; la necesidad de tiempo para seguir cabildeando. Que la iniciativa ciudadana haya orillado a todos y cada uno de los diputados de oposición a comprometerse a votar en contra de la reforma les metió miedo. Que la bancada no alineada actuara en consecuencia y respetara ese compromiso, definitivamente les paró los pues a los oficialistas.


Intentaron amedrentar, a través de una convocatoria a manifestarse frente a San Lázaro en pro de la Reforma. No juntaron más que 200 personas del improvisado “Frente Nacional en Defensa de la Reforma Eléctrica” y de todas maneras, diputados del PAN, PRI y PRD se adelantaron y comenzaron a llegar al recinto desde el lunes, con el objetivo de pernoctar en sus oficinas y evitar que los manifestantes les impidieran el paso a la sesión programada para el día siguiente.


Aunque reconozco y celebro enormemente la labor de la sociedad civil organizada y el efecto de la presión social sobre nuestros representantes para obtener este resultado, no me hago ilusiones. Hay una serie de circunstancias que juegan a favor de la ciudadanía y que los partidos de oposición, nada tontos, están sabiendo leer y actuar en consecuencia.


Huelen sangre. Los resultados de la Revocación de Mandato señalan que el régimen ni por asomo es tan fuerte como quiere proyectar y que el apoyo que Morena había conseguido en 2018, los 15 millones de votos “prestados” o “pactados” con el PRI y otras organizaciones ya no están ahí. Ser una oposición útil, por ahora y de momento, les resulta políticamente redituable. Es imprescindible que como ciudadanía estemos a la altura, aprovechemos el momento y encaucemos esta ola de oposición útil, sin quitar el dedo del renglón e insistiendo con todos nuestros representantes. ¿Qué queremos y por qué?


Hagámonos oír.


Addendum:

Respecto al circo de la Revocación de Mandato. Independientemente de la lectura que cada quien quiera hacer y la narrativa que quiera impulsar con el ejercicio y sus resultados, hay que reconocerle una vez más al INE el impecable trabajo en la planeación y ejecución de la jornada democrática. A pesar de todas las carencias y las cartas trucadas en su contra, el INE cumplió. 




miércoles, 6 de abril de 2022

Degradación Civil

 

El estado de derecho, el apego a normas comunes, el gobierno de la ley, es requisito sine qua non para una sociedad sana, ya no digamos para una democrática. Por ello “todo funcionario público, sin excepción alguna, antes de tomar posesión de su encargo, prestará la protesta de guardar y hacer guardar la Constitución ya las leyes que de ella emanen”. 

No es “si quieren”, “si se les antoja”... es piedra angular, soporte y parapeto para todo lo que viene después.


Que el presidente y su grupo cercano sean los primeros en dinamitar este acuerdo social es, sin atisbo de duda, lo más grave que veremos en el sexenio. El aeropuerto se puede remodelar o reconstruir, el espacio aéreo reconfigurar. La selva en la península yucateca se puede reforestar y recuperar. Pero la noción de que la ley es de papel y que cada quien puede imponer su concepto de justicia basados, por ejemplo, en el vago “apoyo popular”, marcará a una generación completa, costará años remediar y dejará al país con taras difíciles de ignorar.


Lo que el Secretario de Gobernación hizo el sábado fue violar la ley de manera abierta y descarada. Durante la “Gran Marcha por la Defensa del Proyecto de Transformación”, en Sonora, el señor tomó el micrófono para decir a las claras “Vamos a apoyar el movimiento para que el 10 de abril los sonorenses y los mexicanos demostremos al mundo que somos capaces de apoyar al mejor presidente en la historia moderna de México”. 


Le siguió el domingo Félix Salgado Macedonio en un evento en el Estado de México, en donde al final de una arenga contra el consejero electoral Ciro Murayama, pidió una mentada de madre colectiva para el Instituto Nacional Electoral y dijo  “Que no nos dé ideas, porque dejamos a Andrés Manuel para el 24”, refiriéndose a una imposible (léase ilegal, que debería ser lo mismo) reelección del mandatario. 


No olvidemos, tampoco, al fiscal Gertz Manero, que usa la ley a su conveniencia como garrote, fabricó pruebas y presionó a testigos y a abogados hasta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación le puso al fin un alto, deteniendo los procesos que una y otra vez y reactivaba el Fiscal.


O al director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz; al que seguramente esta administración algo le debe, pues le quiere devolver el monopolio eléctrico (y el enorme poder del mismo) a través de una ley brincándose la Constitución. (Al menos lo suficiente como para que amerite discusión en el pleno de la SCJN)


La ley les produce roña y la Constitución les irrita. Entienden el ejercicio público como el ejercicio y despliegue del poder, y cualquier límite a ese poder les parece opresivo. Se les olvida su obligación más básica de servicio a la nación.

Como es abajo es arriba, no se sorprenda. Estos engendros salieron de la sociedad mexicana que los encumbró y son reflejo de la misma. Ya habíamos tocado el tema, en este espacio, del círculo virtuoso o vicioso entre los gobernantes y la sociedad que gobiernan. Lo que hoy lamento es una repetición, exacerbada, de un ciclo más de degradación civil promovida desde el poder.