lunes, 30 de enero de 2023

Ojo a las elecciones en el EdoMex


En la entrada anterior hablábamos del importante papel que jugarán los resultados electorales del Estado de México en la estrategia política del presidente rumbo a 2024. Un triunfo ahí con su fantoche, la impresentable Delfina Gómez Álvarez, implica que su movimiento, pese a todo, aún tiene posibilidades. Un revés, sin embargo, lo obligaría a buscar, llamémosles “vías alternativas”, para buscar la permanencia en el poder.

Dos hechos recientes me parecen confirmar eso que escribí. En primera instancia, la última encuesta de “El Financiero” muestra que el 51% de los mexiquenses desaprueban la forma en que López Obrador está desempeñando su trabajo. El rechazo es viejo y constante, pues el métrico se ha mantenido entre el 49 y 51 por ciento desde junio de 2022.

¿Cómo entonces es que Delfina Gómez, la candidata de Morena-PVEM-PT está adelante en las encuestas, con el 45% de la intención de voto, ocho puntos por encima de su más cercana competidora? Pues fácil, porque como en 2018, Andrés Manuel y su movimiento no ganan por mérito propio, sino por resentimiento.
La aprobación de Andrés Manuel podrá estár por la calle de la amargura, pero la del actual gobernador priista, Alfredo del Mazo, es aún peor. 63% de sus gobernados no creen que esté haciendo un buen trabajo.

La falta de conciencia ciudadana en México significa que los partidos tradicionalmente no necesitan ser una buena opción para ganar una elección, sólo tienen que ser marginalmente mejores que el gobierno en turno y lo suficientemente pacientes para capitalizar el hartazgo ciudadano. En esta ocasión en el EdoMex, esta dinámica juega a favor de Morena, pero para la presidencial de 2024 esto no es así.

La segunda instancia es el acuerdo que hicieron público la semana pasada autoridades de seguridad, penitenciarias y electorales del Estado de México. Aparentemente, firmaron un convenio de coordinación mediante el cual por primera vez alrededor de 10 mil personas privadas de su libertad en 20 cárceles podrán ejercer su derecho al voto el próximo 4 de junio.

Ojo, mucho ojo. Lo están vendiendo como un éxito un suceso histórico para la vida democrática del país, un reconocimiento en la igualdad de derechos en sectores socialmente rezagados (los que quedan normalmente presos sin derecho a fianzas o libertades condicionales). En realidad la implementación de la medida me llena de temores.

¿Puede un preso votar de manera libre y secreta? ¿Tiene un preso acceso a los elementos necesarios para emitir un voto informado y consciente? ¿Qué garantiza que personas completamente a la merced del sistema penitenciario no serán coaccionados de la manera más vil para emitir el voto en uno u otro sentido? ¿Se pondrá en riesgo la integridad de los voluntarios ciudadanos haciéndolos ingresar al penal para instalar la casilla, o se romperá esa indispensable salvaguarda en la cadena de transparencia de nuestro sistema electoral?

Temo que, así como el Sindicato de Maestros y otras agrupaciones con intereses políticos pactan y venden sus votos al mejor postor, así las autoridades carcelarias (o los grupos criminales que regulan las entrañas de las prisiones en México) terminen ofreciendo esos votos. ¿Y quién tiene unas relaciones más tersas con el crimen organizado que la presente administración?

Ojo al Estado de México, mexicanos. Porque es laboratorio e indicador de lo que nos puede pasar a nivel nacional.



jueves, 19 de enero de 2023

Color de hormiga


La cruzada del presidente por empobrecer y aislar a este país sigue su trágico curso, pues sabe que rema contracorriente de cara a las presidenciales. Quizá no haya dado completamente por perdidas las elecciones de 2024, pero luego del revés en las intermedias que le arrebató la mayoría calificada en las Cámaras, y de las demostraciones ciudadanas en asuntos clave como la defensa del INE, sabe que la derrota es una posibilidad real y cercana. Seguramente estará muy al pendiente de lo que ocurra en este año en Coahuila y la CDMX.


Conocemos de sobra al Andrés Manuel perdedor: caprichoso, necio, camorrista y escandaloslo. Si las cosas no llegaran a funcionarle, si todo parece indicar que su movimiento termina en 2024, volveremos a ver a ese Andrés del 2006 y 2012. Trágicamente, ahora esa figura tendrá a sus disposición todas las herramientas del estado y el alcance de su berrinche será mucho mayor que sólo tener paralizado Paseo de la Reforma por algunos meses.


Imagino con nerviosismo un escenario en el cual, en los meses previos a las elecciones, acelere el paso en su afán destructivo, especialmente en materia económica y de seguridad. Si consigue generar una crisis de gobernabilidad de tal magnitud que le permita escudarse en ella para posponer o cancelar las elecciones, tendremos un serio problema.


¿Se imagina en México un escenario como el de Perú? Allá el autogolpe de Estado fracasó al generar el inmediato rechazo de todas las instituciones políticas, del Ministerio Público e incluso de los propios ministros de Castillo (que dimitieron en su mayoría). Pero sobre todo, por carecer del respaldo de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, instituciones que en un comunicado expresaron su decisión de no apoyar ningún acto contrario al orden constitucional.

En el mismo escenario ¿sería igual la reacción del ejército mexicano o la guardia nacional, tan enquistada en cada vez más ámbitos de la vida pública y tan mimados por la presente administración?


No puedo, por desgracia, ofrecerle soluciones mágicas a este tétrico escenario, o una receta infalible para evitar lo que narro aquí. Considerar la posibilidad y dar la voz de alerta, como hago en estas líneas, me parece un primer paso natural. Lo invito a hacerlo, a comentar el punto con familiares y amigos, a hacer política de tertulia y de café, de sobremesa.


Lo invito también a someter a escrutinio estricto las acciones (ojo, acciones, no declaraciones) del presidente y su gobierno y a considerar con cuidado sus implicaciones. Le hablo de la destrucción, entorpecimiento y empobrecimiento de la vida en este país con la evidencia en la mano. Ahí está el AIFA como ejemplo: infraestructura inutil (porque nadie la quiere usar) que costó más de lo que hubiera costado terminar el proyecto del NAICM (porque este hubo que cancelarlo y pagar a los inversionistas defraudados) administrado por las fuerzas armadas y al que ahora se pretende, por decretazo (imponiendo) enviar el transporte de carga que actualmente sale del AICM.


La medida no es solución al problema de congestión. Apenas el 3% de las operaciones del AICM son de carga. Lo que si ocurrirá es el encarecimiento de toda la cadena productiva (y por supuesto del producto final) y el entorpecimiento de la distribución nacional. El cerrar el AICM al transporte de carga nos aísla como país, aumenta los costos, se resta productividad y se pauperizan las actividades económicas, en este caso las de comercio exterior.


A este tipo de acciones y decretos es a los que me refiero cuando hablo del afán destructivo del presidente.Y como puede ver, ya empezó. Si lo que aquí expongo resulta correcto, veremos más y más de este tipo de acciones de parte del régimen. Hay que ir pensando qué hacer y cómo enfrentar todos los escenarios, mexicanos; porque las cosas se nos pueden poner (aún más) color de hormiga en menos de un año.


 


miércoles, 11 de enero de 2023

Plagio y calumnia

Veintidos días después, con reflejos dignos de un perezoso con ansiolíticos, reaccionó por fin la Universidad Nacional Autónoma de México al escándalo de Yasmín Esquivel; ministra de la Suprema Corte de Justicia que plagió (hasta el último punto y coma) su tésis de licenciatura.

La reacción es tardía y pobre. En un escueto comunicado, el Comité de Integridad Académica y Científica de la Facultad de Estudios Superiores Aragón señaló que la tésis de la ministra Esquivel es “copia sustancial” de la original del Lic. Edgar Ulises Báez Gutiérrez. Y que había remitido el caso a las instancias correspondientes. Rectoría, se entiende.

Es ahí, en la oficina que ocupa el el Dr. Enrique Graue Wiechers, que la cosa se atora. La carta que firmó y publicó horas más tarde expone que, pese a todo, Yasmín Esquivel Mossa finalizó sus estudios y presentó su examen profesional ante el jurado designado, recibiendo el voto aprobatorio de todos sus integrantes para obtener su título. Y que, pese a tener el caso de plagio reconocido y documentado, la normatividad universitaria carece de los mecanismos para invalidar el título, según la interpretación de la Oficina de la Abogacía General. Entonces que la universidad más prestigiosa del país no puede hacer nada más que lavarse las manos y enviar el caso a la Secretaría de Educación Pública.

Es tristísimo que una institución del calibre de la UNAM le tenga tan poco respeto a sus egresados que esté dispuesta a minar el prestigio de cada uno de los títulos expedidos con tal de no meterse en problemas con la actual administración federal. Porque sí, el evidente plagio y la cloaca de corrupción y compra-venta de tesis que salió de tirar del hilo de la Ministra Esquivel, ponen en entredicho la validez del esfuerzo de todos sus compañeros. Cuya enorme mayoría, no tengo duda, serán profesionistas íntegros y trabajadores que no merecen esa sombra de duda en sus expedientes.

Si el lema universitario reza “Por mi raza hablará el espíritú”, me cuesta mucho trabajo entender cómo diantre la institución no desconoce, deshereda y se deslinda de esta hija desobediente. No sólo plagió su título y obtuvo su posición con engaño, sino que además tuvo el descaro de perseverar en la mentira, involucrando a notario público y difamando injustamente a otro estudiante con tal de escaparse de la realidad y las consecuencias de sus acciones. ¿Qué clase de “espíritu” habla a través de esta “raza”?

Ahora, por dignidad, ética y vergüenza, la señora Esquivel debería renunciar como Ministra; incluso si consigue retener su título. No tiene sentido que una mentirosa tan públicamente reconocida esté pretendiendo tomar decisiones respecto a la justicia y la aplicación de la ley en el país. Pero como mala hierba nunca muere, el cinismo es mucho, sabemos que eso no ocurrira… a menos de que sienta la presión ciudadana hasta que le llegue el agua a los aparejos.

Nuevamente, mexicanos, nos llama el deber cívico a agotar cuanta instancia esté a nuestra mano, incluida la presión social a quien corresponda (la dirigencia de la SEP, la presidenta de la SCJN, entre otros) para que en le país ocurran las cosas que queremos que ocurran y este triste episodio no quede en algo anecdótico.
La señora Esquivel se tiene que ir.