miércoles, 23 de agosto de 2023

La fábula del INAI


Desde abril el pleno del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) no ha podido sesionar por falta de quórum. La Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública establece que, de los siete comisionados que integran su máximo órgano de gobierno, necesitan por lo menos a cinco para poder sesionar llevar a cabo su labor. Desde abril, sólo hay cuatro miembros en ese pleno.


Eso quiere decir que, si bien esa institución no ha cerrado sus puertas, entró en una situación de inoperancia sustantiva. Cuando una dependencia de gobierno se niega a entregar información solicitada por algún ciudadano y este recurre al INAI para obligarlo a atender la solicitud, el Instituto no puede resolver, no puede emitir una resolución.


¿Por qué no ha podido? ¿Quiénes son los responsables de nombrar a los Comisionados? Pues la Cámara de Senadores, que lleva arrastrando el pendiente desde hace más de un año bajo cualquier pretexto.

El 31 de marzo de 2022, cuando concluyeron sus encargos dos de los siete miembros del pleno, el Instituto siguió operando con cinco comisionados. Se alzaron voces de advertencia de que esa precaria circunstancia los ponía en riesgo de dejar de cumplir sus obligaciones si otro miembro del pleno abandonaba su puesto, como estaba programado para el año siguiente. Dichas voces fueron prontamente ignoradas.

Vino entonces la salida programada de Francisco Javier Acuña Llamas el 31 de marzo de 2023 y el pleno que antes tenía siete integrantes, quedó con cuatro y de facto inoperante.


A nadie debe sorprenderle la indolencia y apatía de la Cámara de Senadores para cumplir con su labor. Está, después de todo, controlada por legisladores guindas y sus aliados y al presidente el actuar de instituciones como el INAI, que le obligan a transparentar y rendir cuentas le resulta por demás incómodo. Después de todo de ahí salieron la Línea 12, Segalmex, la Casa Gris, los contratos de PEMEX con su prima, etc. 

Así que, con ayuda de los senadores oficialistas, encontró la manera de dejarlo inoperante y castrado sin necesidad de echarse el costo político de abiertamente desmantelarlo. Y así, muy contento, ha podido dejar sin respuesta más de ocho mil solicitudes de información que le han hecho a su gobierno desde abril. Porque el gobierno “más transparente de la historia” se hace como que la Virgen le habla cuando le piden sus números. 


Bendita sea, pues la división de poderes. Después de casi cinco meses de parálisis institucional, hoy la Segunda Sala de la Suprema Corte concedió al INAI una suspensión para eximirlo temporalmente del artículo que le pide el mínimo de cinco comisionados para sesionar. Al aprobar una reclamación del mismo INAI contra las omisiones del Senado, la Suprema Corte no se entromete en la esfera del Legislativo (no puede, después de todo, obligarlo a sesionar) pero se asegura de que se respete la Ley y que el resto del país pueda operar sin que se estanque todo por un capricho presidencial, da muestra de la eficacia de un Estado de Derecho y un sistema de pesos y contrapesos.


Sirva esta historia de advertencia, querido lector, a que no pensemos solamente en la carrera presidencial como la única de importancia en el próximo periodo de elecciones. Aún con un presidente corcholata, mucho puede hacerse si el poder legislativo realmente obedece al ciudadano y verdaderamente trabaja. Y aún el presidente con el mejor perfil puede ver truncado su gobierno con un Senado incapaz e indolente. 




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