miércoles, 15 de noviembre de 2023

Candidatos con asignaturas pendientes.


Le rompieron escandalosamente al gobernador de Jalisco ese bonito discurso de que en materia de seguridad vamos bien y también, de paso, aquel de que siempre habla de frente y claro a la ciudadanía. En realidad es poco lo que puedes decir cuando impunemente y a plena luz del día, en un café sobre una de las avenidas más importantes del municipio, cuatro sujetos emboscan y ejecutan al subdirector operativo de la Comisaría de Zapopan con dieciocho disparos a quemarropa. 


Con el asesinato de Carlos Manuel Flores Amezcua, el tercero en la cadena de mando de la corporación, la Comisaría de Zapopan se convirtió en el cuerpo policial municipal con más elementos asesinados del estado. Suman nueve de diciembre de 2018 a la fecha. Pero si contamos a todo el estado y no nos limitamos a policías municipales sino a otras instituciones de seguridad y justicia, el número asciende hasta 129.


Alfaro y su grupo de naranjas han estado muy ocupados viendo cómo se acomodan y proyectan para el 2024, olvidando esa obvia tarea pendiente en materia de seguridad. Pese a que Enrique Alfaro ha sido el gobernador más poderoso del estado en 40 años, con apenas nula oposición en el Congreso estatal o en las presidencias municipales, seguimos teniendo una cifra negra escandalosa y zonas como el "triángulo del terror" de los Altos de Jalisco (Lagos de Moreno, Tepatitlán de Morelos y Colotlán, en los límites con Aguascalientes y Zacatecas) en donde el crimen organizado secuestra, desaparece personas, ataca a policías, asalta a transportistas, realiza tiroteos y narcobloqueos, y 'halconea' carreteras. Jalisco es la segunda entidad con mayor número de personas desaparecidas y no localizadas y los homicidios crecieron un 82% durante el gobierno Alfarista.


Y es cierto, es complicado dar respuesta a un problema que trasciende las fronteras estatales (como pueden ser los cárteles Jalisco Nueva Generación, Sinaloa o la Familia Michoacana) cuando no se cuenta con una coordinación y apoyo a nivel federal. Y claramente la estrategia del Presidente complica aún más las cosas al prácticamente dar carta blanca a las organizaciones y dejar solas a las dependencias estatales y municipales.


Pero el desparpajo naranja, representado por ejemplo en la figura de Juan José Frangie alcalde de Zapopan, al que la ejecución del tercero al mando de su cuerpo policial lo agarró de licencia y que sin tapujo alguno volverá a solicitar licencia el jueves para buscar la reelección al frente del municipio, habla terriblemente mal de las prioridades de todos.


Y hablo de Jalisco porque es donde vivo y lo que me queda cerca, pero puede servir este estado como microcosmos y fábula de lo que ocurre a nivel nacional y en diferentes regiones del país. Mientras la ciudadanía no exija y perdone todo, mientras no deje de ser un cruzaboletas útil y casado con un membrete y un color independientemente del nombre, de su capacidad y de sus resultados, no va a cambiar ni aquí ni en ningún lado.


Los naranjas (y los guindas, y los tricolores, y los azules) saben que no necesitan dedicarle tiempo a estas asignaturas pendientes, por más que duelan. De todas maneras conseguirán el voto.




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