miércoles, 30 de diciembre de 2015

¿Mas federalismo?

Stephen Hawking, brillante y mundialmente famoso astro-físico, respondió alguna vez con ironía que si era cierto que el gobierno estaba encubriendo información sobre extraterrestres, estaba haciendo un mejor trabajo con ello que con cualquier otra cosa.
Y es que después de la muerte y el pago de impuestos, que la burocracia yerre y el gobierno eche a perder algo ocupa la tercera posición en la lista de cosas seguras en esta vida.

Hablo concretamente del Seguro Popular, que hasta hace unos días daba servicio a unas 775 mil personas de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG). Todos estos beneficiarios de un día para otro se quedaron sin la atención gratuita que se supuestamente deben recibir. ¿Por qué? Nadie lo tiene muy claro.

Lo que se sabe es que hay dos partes en conflicto: por un lado los Municipios, por otro lado los responsables federales de la administración del programa de salud. Zapopan, Guadalajara, Tlajomulco y Tlaquepaque alegan que se les debe alrededor de 448 millones de pesos entre los cuatro, como compensación por los servicios que han prestado a través de sus diferentes unidades de salud afiliadas al programa.
El Seguro Popular, sin embargo, tiene otra versión. Sostiene que dichas unidades de salud perdieron la acreditación de Instalaciones de Calidad, luego de las reformas a la Ley de Salud de 2014, de las que se dio aviso oportuno a las cabeceras municipales.

¿Quién tiene la razón? Imposible saberlo. A mi parecer, ninguno. Creo que el conflicto es esencialmente un juego de "vencidas" a ver quién cede primero a las exigencias del otro. Me parece curioso, por ejemplo, que Tonalá (el único municipio gobernado por el PRI en la ZMG), no tenga este inconveniente y esté operando con normalidad; mientras que el resto de las cabeceras municipales están peleando por recursos federales. Me parece una curiosa coincidencia también que el punto en conflicto sea una iniciativa esencialmente panista: el Seguro Popular.

Bien puede ser que los municipios estén intentando jalar agua (y recursos federales) a su molino; también puede tratarse de un traspié del gobierno federal a los gobiernos de la oposición. En ambos casos se está usando a la ciudadanía (y la presión que esta pueda ejercer para que se restablezca el servicio) como herramienta de negociación. La salud de los derechohabientes, créame, está muy lejos de ser la prioridad de estos dos grupos; por más que así lo expongan en sus bonitos discursos.

La separación del gobierno en tres niveles evita que se acapare y centralice el poder, acerca a los gobernantes a las bases y permite que los problemas locales sean atendidos por personas cercanas al problema. Sin embargo, también fomenta la duplicidad de funciones, genera más burocracia, más gasto y a veces genera este tipo de conflictos en donde todos pierden; el ciudadano de a pie el primero.


En general, mientras menos centralizado está un gobierno y la toma de decisiones, mejor. Así que quizá convendría replantearnos el modelo, pugnar por que las alcaldías no dependan tanto de los ingresos federales y darles herramientas para que trabajen eficientemente, reduciendo al mismo tiempo la injerencia del gobierno estatal y federal.

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