miércoles, 13 de noviembre de 2019

La oposición que no era tal, el ejemplo de la CNDH

El papel de la CNDH es sumamente importante en el concierto de balances y contrapesos institucionales del país, sin embargo, es poco comprendida y quizá por ello poco apreciada. Esencialmente, se trata de un organismo dedicado a atender las quejas en contra de actos u omisiones de parte de cualquier autoridad o servidor público (con excepción de los del Poder Judicial) que violen los Derechos Humanos del quejoso. A tal efecto la CNDH tiene la capacidad de investigar las quejas y presentar las denuncias ante las autoridades correspondientes y emitir recomendaciones públicas para llamar la atención de la autoridad al respecto y para proponer mejoras.

La CNDH es entonces un muro ciudadano frente al abuso del poder y está, por definición, contrapuesto a este. Resulta pues de vital importancia que la lidere una persona libre de cualquier compromiso con cualquier autoridad. Es justamente lo que se pretende al encargarle su nombramiento al poder legislativo: que el estira y afloja entre las fuerzas políticas del país den como resultado la elección de una persona neutral e íntegra que haga su trabajo de manera independiente.

Al actual partido en el poder, sin embargo, eso parece importarle bien poco. Morena está impulsando, por cualquier medio y a cualquier costo, la candidatura de Rosario Piedra Ibarra. La dama en cuestión es cercana a López Obrador, fue candidata a diputada de Morena y hasta su elección el pasado 7 de noviembre, seguía siendo miembro del partido morenista, lo que en estricto apego a derecho debía descalificarla automáticamente de participar como candidata en la terna finalista.

Y ya que tocamos el punto, mencionar que la elección del pasado 7 de noviembre fue sumamente controvertida, con irregularidades y ausencias inexplicables e injustificables. Morena no tenía la mayoría calificada de dos terceras partes del pleno, y tuvo que jugar con los votos para que medio pareciera legal la elección de una dama que, insistimos, estaba impedida para ser siquiera considerada.

La señora tendría que haber tomado protesta de su cargo ayer por la mañana, pero la presión ciudadana y el teatro en el senado se lo impidieron. Finalmente, se consiguió que el coordinador de la bancada morenista en el senado, Ricardo Monreal, aceptara incluir una moción para repetir la elección. Moción que ayer mismo fue desechada por el pleno del senado.

La jugada salió mal. Verán, Ricardo Monreal y Morena en la mañana apostaban a que tendrían los suficientes votos para volver a elegir, despejando toda duda, a Rosario Piedra. Pero conforme fue avanzando el día y sucediendo el cabildeo, resultó que no los tenían. La sesión de ayer, con los 121 senadores presentes, habría dejado la mayoría calificada en 81 votos. Morena y sus aliados acaso podían reunir 76. Cuando vieron que las cosas no iban a salir, operaron para desechar su propia moción y siguieron adelante con un proceso plagado de irregularidades.
Rosario Piedra Ibarra tomó posesión ayer mismo, en medio de gritos, jalones y sombrerazos. y pasando por encima de toda la legislación aplicable


Tome nota, querido lector y sirva este caso de advertencia. La CNDH estará al servicio del poder, con una Ombudsperson a la medida y fuertes vínculos con el partido en el poder, ese poder que precisamente tiene la responsabilidad de acotar.

Y esto no es por un “agandalle” de parte de Morena o un “madruguete”. Si la supuesta oposición, del color que usted quiera, hubiera estado realmente interesada en garantizar la independencia de la CNDH, podría haberse movido de mil maneras distintas para conseguirlo. Empezando por señalar la inelegibilidad de Rosario Piedra para sacarla del proceso antes de llegar a la votación, o garantizar la asistencia de toda su bancada para no facilitarles las cosas a los morenistas con una meta más modesta para lograr la mayoría calificada que les dio el gane. Incluso pudieron haber votado por la reposición completa del proceso, que sólo requería mayoría simple para pasar. 

Pero de todas esas opciones que tenían para legítimamente defender las instituciones y hacerle justicia al nombre de Oposición, prefirieron salir muy bonitos en las fotos con sus pancartas y la clausura simbólica del Senado y no meter ni las manos ahí donde importaba y donde pudieron haber marcado diferencia; quizá buscando votos, quizá por alguna prebenda que agarraron con la actual administración.

Mexicano, si crees que la solución a López está en votar por la misma clase política, pero de diferente colorcito, te tengo malas noticias: Son lo mismo. Rotar al monigote en el poder, o el color del pin que lleva en la solapa, va a ser tan útil como sentarse a ver secarse la pintura. Y más nos vale irnos organizando y viendo cómo hacemos para realmente meter presión y poner a trabajar a nuestros representantes, porque en esta cooptación y destrucción sistemática de nuestras instituciones, el INE es el que sigue.

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