Renunció Germán Martinez a la dirección del Instituto Mexicano del Seguro Social y hay mucho que platicar al respecto, sobre todo por la carta con la que se despide de la institución.
La misiva, demoledora en sus términos, se cuida muy bien de no tirarle directamente al presidente y en vez de eso escoge como chivo expiatorio a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. No vaya usted a creer que la rencilla en serio va contra Urzúa (titular de la SHCP) y su equipo. Este gobierno se ha caracterizado por centralizarlo todo y las exigencias de ahorro cada vez más rudas de las que se queja Martinez tienen su orígen en el despacho presidencial de Palacio Nacional, la SHCP es mera ejecutora y Martinez lo sabe. Así pues elige bien sus palabras para enviar claro su mensaje, sin suicidarse políticamente:
“El presidente del Gobierno de México proclamó el fin del neoliberalismo, pero en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal”
“Buscan nombrar, en todo el país, una suerte de “delegados administrativos estatales” (¿Le suena familiar?) [...] para que ellos, en los hechos, administren desde lo local al IMSS”
“Si acaso Hacienda cree que los ahoros en el IMSS los puede desviar a otros fines, es necesario recordarle que el Instituto no está obligado a concentrar en la Tesorería de la Federación sus ingresos, según dispone la ley del Seguro Social”
“Buscan nombrar, en todo el país, una suerte de “delegados administrativos estatales” (¿Le suena familiar?) [...] para que ellos, en los hechos, administren desde lo local al IMSS”
“Si acaso Hacienda cree que los ahoros en el IMSS los puede desviar a otros fines, es necesario recordarle que el Instituto no está obligado a concentrar en la Tesorería de la Federación sus ingresos, según dispone la ley del Seguro Social”
Y al final se la canta con nombre y apellido: “(AMLO) no es florero de nadie, como él mismo lo dice. Yo seguiré su ejemplo: Tampoco yo seré florero en el IMSS de decisiones tomadas fuera del IMSS”
¡Palo dado ni Dios lo quita! Y los primeros en aprovechar el río revuelto fueron los miembros del Consejo Cordinador Empresarial. Porque una cosa es que circulen en medios algunas notas de la escasez de medicamentos y otra bien distinta que sea el mismo presidente del IMSS el que admita que no hay lana, que muchos de sus trabajadores no tienen certeza laboral o siquiera contrato, que el número de vacantes aumenta, que el rezago en infraestructura es “brutal”, que el pago a proveedores en 2019 está “prácticamente en 0%” y que el abasto de insumos “es precario y en algunos lugares pende de un hilo”. Y a pesar de todo, la respuesta fue tibia. Carlos Salazar, presidente del CCE, hizo un llamado a transparentar la problemática entre Hacienda y el Instituto y a garantizar la salud de los mexicanos. Se vio tibio. Gustavo de Hoyos Walther, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), comentó en redes sociales que la renuncia en el IMSS evidencia que hay “falta de sensibilidad social en los recortes al gasto”. Ojo, es un representante de los empresarios del país diciéndoselo a un gobierno auto proclamado de izquierda.
Otros que, como tiburones, no tardaron en oler la sangre en el agua, fueron los de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, y su dirigente nacional: Joel Ayala Almeida. La carta de Martínez Cázares, dijo Ayala, expresa la “profunda y delicada verdad” lo que acontece en el sector salud, generado por funcionarios que carecen del conocimiento y manejo de la administración pública federal. “Los funcionarios de la Secretaría de Hacienda están en una actitud dictatorial, al intentar designar a funcionarios en cargos de dirección en las diferentes instituciones de la República, lo que impide resolver los álgidos problemas que se viven en el sector salud.”
Por lo pronto, ya comenzó la operación de control de daños y tratar de taponar la herida.
Desde justificar la renuncia y decir que ven “coqueteo” del partido Movimiento Ciudadano para que German Martinez se incorpore a las filas emecistas, hasta las declaraciones del jefe de la oficina de la presidencia, Alfonso Romo: “Una persona no es gobierno y la renuncia no es señal de inestabilidad”
Quizá no, pero aunque es la primera renuncia que se materializa, ya se habían escuchado rumores de la separación voluntaria de Marcelo Ebrard y del mismo Romo de sus respectivos puestos. ¡Y no llevamos ni seis meses de gobierno!
La pregunta obliga ¿Qué está pasando al interior del equipo íntimo del presidente?
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