miércoles, 29 de agosto de 2018

Habemus... ¿TLC?

Dice una voz popular que una buena negociación es aquella en la que ninguna de las partes sale plenamente satisfecha. Si es el caso, creo que salimos perdiendo con el nuevo acuerdo comercial México - Estados Unidos que anunció la cancillería mexicana. Y que además estamos echando las campanas al vuelo y dándonos palmadas en la espalda demasiado pronto.

No, el acuerdo alcanzado no es malo per se. Moderniza y fortalece puntos importantes que desde su concepción en 1994 habían quedado rebasados por el avance de la técnica industrial y la tecnología. Evitamos la llamada Cláusula Sunset, que proponía que el convenio se terminara a los cinco años, salvo expreso acuerdo de todas las partes; o la claúsula que sujetaba las exportaciones agropecuarias mexicanas a un periodo de estacionalidad. También hacemos concesiones en la industria automotriz (45% de las unidades deben hacerse en lugares donde los trabajadores ganen un mínimo de $16 USD/hr.) pero a cambio el 75% de las autopartes tendrán que manufacturarse en la región (lo que podría significar mayor inversión del sector en México)

En fin, que los términos alcanzados son justos. Lo que queda para debate es si fue prudente la forma en que los alcanzamos y si serán estos términos los que finalmente se firmen. 


De entrada, el “acuerdo” anunciado quedó solo en eso: anuncio y buenas intenciones. Es meramente verbal y no hay ninguna salvaguarda para que esas buenas intenciones no cambien de un día para otro según el convenga a Donald Trump (ya ven que ni propenso es a esos cambios drásticos de humor y de discurso).
Aún si el inquilino de la Casa Blanca no patea la mesa para desestabilizar el tablero y se respeta la palabra dada, será el Congreso de Estados Unidos quien tenga la última palabra en el asunto, y ya se especula que podría rechazar la firma de un pacto bilateral; porque el permiso otorgado a Donald Trump era para negociar un acuerdo comercial entre las tres naciones, no deshacer el TLCAN y hacer pactos bilaterales. La moneda está en el aire por dejar a Canadá fuera de la mesa.

Y hablando de dejar fuera a Canadá. No se sientan mal por ellos. Desde enero habían dejado clara su posición de que sus intereses nacionales estaban por encima del tratado trilateral y que, de ser necesario, tendrían que dejar a México solo. Hoy México les paga con la misma moneda, pero por razones completamente diferentes.
La estrategia normalmente hubiera dictado actuar con cautela y esperar a que Estados Unidos tuviera sus elecciones intermedias en noviembre. Por una vez, el tiempo jugaba a nuestro favor. La urgencia de Trump por mostrar el tratado firmado como un logro de su administración quizá lo hubiera forzado a hacer condiciones. Así, coordinados con Canadá para hacer presión, México pudiera haber conseguido un acuerdo más favorable y más firme.
Pero la administración de Peña tenía otras prioridades que los empujaron a acelerar el acuerdo. En concreto, la transición. Peña prefirió cristalizar un acuerdo imperfecto a arriesgarse a que la administración entrante lo desmontara. El convenio alcanzado, por ejemplo, blinda algunas disposiciones de la Reforma Energética al utilizarla como marco legal para los acuerdos en materia de compra/venta de energéticos y de inversión extranjera en el ramo.

El acuerdo pues, favoreció mucho la posición política de Trump, pero tampoco sacrificamos nuestra maltratada dignidad nacional. Quizá pudimos haber conseguido algo mejor, pero tampoco le perdemos al acuerdo. En fin, es el tratado que la coyuntura permitió. A ver cómo nos va. Mientras tanto, seguimos al pendiente.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Lo que la maestra quiso decir...

El lunes pasado tuvo su primera aparición pública en más de cinco años, la maestra Elba Esther Gordillo; quien permaneciera en arresto domiciliario mientras se deshaogaba el proceso en su contra por los crímenes de operación con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada.

No tenga ninguna duda, querido lector, que ni la rueda de prensa que organizó la maestra para volver a la palestra política, ni su mensaje de trece minutos en el hotel Presidente Intercontinental de Polanco, fueron para beneficio del público general, para el ciudadano de a pie. Se trató más bien de una declaración de intenciones, un aviso dirigido a la clase política que se pensó y preparó con cuidado.

Empecemos por analizar lo que rodeó al discurso:
La rueda de prensa se convocó justo el día en que la mayoría de las escuelas del país vuelven a clases. Se pretende con ello comparar la renovación de este ciclo escolar, con el “nuevo comienzo” para la educación en México que representa el regreso de Elba Esther a la vida pública. Si alguien tenía duda de que quería volver a la cabeza del Sindicato (ya sea ella o a través de un personero), con esto debe quedar más que despejado.
Por otra parte, el evento se llevó a cabo en uno de los hoteles más exclusivos de la capital, apenas dos semanas después de su liberación, con una serie de instrumentos (como el teleprompter) dignos de un discurso presidencial, lo que interpreto como clara demostración de que su poder económico para hacerse con los espacios y recursos que requiera, así como su estructura logística/administrativa permanecen intactos luego de su estancia en prisión.

A eso, súmele lo que dijo, que se reduce a tres mensajes esenciales: Soy inocente, recuperé la libertad y la reforma educativa se ha derrumbado.
De su inocencia, saber que en buena medida se debe a que el SNTE jamás se atrevió a acusarla por el desvío de los recursos del gremio y a que la PGR no se animó a llevar la averiguación a sus últimas consecuencias porque hubiera involucrado a la SEP, que era lo mismo que dispararse en el pie. Sería inocente pensar que su señora madre, una profesora rural, le haya dejado una herencia de 373 millones de pesos, como afirmó en la corte. Y aún ese argumento no explica sus dos residencias en San Diego, California; los departamentos y casas en Polanco y en Las Lomas y los pagos comprobados de cuentas por 39 millones de pesos en prendas de vestir y otros lujos en Miami.


Pero la parte preocupante no está en su inocencia o su culpabilidad. La parte preocupante está en las últimas dos declaraciones, que se sueltan como una sola “Recuperé la libertad y la reforma educativa se ha derrumbado”, como si uno fuera consecuencia de otro; o peor aún (y desafortunadamente, así tiene más lógica) como advertencia; como si la caida reforma educativa viniera a darle a Elba y a su sindicato nueva vida y más poder. Y no estaría alejado de la realidad.

Los próximos seis años pintan para ser un salto al pasado, desde una incipiente y primitiva democracia participativa al presidencialismo a ultranza y al centralismo avasallador de los peores años del PRIato. ¿Y sabe quiénes eran caudillos indispensables en esas superestrucutras? Exacto, los líderes sindicales. ¿O a poco cree que la relación cordial con Deschamps es por ser educados? ¿Que el apoyo de Napoleón Gómez Urrutia es de a gratis? ¿Qué la liberación y regreso a la palestra de Elba Esther es coincidiencia?

Preocúpese, querido lector, porque de ese tamaño es el resultado por el que votaron más de 30 millones de mexicanos. ¿Qué vamos a hacer?

viernes, 17 de agosto de 2018

Problemas de Primer Mundo


Columna invitada enviada por nuestro colaborador y amigo, René Galindo (Síguelo en Twitter: @ReneGalindo1)

Se encuentra muy asentado en el imaginario popular mexicano que somos una nación pobre que aspira a ser rica y que los problemas que se viven en el llamado “primer mundo” no son comparables con aquellos que se tienen en nuestro país. Sin embargo, hay problemas que son universales y que parecen repetirse por la falta de conocimiento histórico.
En México se ha elegido democráticamente un nuevo gobierno, un gobierno que se empeña en mostrar una cara de esperanza y reconciliación que, sin embargo, toma lo más podrido del viejo sistema y lo vuelve a reciclar en el poder. De ser confirmados, personas como Manuel Bartlett y René Bejarano regresarán a ser figuras dentro de la política nacional y la poca oposición que se muestra ante ello solo refleja el desconocimiento histórico que se tiene de las trayectorias de esos individuos. Muchos los defienden asumiendo que “no son los mismos” o que, como dentro del catolicismo, “están arrepentidos de corazón y no volverán a pecar.” Lo cual hace estos nombramientos aún más preocupantes; analizando la historia ninguno de ellos ha realmente tenido consecuencias por sus reprobables actos. Manuel Bartlett salió del PRI solo cuando no tuvo manera de continuar viviendo del erario en una posición política del partido que lo vio nacer y por el que hizo cosas que son del todo reprobables y por las cuales nunca tuvo consecuencias.
Italia se enfrenta a una encrucijada similar, aunque el ambiente que permea es de ideas viejas con rostros verdaderamente nuevos. Matteo Salvini es el flamante líder de un partido que parecía muerto en la caída del último gobierno Berlusconi, la Lega Nord (Liga Norte). El genio de Salvini es que ha sabido mutar el partido que era abiertamente racista con los italianos del sur y establecer un miedo irracional a todo extracomunitario que llegue a Italia. A pesar de que no obtuvo el mayor número de votos, su coalición fue la ganadora de las elecciones en marzo pasado y ha comenzado a ejercer su poder desde el Ministerio del Interior. Nuevamente se coloca al “enemigo” como alguien extranjero que viene a robarle a los italianos el trabajo y la identidad; algo que no se veía desde los años treinta del siglo pasado cuando el fascismo emitía campañas similares contra los judíos. A pesar de que en este caso Salvini no tiene la mayoría del parlamento ni de las carteras del ejecutivo, muchos de sus colegas de coalición han callado ante las decisiones de cerrar los puertos a las naves de ayuda humanitaria, así como a los tweets en donde criminaliza a muchas ONG que se dedican a salvar gente en el Mediterráneo. Ya ha habido muertos debido a estas decisiones.

Dos países muy distantes geográficamente y económicamente diferentes. Aún con todo con pasados que no permiten que vean a un futuro más prometedor, así como el fantasma del proteccionismo se cierne sobre México, el fascismo es un fantasma que nuevamente parece crecer en una Europa que se ha convertido en el último reducto de las democracias ante el avance del populismo. La única manera de evitar escenarios que ya han probado ser destructivos anteriormente es el promover nuevamente la participación ciudadana, pero una participación que evite que las decisiones legislativas sean contrarias al progreso de los países y que la participación activa de la gente fortalezca las instituciones nacionales. Actuemos en conciencia de que cada decisión implica ser responsables de las consecuencias que la misma traiga.

miércoles, 15 de agosto de 2018

Tren Maya

Al revisar los datos del INEGI y el maravilloso gráfico que su portal despliega al consultar el PIB Anual por entidad federativa, se hace evidente que tenemos dos Méxicos. Por un lado México del norte-occidente, que se desarrolla y crece por encima de la media nacional; ahí encontramos por ejemplo a Aguascalientes (con un crecimiento del 9.8% de su PIB), a Sonora (5.9%), Sinaloa (5.7%), o Jalisco (4.7%). Y por el otro lado el México del Sureste, que con trabajos crece (casos puntuales como Guerrero [2.1%] y Veracruz [0.7%]), o abiertamente retrocede, como es el caso de Oaxaca (-0.9%), Chiapas (-0.2), Tabasco (-5.9%) o Campeche (-5.4%) [Datos del 2016]
Por ello la implementación de proyectos productivos y de infraestructura que impulsen el desarrollo económico de la región es la mar de importante. Una nación solo es tan desarrollada como sus regiones más rezagadas. En la medida en la que podamos sacar adelante a nuestros hermanos del sureste mexicano, el país en su conjunto se fortalece.

López Obrador parece entenderlo así. Este lunes puso sobre la mesa algunos detalles de su propuesta de construir un ferrocarril turístico que conecte los puntos más atractivos de la península. Con mil quinientos kilómetros de vías, el llamado “Tren Maya” pasaría por cinco estados (Tabasco, Campeche, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo), quedaría terminado en cuatro años y según las propias cifras de López, costaría entre 120.000 y 150.000 millones de pesos.
Así a bote pronto, se escucha muy bonito. Es un proyecto ambicioso que permitiría que la derrama económica turística dejara de concentrarse en unos pocos puntos, volvería más atractiva la zona para los turistas y redituaría en desarrollo generalizado en la región. Pero ¿Funcionaría? ¿Y a qué costo?


La ruta recorre kilómetros de selva densa sobre la que será complicado (y costoso) construir; atraviesa los bosques tropicales protegidos de Calakmul y la Reserva de la Biosfera de Sian Ka'an
además de sitios arqueológicos prehispánicos que podrían verse afectados por los trabajos, así como humedales y ríos submarinos que podrían ceder sin previo aviso y multiplicar el costo de mantenimiento. 
Por si fuera poco, de concretarse la obra, habría destinos que no tendrían la capacidad de albergar el flujo esperado de visitantes. Bacalar, por ejemplo, tiene poca infraestructura turística (habitaciones de hotel). Y lugares como las ruinas de Calakmul hoy reciben tantos visitantes al año como los que llegan a Chichen Itza en una semana. Una de dos, o los destinos reconectados no pueden aprovechar al máximo el nuevo flujo de visitantes por falta de capacidad, o sencillamente no son lo suficientemente atractivos y el tren cae en desuso.

No digo que no sea un proyecto que me gustaría ver funcionando. Me encantaría. Lo que me preocupa es que parece que se habla del tema muy a la ligera. Andrés Manuel está decidido a comenzar la licitación desde el primer día de su mandato, aunque no hayamos visto nada de la viabildiad técnica de la ruta, ni el estudio de la demanda de un tren así, ni su tiempo de retorno de la inversión. 
Por poner un ejemplo comparable, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que es de innegable y urgente necesidad, ha sido detenido, cuestionada su viabilidad técnica y calificado de "ecocidio extraordinarias dimensiones". Incluso se ha amenazado con la cancelación del mismo a pesar de que ya tiene más de 140,000 millones de pesos invertidos. ¿Por qué no se analiza con el mismo rigor la viabilidad del tren?
Por otro lado ¿No es cierto que se está invirtiendo en infraestructura en estados que tienen otra serie de problemáticas de fondo entorpeciendo su desarrollo? Chiapas, Oaxaca y Guerrero tienen los grados de escolaridad promedio más bajos, y la tasa de analfabetismo más alta del país. por ejemplo.

Un último apunte, nomás por no dejar. La ruta propuesta por el presidente electo termina en Palenque, Chiapas. ¿No es precisamente ahí donde AMLO tiene “La Chingada”, su célebre rancho? ¿Cuánto imagina que habrá subido el precio de sus 13 mil 341 metros cuadrados nomás con el anuncio de la construcción de dicho tren? Se lo dejo de tarea...

¿Qué es el Tren Maya? ¿Un verdadero proyecto de inversión a largo plazo que detona el desarrollo del país o un elefante blanco, un capricho que funciona como herramienta de imagen pública para el gobierno entrante?

miércoles, 8 de agosto de 2018

AMLO y Meade, lo bueno, lo malo y lo feo

Trascendió esta semana el desayuno que compartieron el virtual presidente electo Andrés Manuel López Obrador y José Antonio Meade, su contendiente en el reciente proceso electoral. Luego del encuentro el futuro presidente compartió en sus redes sociales un video en donde se los ve a ambos juntos en un sillón, sonrientes. López le dedica unas palabras de elogio a Meade, hace un llamado a la unidad para conseguir la que llama “Cuarta Transformación” y el ex-candidato de la coalición Todos por México, cierra el mensaje únicamente para agradecerle a Andrés Manuel la invitación y desearle suerte.

A pesar de tratarse de un video de apenas minuto y medio, se trata de un mensaje muy rico para analizar por lo inusual del encuentro y porque en política forma es fondo.

Lo BUENO:
Andrés Manuel, el gobernante, hace bien en intentar una operación cicatriz con el resto de las fuerzas políticas del país y la ciudadanía que los cobija. No, no creo que necesite congraciarse con el PRIismo Institución, pero creo que sabe que su figura es polarizante y así como hay mucha gente que le da el espaldarazo, hay otra tanta que le rechaza sistemáticamente. Al acercarse a Meade y ser visto con él, endulza su imagen o se hace menos repelente frente a los más de nueve millones de votantes que consiguió la coalición Todos por México. Gana tiempo y que sus críticos le den el beneficio de la duda.
¿Por qué no hace lo mismo con Anaya? Probablemente no lo quizo hacer, o probablemente extendió la invitación y fue rechazado. Recordemos que el frentista fue mucho más crítico y combativo durante la campaña y que por tener un partido claramente definido, representa una postura más dura. Anaya no podía entregar esa postura si quería seguir trabajando como oposición y a Andrés Manuel no le interesaba demasiado porque iba a ganar poco. Pero esto último es mera especulación.

Lo MALO:
La política es un juego de equilibrios y si haces por acercarte a un extremo del espectro normalmente dejas descobijado el otro. La izquierda más recalcitrante, la de Fernandez Noroña y Paco Ignacio Taibo II, no vio con buenos ojos este intercambio de palabras amables. Para ellos está muy cercano al corazón y muy recientes las “calumnias” a Néstora Salgado, o el “Gasolinazo” y ven con malos ojos que haya un acercamiento con el régimen que juraron derrocar.
Lo hemos dicho, Andrés Manuel ha sido muy hábil para aglutinar a diferentes fuerzas políticas bajo su bandera prometiendole a algunos una cosa, a otros otra, según lo que la audiencia quería oír. Pero una cosa es la campaña y otra cosa es el ejercicio gubernamental. De nada le va a servir a López haber llegado a la presidencia si por servir a dos amos anda quedando mal con los dos.

Lo FEO:
Para quienes gustan de las teorías de conspiración, el video representa una evidencia más del supuesto pacto de Andrés Manuel con el priismo para conseguir la presidencia. Se rumiaba durante la camapaña, se hizo bastante evidente a la luz de los resultados (cuando el voto duro del PRI acabó bajo la bandera de López) y ahora, sostienen, se trata de pagar el apoyo conseguido.
Todo queda en supuesto. Lo que sí es muy evidente, querido lector, es que como ciudadano políticamente activo, enarbolar una causa hasta el extremo de entrar en discusiones y perder amistades es una soberana tontería y una prueba más de como la clase política nos manipula para hacernos creer que son importantes.
Se tiraron de todo durante la campaña, ahora desayunan juntos como grandes amigos (Meade hasta le habla “de usted” a López). ¿Usted, ya ha hecho las paces con quienes discutió acaloradamente durante la primera mitad del año?




miércoles, 1 de agosto de 2018

La batalla por los estados

Hoy se cumple un mes de la jornada electoral. Si, apenas un mes, aunque no le culpo si le ha parecido más tiempo. Las notas sobre la transición y el gobierno entrante han sido muchas, casi una detrás de otra y muy pocas han sido halagüeñas. Es sorprendente la cantidad de desgaste que Andrés Manuel y su equipo han sufrido en apenas treinta y un días. Así, a botepronto, no me viene a la cabeza un solo gobierno electo de nuestro país que haya lidiado con nada parecido. Hay que admitir, sin embargo, que Don Andrés no se ayuda. Si insistes en volverte el centro de la vida pública, que no te sorprenda ser también el centro de la crítica.
Tomemos como ejemplo su última ocurrencia: Las coordinaciones estatales.

La idea es, según López, sustituir con ellos a los delegados federales por secretaría, que hasta ahora cumplían funciones de gestión, seguimiento y asesoría de los programas federales en los diferentes estados, pero que no se entrometían en las labores estatales. El cambio viene, oficialmente, motivado por el plan de austeridad del gobierno entrante (es demasiada burocracia, alegan) y por su plan anticorrupción (es más fácil vigilar a uno que a varios, además de combatir la opacidad con la que se gastan los recursos federales los estados).

Los problemas con esta nueva figura son básicamente dos: 
  1. Centraliza el poder y pudiera vulnerar la autonomía de los estados y el Pacto Federal, 
  2. Por la responsabilidad que dichos coordinadores tendrán, pudiera no funcionar como se espera en temas de combate a la corrupción.
No entraré en temas de si se trata de una figura legal o no, con la mayoría en ambas cámaras, López puede conseguir el marco legal sin contratiempos, aunque hoy no exista.

Según la ha planteado el mismo presidente electo, la figura de los Coordinadores respondería en línea directa al presidente, no a las cabezas de las dependencias para las que trabajan. Serían designadas directamente por el titular del ejecutivo (de hecho, ya ha dado los 32 nombres) sin necesidad de autorización de ningún tipo, parecido a un segundo gabinete; y serían el medio de contacto para que los gobernadores se comunicaran con el ejecutivo federal.

Tal como está propuesta, la figura plantea un fuerte golpe para el federalismo y hasta para la democracia, podrían convertirse en un arma para negociar el Presupuesto de Egresos y de-facto, en vicegobernadores alineados al régimen al administrar y condicionar los fondos federales. ¿En dónde queda pues la elección y el poder del voto de los ciudadanos? 
Porque esa es otra, en la lista propuesta figuran contrincantes directos de gobernadores recién electos. ¿Se busca imponer a quienes no ganaron? ¿Y el hecho de que 19 de los postulados sean dirigentes estatales de Morena no tiene tampoco nada que ver, supongo?

Y en cuanto al combate a la corrupción. ¿Se ha contemplado con esta nueva figura que 32 personas tendrán a su cargo más de 155 mil 398 millones de pesos, según el presupuesto 2018? ¿Y la rendición de cuentas y la transparencia? Si combatir la corrupción fuera la intención, ¿No sería mejor empezar por alinear al 83% de los seis mil 500 programas federales que están sin reglas claras de operación o padrón de beneficiarios?

Por suerte, los peligros de esta nueva propuesta no han pasado inadvertidos. La Coparmex y Enrique Alfaro, gobernador electo de Jalisco, fueron los primero en alzar la voz tajantemente contra esta iniciativa a través de redes sociales. Alfaro pide, con toda razón, respeto al proyecto que encabeza y a la voluntad de los jaliscienses. Sería ideal que desde las gobernaturas que no le deben el cargo a Andrés Manuel se pudiera conformar algún tipo de frente para detener estas propuestas. En un sexenio donde los contrapesos parecen haber desaparecido, urgen algunos nuevos.