miércoles, 21 de febrero de 2024

El Ejército y las Carreteras

 Quiero abordar hoy, de nuevo, el tema de la militarización de una función gubernamental fundamentalmente civil.

Lo sé. Se me acusará de andar siempre con la misma cantaleta, de parecer disco rayado y de ser repetitivo en mis temas. Se vale tener esa opinión y me disculpo por ello. Pero es necesario dejar constancia de cada nueva responsabilidad y prebenda otorgada a nuestro “pueblo uniformado”, porque alimenta y fortalece mi impresión de que la relación entre la jerarquía castrense y el titular del ejecutivo (que también funge como comandante supremo de las fuerzas armadas) está fundamentalmente torcida y es peligrosa.


A principios de mes, discretamente, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) comenzó a informar a las empresas interesadas en participar en las licitaciones dependientes del programa de mantenimiento y conservación de carreteras federales 2024, que se cancelaban los concursos en marcha. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) se había reservado “por causas de fuerza mayor” los 11,000 millones de pesos que se habían presupuestado para este fin. 


He sostenido desde el principio del sexenio que el objetivo de la presente administración es el aislamiento y empobrecimiento sistemático de la población mexicana. Creo que nada puede evidenciar más esa intención que la cancelación del mencionado programa. ¿Qué otro objetivo puede tener la decisión de dejar sin mantenimiento 42 mil kilómetros de carreteras libres de peaje, que no sea el brutal aislamiento de las comunidades y la complicación en el intercambio de bienes y personas a lo largo y ancho del país? No es que sean ejemplares –documentos de la misma SICT describen su estado actual como “de malo a muy malo”– pero entre tener una manutención mediocre a no tenerla, prefiero evidentemente la primera opción.


Días después de que se hiciera pública esta información, y ante la inconformidad en redes. El presidente anunció que los que se harían responsables del mantenimiento de los caminos serían los uniformados de verde olivo; acusando, como siempre y como siempre sin pruebas, a la rampante corrupción y contratos leoninos con los prestadores de servicios privados que compiten en las licitaciones. A tal efecto, se les tenía destinada una partida presupuestaria adicional de 5,000 millones de pesos, independientes y aparte de lo que la SHCP se había “reservado” de la SICT, que nadie sabe dónde quedó.


Dejemos de lado el hecho (que no me explico) de que una dependencia de gobierno (SHCP) eche por tierra, con la mano en la cintura, el presupuesto avalado por el Poder Legislativo. Sin más justificación que las vagas “causas de fuerza mayor” que aduce y en franca violación al principio de representación y de división de poderes sobre el que se sostiene nuestra estructura gubernamental.


El presidente admite su derrota y su ineptitud con cada aspecto de la vida pública que no puede someter a un control administrativo civil que garantice que no sufra de corruptelas. Prefiere  engrosar el presupuesto a los militares, que no tienen obligación alguna de lanzar licitaciones transparentes, ni están sujetos a los organismos de fiscalización internos. Así pues, las carreteras se suman a la construcción del Tren Maya, la administración de las Aduanas, el manejo y usufructo de nueve aeropuertos, una aerolínea, hoteles, caminos a zonas arqueológicas, parques ecológicos, sucursales del Banco del Bienestar y otra miríada de contratos y negocios.


La estructura de mando del ejército no es mágicamente inmune a los vicios y pasiones humanas, y el uniforme militar no está blindado contra la corrupción. De hecho, su especial circunstancia de no tener que rendir cuentas como el resto de los organismos civiles los hace quizá, más vulnerables. Por otro lado la abundancia de la que ahora goza la alta cúpula y los elementos cercanos al Secretario de la Defensa, no se ve reflejada en mejores condiciones para el soldado raso, que seguramente no se enlistó para cumplir su sueño de construir carreteras.


La estructura de mando entre un cartel y el ejército no son muy distintas y una vez que el ejército alcanza una independencia financiera y una libertad administrativa tal que sus líderes pueden empezar a comprar voluntades, no se sorprenda si lentamente la institución gubernamental se transforma en una criminal. 


Que se me haga la boca chicharrón, pero que tampoco digan que no se podía prever.




miércoles, 14 de febrero de 2024

El mensaje del Ing. Slim

 


El lunes, el hombre de negocios más acaudalado e influyente del país llamó a conferencia de prensa. Carlos Slim Helú departió con periodistas durante casi cuatro horas, en una charla que abordó muchísimos temas y que dejó a muchos con una sensación extraña. ¿A cuenta de qué un personaje del calibre del ingeniero Slim dedica tanto tiempo a responder preguntas sin aparentemente tener nada concreto que comunicar?


Podemos asumir, sin embargo, que el mexicano más rico del planeta no amasó su fortuna haciendo las cosas por ocurrencia, sin un propósito claro. Si le pareció que tenía que salir personalmente a dar un mensaje respecto a su relación con el presidente, al balance que hace del sexenio, a lo que anticipa para el sexenio que viene y a lo que está pasando con sus empresas; es porque quería que alguien lo escuchara. Es sólo que nosotros no somos su público objetivo. No, Carlos Slim está hablando con el resto de los actores políticos. Las candidatas en primer lugar y los grupos que las respaldan.


¿Quieren mi apoyo? Pobre Telmex, que no ha tenido ganancias en los últimos diez años porque las autoridades no le han permitido entrar al mercado de televisión de paga. El marco regulatorio de la reforma a las telecomunicaciones de 2013/2014 la tiene en números rojos.

¿Mi compromiso con el presidente López? “No veo qué beneficio me haya dado este gobierno”. Difícilmente puedo ser el empresario más beneficiado del sexenio, lo único que hemos hecho de obra pública es la etapa 2 del Tren Maya. Tengo mis diferencias con el presidente, que ya platicaremos cuando salga. 

¿El actual rumbo del país y del gobierno?  La inseguridad es “una tarea pendiente que todos estamos esperando que se resuelva” […] “Salvo el asunto este [de la seguridad], yo creo que todo lo demás está bien y va a seguir muy bien”

¿El último paquete de reformas? “Hay algunos en los que obviamente me parecen bien y otros que me parecen mal […] algo que me parece estupendo, y es que se me hace estupendo que la Suprema Corte, que los tres Poderes de la Nación, del Estado, tengan diferencias”

¿La participación del Ejército? “Yo creo que las Fuerzas Armadas son excelentes, pero creo que es demasiado. Por ejemplo, cuando se invitó a que participen en la construcción, fue muy bueno, porque […] han resultado algunos ingenieros militares excelentes, y es mejor que muchos soldados, en lugar de estar en el cuartel, estén trabajando” pero: “Que los estemos metiendo en tantas cosas es un exceso”.

¿Acusaciones de corrupción, intentos de amedrentarme? La línea 12 trabajó durante 12 años, transportando a 900 millones de personas y de repente hay un problema. No lo veo como una falla de origen, no tiene nada que ver conmigo o mis empresas.


¿Se ve por dónde va la dinámica y el mensaje del ingeniero? No es que se haya peleado con el presidente López Obrador, ni que esté abiertamente en su contra, pero quiere marcar una clara línea en la arena y un distanciamiento. Lo que se negoció, se cumplió y se agotó. Y al no ver a una clara ganadora entre las dos candidatas, prefiere elogiar a las dos (“Yo creo que las dos son muy comprometidas y se ve que tienen entusiasmo de llegar a gobernar, lo cual ya implica mucho compromiso, valor y deseo de hacer las cosas bien”) y poner sus condiciones y sus temas sobre la mesa. El empresario está dispuesto a sentarse con quien se acerque y le atienda sus inquietudes.


Quien busque en el ingeniero Slim a un salvador o a un filántropo dispuesto a usar sus recursos a favor de uno u otro, váyase sentando. Slim Helú es primero que nada un empresario y le da igual navegar los términos de uno u otro político, tratando de que le vaya bien primero a él, luego a los suyos y finalmente a sus empresas.


Lo que debería animar a la oposición es que la lectura del ingeniero respecto al futuro del país sea lo suficientemente turbia como para no decidir apostar todas sus canicas por un evidente ganador; la apertura a negociar, a escuchar términos desde ambos bandos. Significa que la batalla es más cerrada de lo que las encuestas y el partido en el poder pretenden hacernos creer. Significa que la moneda aún está en el aire y que la presente administración, pese a todo el aire y saliva que gasta cada mañana, está siendo cada vez más irrelevante. Tan es así que los empresarios están moviendo ficha antes de que acabe su sexenio y no necesariamente lo hacen por su gallo, sino para poner distancia.




miércoles, 7 de febrero de 2024

A AMLO lo financia el Narco. Ya lo sabíamos.

 La semana pasada el reportero norteamericano Tim Golden publicó un artículo en el sitio independiente ProPublica que confirma lo que muchos sospechábamos: El Presidente López Obrador, o al menos alguien de su círculo cercano, tiene una relación quid pro quo con el narcotráfico. 

De acuerdo con la investigación periodística, basada en documentos oficiales de la DEA a los que el ProPublica tuvo acceso y más de una docena de entrevistas con oficiales de ambos países, el Cártel de Sinaloa entregó dos millones de dólares a operativos de la primera campaña presidencial del ahora presidente, la del 2006, a cambio de la promesa de que una futura administración de López Obrador facilitaría las operaciones criminales de la organización.


La explicación me cuadra. Basta revisar un poco el historial público y conocido de la presente administración con dicho cartel. 1) La política de “Abrazos, no balazos” que les ha dado manga ancha. 2) La liberación de Ovidio Guzmán pese a que el daño a la población de Culiacán ya estaba hecho. 3) El pasar a “saludar” a la señora madre de “El Chapo” (“No te bajes, ya recibí tu carta”). 4) El intento abierto por repatriar al “Chapo” a México. Con todo ese contexto, la participación del reportero es meramente confirmatoria. 


Añádasele a la lista de “coincidencias” incriminatorias la nula relación y colaboración de la presente administración y sus organismos de procuración de justicia con sus contrapartes de EUA. El presidente desmanteló la unidad especial de la policía federal que la DEA había entrenado e investigado para poder trabajar con los estadounidenses en casos importantes sobre la droga. Marginó a los grupos mexicanos que fungían como enlace con las agencias de justicia e inteligencia norteamericanas. Y cuando en octubre de  2020 EUA detuvo al General Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional, por cargos de corrupción vinculados al narcotráfico, López Obrador lo defendió públicamente e hizo lo imposible por traerlo a México, donde prontamente lo exoneró de cualquier cargo. La relación de cooperación bilateral, al menos en asuntos de combate al narcotráfico, murió ahí de manera definitiva.


Y finalmente, como cereza de este macabro pastel y piedra central de la evidencia acusatoria: la realidad del país. Según algunos cálculos, las pandillas criminales dominan más de una cuarta parte del país. Operan abiertamente, imponen su voluntad sobre gobiernos locales y disuaden a las autoridades estatales y federales de intervenir, ya sea por la fuerza de las armas o de los billetes. La violencia ha alcanzado niveles históricos que hacen palidecer los números de sexenios anteriores y las extorsiones y otros negocios criminales han crecido como un cáncer, asfixiando de a poco cada parte de la economía y de la sociedad mexicanas. 


A la lista de razones por las que el reportaje me cuadra podríamos agregarle el apurado control de daños del presidente, que es un excelente refrito de sus más grandes éxitos: La cantaleta de que se trata de un “complot” para dañarle la imagen con fines electorales, que el periodista tiene nexos con “bloque conservador” y hasta con el expresidente Salinas de Gortari, que si es "venganza" por el caso Colosio. Rematando además con un apurado cambio de tema en el discurso oficial, introduciendo su paquete de reformas para cambiar el ciclo de noticias, pese a que sabe que no tiene los votos. Se trata de trajinar, distraer, desviar.


Si tiene oportunidad de leerse el reportaje, hágalo. El recuento de Tim Golden está bastante completo y hace un importante contraste entre lo que se hizo en México y lo que se hizo en EUA con un informante del calibre de López Nájera. Y por cierto, también sale embarrado el expresidente Peña Nieto.


La otra conclusión que hay que sacar es ciertamente electoral. ¿Queremos volver a darle el voto a un grupo, una campaña y una candidata claramente financiada por el narcotráfico? Porque Claudia Sheinbaum ya salió a lavarle la cara a su patrón…




miércoles, 29 de noviembre de 2023

Evaluación a Xochitl


Han pasado cinco meses desde que el Frente Amplio por México fuera formalmente lanzado y tres desde que se definiera la candidatura de Xóchitl Gálvez. Faltan seis meses para las elecciones. Con una tercera parte del trayecto hacia la meta ya superado, es justo hacer corte de caja y evaluación de resultados de este trimestre. Y hay que decir que todos los involucrados quedan debiendo: La aguja de las preferencias apenas se ha movido, el impacto más importante en las encuestas lo produjo la irrupción de Samuel García (que para sorpresa de propios y extraños, afectó más al oficialismo que a la oposición) y la candidata opositora no logra atraer a los indecisos para ampliar su cuota de mercado electoral.

Xóchitl y el FAM parecen estar esperando que la mera alternativa en la boleta, por pobre que sea, se gane el voto; en lugar de construir una propuesta que convenza e ilusione por sus propios méritos. A la mejor por eso le tenían cierto tempor al candidato de Movimiento Ciudadano, que llegaría “dividir el voto”: Una campaña y un candidato grises sólo pueden lucir si son el único color en la boleta (aparte del guinda, claro)

El problema es que esa estrategia no va a funcionarles. El sexenio de López Obrador pasó sin que su pésima gestión y nulos resultados alcanzaran a socavar significativamente su imagen o su aprobación. Por diferentes razones (la formidable habilidad de manejar la narrativa del presidente, la capacidad del pueblo mexicano para mantener viva la esperanza, el efecto de los programas sociales gubernamentales, la actuación de una ámplia estructura política robada al PRI, entre otras) el grupo de electores que originalmente lo encumbró en el poder sigue más o menos intacto, igual o más convencido que antes. Intentar conseguir en seis meses desde afuera, lo que seis años de gestión autodestructiva no ha conseguido, es punto más que imposible.

No hay que desesperar, sin embargo. Si, MORENA tiene amarrados un 45% de los votos, siempre que la participación ciudadana permanezca como siempre, limitada a alrededor de la mitad del electorado registrado en la lista nominal. Solo tendría un 25% del total de posibles votantes. La oportunidad existe y es esa, la ampliación del pastel; pero esos votantes adicionales no participarán si la alternativa se presenta gris, impotente y desinteresada. O peor aún, si parte de sus propuestas incluyen más de lo mismo.

Xoichitl necesita un tema conductor, un aspecto en el México gestionado por el actual gobierno que no esté funcionando, para asirse a él y saltar a las soluciones concretas, factibles, demostradas por el grupo de expertos de los que se ha rodeado. Andrés Manuel se ha cansado de darle opciones a este respecto, empezando quizá por el más crítico: el de la salud. El desabasto de medicamentos derivó en que, al menos, 20% de las personas que murieron en México en 2022 fue porque no recibieron atención médica o no encontraron los fármacos necesarios. 20%. Uno de cada cinco. He ahí un tema que puede alcanzar y tocar de manera personal, por fuerza estadística, a todo el electorado. Como este hay por lo menos diez, suficientes para armar un plan competitivo de gobierno y una serie de propuestas que verdaderamente despierten interés.

Otra cosa que necesitamos con urgencia es que controle y someta (o en su defecto, se desprenda) a los partidos que forman parte del Frente. Son tres hermanos con intereses dispares, sus propios grupos, referentes y operadores y que no necesariamente están buscando “ganar” la elección presidencial. Después de todo, han estado muy cómodos haciéndola de oposición de papel. No debe asumir que sus intereses como candidata y los intereses de los partidos están alineados. Ahí está el ejemplo de Josefina Vázquez Mota a la que los blanquiazules dejaron sola para encumbrar a Peña Nieto.

Si la idea era tener a una COORDINADORA del Frente, pues que coordine, que le de pauta y propósito a una maraña de intereses inconexos y a menudo conflictivos. Y aquí vuelvo a lamentar que, por haber sido elegida por la declinación de los otros candidatos (dedazo simulado), sin terminar todo el proceso, Xóchitl haya perdido la posibilidad de sentirse elegida por la ciudadanía, arropada y con la fuerza suficiente para hacer a un lado a los partidos en muchas tomas de decisiones.

En fin, es lo que veo; mi humilde evaluación. Quiero que a Xochitl le vaya bien. Creo que queda mucha carrera por delante y hay opciones para enmendar. El primer obstáculo está, por supuesto, en reconocer que hay un problema.



miércoles, 22 de noviembre de 2023

Los Grandes Elefantes Blancos de Infraestructura

 


Un enigma central en la economía política del desarrollo es por qué la inversión se asigna de manera ineficiente. En muchos casos, esta pregunta es mucho más importante que por qué la inversión es insuficiente. 


Tony Killick, investigador retirado del Overseas Development Institute de Londres y consultor en cuestiones de política de desarrollo sostenía en su “Libro Economía del Desarrollo en Acción: Un estudio de las políticas económicas en Ghana”, de 1978 que en aquel país “gran parte de la “inversión” en la primera mitad de los años sesenta fue en realidad una forma de consumo que producía pocos retornos, si es que producía alguno, en el largo plazo. El mayor volumen de “inversión”... no pudo compensar los usos de baja productividad a los que se destinó”. La evidencia sugiere que esta mala asignación se produce incluso cuando se comprenden sus implicaciones. Por tanto, no se debe a incompetencia.


¿Por qué existen entonces los Grandes Elefantes Blancos de la Infraestructura? ¿Bajo qué lógica torcida conviene dilapidar recursos en inversión poco rentable?


Para James A. Robinson, del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de California, y para Ragnar Torvikc, del Departamento de Economía de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega la respuesta está en los réditos políticos. La construcción de Elefantes Blancos debería verse como una redistribución destinada a influir en los resultados de las elecciones. 

"La razón principal por la que es tan difícil reformar, y mucho menos privatizar, las empresas del sector público africano es porque el régimen central no cree que redunde en sus propios intereses políticos reducir su tamaño y alcance... las entidades paraestatales se han utilizado tradicionalmente como una forma de distribuir clientelismo''.


El político tiene entonces un interés en tratar de equilibrar los ingresos de los proyectos eficientes, con los proyectos deficitarios que afectan el comportamiento electoral.  En medio de este equilibrio, los proyectos ineficientes pueden resultar más atractivos, especialmente cuando el valor de alcanzar y conservar el poder es grande.


Si trasladamos lo aprendido de la experiencia africana a nuestro país ¿empieza a clarearse el panorama de por qué en este sexenio tenemos una Gran Refinería, una Gran Farmacia, un Gran Tren, un Gran Aeropuerto? Más aún ¿se entiende por qué es el Ejército el gran responsable de la gestión de todos estos Elefantes Blancos de Infraestructura?

Para el presidente y su grupúsculo, conservar el poder es el único objetivo que vale la pena, incluso si hay que quebrar al país y pauperizar a la población en el proceso.


La idea de reactivar el sistema de trenes de pasajeros, que el presidente hizo decreto en el Diario Oficial de la Federación del 20 de Noviembre, es otro magnífico ejemplo de un Elefante Blanco de Infraestructura. 

El ferrocarril de pasajeros en México “murió” el 2 de marzo de 1995, con la reforma del presidente Zedillo al artículo 28 constitucional y la transmisión del 84.5% de las líneas de ferrocarril del Estado Mexicano a concesionarios privados. Dichos concesionarios no vieron las condiciones para que trasladar pasajeros fuera lucrativo y en su lugar prefirieron enfocarse en el transporte de carga. En los casi treinta años entre entonces y ahora, el PIB de nuestro país ha crecido un 194,5% reemplazando el sistema ferroviario para el traslado de personas con alternativas más eficientes.


Sin embargo, a través del decreto del lunes, aparentemente la prestación del “servicio público” de transporte ferroviario de pasajeros es un “área prioritaria para el desarrollo nacional”, justificando la decisión en la romántica idea de que “La Revolución se hizo en ferrocarril y a caballo” y ¡tomando como modelo un México de hace más de cien años!


La idea no es mala per se. Quizá ese 194% de crecimiento hubiera sido mayor con una red de trenes de pasajeros operando en el país, no lo sé. Pero es un hecho que prácticamente todas las líneas de trenes de pasajeros en el mundo tienen que ser subsidiadas. El gobierno del Reino Unido cubre el 32% del costo de las mismas, por ejemplo. Y por algo será que la iniciativa privada no se ha decidido a instalar un tren de pasajeros en México. Ya sea el costo de instalación, la densidad de población, la distancia entre ciudades o algún otro factor. Si el gobierno se lanza a hacerlo se trata entonces, cuando menos, de una inversión ineficiente. 


Una medida que, sin embargo, puede fácilmente venderse con fines electorales: Romantizando el pasado, la Revolución que “le hace justicia” al pueblo, el recuperar algo que los villanos neoliberales “nos quitaron”. 


Ojo, que no nos sigan vendiendo Elefantes Blancos: ni los gobiernos en turno, ni los candidatos, ahora que es tiempo de elecciones. Cuestionemos la existencia de los que ya están en marcha y exijamos un uso eficiente de los recursos de todos.




miércoles, 15 de noviembre de 2023

Candidatos con asignaturas pendientes.


Le rompieron escandalosamente al gobernador de Jalisco ese bonito discurso de que en materia de seguridad vamos bien y también, de paso, aquel de que siempre habla de frente y claro a la ciudadanía. En realidad es poco lo que puedes decir cuando impunemente y a plena luz del día, en un café sobre una de las avenidas más importantes del municipio, cuatro sujetos emboscan y ejecutan al subdirector operativo de la Comisaría de Zapopan con dieciocho disparos a quemarropa. 


Con el asesinato de Carlos Manuel Flores Amezcua, el tercero en la cadena de mando de la corporación, la Comisaría de Zapopan se convirtió en el cuerpo policial municipal con más elementos asesinados del estado. Suman nueve de diciembre de 2018 a la fecha. Pero si contamos a todo el estado y no nos limitamos a policías municipales sino a otras instituciones de seguridad y justicia, el número asciende hasta 129.


Alfaro y su grupo de naranjas han estado muy ocupados viendo cómo se acomodan y proyectan para el 2024, olvidando esa obvia tarea pendiente en materia de seguridad. Pese a que Enrique Alfaro ha sido el gobernador más poderoso del estado en 40 años, con apenas nula oposición en el Congreso estatal o en las presidencias municipales, seguimos teniendo una cifra negra escandalosa y zonas como el "triángulo del terror" de los Altos de Jalisco (Lagos de Moreno, Tepatitlán de Morelos y Colotlán, en los límites con Aguascalientes y Zacatecas) en donde el crimen organizado secuestra, desaparece personas, ataca a policías, asalta a transportistas, realiza tiroteos y narcobloqueos, y 'halconea' carreteras. Jalisco es la segunda entidad con mayor número de personas desaparecidas y no localizadas y los homicidios crecieron un 82% durante el gobierno Alfarista.


Y es cierto, es complicado dar respuesta a un problema que trasciende las fronteras estatales (como pueden ser los cárteles Jalisco Nueva Generación, Sinaloa o la Familia Michoacana) cuando no se cuenta con una coordinación y apoyo a nivel federal. Y claramente la estrategia del Presidente complica aún más las cosas al prácticamente dar carta blanca a las organizaciones y dejar solas a las dependencias estatales y municipales.


Pero el desparpajo naranja, representado por ejemplo en la figura de Juan José Frangie alcalde de Zapopan, al que la ejecución del tercero al mando de su cuerpo policial lo agarró de licencia y que sin tapujo alguno volverá a solicitar licencia el jueves para buscar la reelección al frente del municipio, habla terriblemente mal de las prioridades de todos.


Y hablo de Jalisco porque es donde vivo y lo que me queda cerca, pero puede servir este estado como microcosmos y fábula de lo que ocurre a nivel nacional y en diferentes regiones del país. Mientras la ciudadanía no exija y perdone todo, mientras no deje de ser un cruzaboletas útil y casado con un membrete y un color independientemente del nombre, de su capacidad y de sus resultados, no va a cambiar ni aquí ni en ningún lado.


Los naranjas (y los guindas, y los tricolores, y los azules) saben que no necesitan dedicarle tiempo a estas asignaturas pendientes, por más que duelan. De todas maneras conseguirán el voto.




miércoles, 8 de noviembre de 2023

¿La ley? Una sugerencia...

Si algo nos ha demostrado la clase política en este sexenio, es que la ley se acomoda al gusto de quienes la ejercen, sin el menor pudor. Y quienes están llamados a defender esa misma ley, no están exentos de contraer esta fiebre de querer doblarla. Para muestra, el botón de Arturo Zaldívar.


Desde hace años los votos y las intervenciones de Zaldívar indicaban una clara preferencia por beneficiar o allanarle el camino al presidente, al que nunca le ha gustado ni se ha sentido cómodo jugando dentro del marco legal. Zaldívar fue pieza clave para, por ejemplo, posponer discusiones de temas complicados, como el traspaso de la Guardia Nacional a la SEDENA.  O volver a redactarle la pregunta de su consulta sobre enjuiciar a expresidentes, para que no fuera inconstitucional. O remover a Janine Otálora como presidenta del Tribunal Electoral. O avalar la extensión de su mandato como presidente de la Corte, propuesta por el presidente y a todas luces ilegal.


Hoy esa relación comparsa abandona la sombra para ocupar las primeras planas, descarándose además y como cereza del pastel, con un acto ilegal.

Arturo Zaldívar Lelo de Larrea presentó ayer, martes, su renuncia al presidente Andrés Manuel López Obrador como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.  Y en la carta su lenguaje, ese gran delator, dice quizá más de lo que pretendía.

Habla de su tiempo (14 años) como Ministro, de los criterios que impulsó, de las políticas públicas en beneficio de los derechos humanos, etc. Pero, pese a que nada ha cambiado en el cargo que ostenta y en las atribuciones que tiene y a las que tan buen uso ha dado en estos últimos 14 años (según él), siente que “las aportaciones que puede realizar [...] se han vuelto marginales”. Y que en definitiva le iría mejor y considera “de la mayor importancia sumarse a la consolidación de la Transformación de México”.


Después de semejante carta de despedida, sólo a los más incautos pudo haber sorprendido que dos horas y quince minutos después, la delfín del régimen publicara una foto con el exministro, muy sonrientes los dos, anunciando el acuerdo para “trabajar juntos para avanzar en la transformación del país”


A Zaldívar le ruge la tripa y le urge un hueso. Y tan desesperado está que se olvidó que el artículo 98 de la Constitución que como Ministro juró hacer valer estipula con claridad que las renuncias a la Suprema Corte sólo proceden “por causas graves” Su gravísima necesidad de conseguir el siguiente encargo en las faldas políticas del partido en el poder difícilmente califica.  Ni el Presidente de México debería aceptarla, ni el Senado Mexicano aprobarla. Pero lo dicho, la ley se acomoda al gusto de quienes la ejercen.


La salida tan oportuna también beneficia al Presidente, que en ocaso de su mandato tiene ocasión de nominar una terna para ocupar la posición vacante. Las posiciones de la SCJN son por quince años, así que básicamente le están dando la oportunidad de nombrar a una persona que pueda incidir y representar sus intereses en el poder judicial durante los próximos dos sexenios. ¡Tremendo regalito de despedida de su comparsa Zaldívar!


Nombres y apellidos, mexicanos. Si queremos un país en donde el estado de derecho valga, es imprescindible dejar fuera a quienes la ley les parece meramente una sugerencia.