Encontré en Netflix un talk-show conducido por David Letterman. El programa se llama “Mi siguiente invitado no necesita presentación” y cada episodio consiste en una entrevista de más o menos una hora con alguna personalidad o personaje destacado en su campo. El primer invitado del programa fue Barack Obama quien, efectivamente y como el nombre del programa indica, no necesita mayor presentación.
La conversación con el expresidente (que no he acabado de ver porque ya era tarde) es amena, natural y entretenida, sin que por ello sufra el contenido, que es muy rico. Se charla lo mismo del movimiento de Derechos Civiles en Estados Unidos, que del papel de la primera dama y la experiencia de ser un expresidente.
Entre las preguntas que me llamaron la atención estaba una bola curva de parte del presentador. ¿Cuál cree que sea actualmente el mayor riesgo para la democracia? Digo que era una bola curva porque, aunque no puedo citar exactamente las palabras que el presentador usó, si tiró un par de líneas fáciles para que el expresidente picara. Mencionó la intervención de Rusia en las elecciones, por ejemplo. Sin embargo Obama, siempre el estadista, ignoró la salida fácil y dio una respuesta que me pareció cargada de razón y digna de análisis.
La amenaza más importante para la democracia, para Barack Obama, es nuestra incapacidad para buscar y reconocer los hechos, los datos duros. La polarización de la sociedad es tal, que mucha gente empieza a sostener conceptos erróneos con tal de soportar sus ideas y argumentos, en lugar de construir sus argumentos sobre el cimiento sólido de la verdad.
“Operamos en universos de información completamente diferentes” explica. “Si ves Fox News, estás viviendo en un planeta diferente de lo que eres si escuchas NPR en la radio". Y por lo tanto la sociedad se sigue separando. Para muestra, el botón de nuestras elecciones.
"Si estás obteniendo toda tu información de los algoritmos en un teléfono, simplemente estás reforzando los prejuicios que tienes [...] En cierto punto, uno acaba por vivir en una burbuja”
El problema es que la burbuja no sólo la generan los algoritmos de Facebook, la generan también los mismos candidatos que ven en ella una oportunidad.
¿Qué necesidad tiene Andres Manuel de mentir en su propuesta de “acabar con los sueldos de 600 mil pesos mensuales para los altos funcionarios públicos” cuando el Presupuesto de Egresos de la Federación 2018 indica que el salario más alto de un funcionario es de 393 mil? (que ojo, sigue siendo criminalmente alto) ¿Por qué Meade recurre al engaño cuando habla de la Reforma Energética y cómo nos ha vuelto competitivos si tras la rmisma, Pemex creó seis nuevas subsidiarias, de las cuales cinco le generaron pérdidas netas de 63 mil 305 millones de pesos?
¿Por qué no podemos hablar con la verdad? ¿Por qué no podemos apoyarnos en el dato duro? Sin la verdad de nuestro lado no hay diagnóstico real, sin diagnóstico no hay solución y cualquier intento de diálogo constructivo se estanca. Por eso hoy aplaudo y reconozco iniciativas como “El Sabueso”, de Animal Político; “Del dicho al hecho” de Grupo Reforma y “Verificado.mx” que buscan precisamente eso, sacarnos de nuestra burbuja y obligarnos a mirar el panorama completo.
La mentira es cómoda, suave, moledable, fácil de moldear, conveniente. La verdad es dura, puntiaguda, díficl de abrazar; pero vale la pena hacerlo.
Muy cierto. Nos hemos vuelto flojos y dejamos que los medios piensen por nosotros.
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