miércoles, 10 de abril de 2019

Corte a la medida

El coordinador de Morena en el senado, Ricardo Monreal, presentó el pasado jueves una iniciativa para reformar el funcionamiento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Actualmente la SCJN tiene once ministros. Algunos casos se dirimen en su Pleno, con los once ministros presentes. Casos especializados, se resuelven en dos salas separadas de cinco ministros cada una. La primera aborda temas civiles y penales y la segunda materias administrativas y laborales. Ricardo Monreal sugiere la creación de una tercera sala, especializada en materia anticorrupción. El detalle es que, para ponerla en marcha, hay que ampliar el número de ministros de 11, a 16. La responsabilidad de nombrar a estos cinco nuevos integrantes recaería, adivinó usted, en el presidente Andrés Manuel.


El tema es espinoso. Las experiencias previas que tenemos de esta administración presentando ternas para la SCJN no es buena. Todos sus candidatos se han caracterizado por tener fuertes lazos con Morena y con el presidente o su círculo cercano; y los dos que finalmente han salido elegidos tienen historiales que obligan a levantar la ceja. 

Juan Luis González Alcántara Carrancá (elegido para el cargo el 21 de diciembre pasado) fue presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México durante la administración de López Obrador como Jefe de Gobierno y formó parte del escándalo del jucio de pensión alimenticia del expresidente de la SCJN, Genáro Góngora Pimentel (autorizó la reducción de la pensión alimenticia para dos menores discapacitados de 116 mil a 50 mil pesos mensuales; la madre alegó tráfico de influencias, debido a que Góngora Pimentel y González Alcántara son buenos amigos). 

Yasmín Esquivel Mossa, por su parte, obtuvo la dignidad de ministra el 13 de marzo pasado. Observatorio Ciudadano la calificó de #MinistraContratista, pues es esposa de José María Riobóo, asesor del presidente en temas de infraestructura y fuerte promotor de la cancelación del NAICM en Texcoco, favoreciendo el proyecto de Santa Lucía (si, el mismo que dijo que los aviones “se repelen”). La ministra Esquivel fue Magistrada Presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal, y enfrentó acusaciones de influyentismo por mantener en prisión a una pareja que demandó al colegio del que su esposo era rector.

Con estos antecedentes, es muy entendible la preocupación de la oposición por que el presidente nombre cinco nuevos ministros y se quede con un poder judicial a modo. Hay otras aristas, sin embargo y aproximaciones que la oposición podría usar para rechazar la propuesta. 

Mucho se debatió al final del año pasado en cómo entraba la SCJN al plan de austeridad propuesto por el ejecutivo, y los ministros fueron duramente criticados por suspender la aplicación de la Ley General de Remuneraciones (aunque al final aceptaran una reducción del 25% a sus salarios). La nueva propuesta de Morena implica un incremento del gasto administrativo (corriente) de por lo menos el 45%. ¿Cómo entra esta propuesta en el Plan de Austeridad del nuevo gobierno? 

Esto claramente no es hacer más con lo mismo. La propuesta no sólo costaría más, la exministra Olga Sánchez Cordero, actual Secretaria de Gobernación, fue la primera en decir que “ya la Constitución tiene una tercera sección en el Tribunal Federal de Justicia Administrativa que establece precisamente la integración de tres magistrados para ver el tema anticorrupción” 

Vista así, la idea del senador Monreal queda tristemente desvelada por lo que es: una intentona del partido en el poder por hacerse del control del único de los tres poderes de la unión que aún no tiene en el bolsillo.
Apenas es la propuesta, lo que finalmente se apruebe en las cámaras puede ser muy distinto. Quizá convenga, querido lector, que le eche una llamadita a su representante en el legislativo y le deje bien clara su opinión.

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